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𝐋𝐀 𝐁𝐎𝐃𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐄

—Ven conmigo — dije y tome al bebé entre mis brazos

Con el bebé en brazos, me dirigí silenciosamente a la cocina real, todo el mundo estaba tan ocupado corriendo de un lado a otro que no importaba si alguien se colaba
Llegue hasta la habitacion de la cocina donde sabía que encontraría las hierbas necesarias para preparar un brebaje que haría que el rey, mi padre, durmiera profundamente esa noche.

Con cuidado, seleccioné las hierbas adecuadas, algunas que había aprendido a usar durante mis años en el mar con los piratas, y otras que conocía gracias a las enseñanzas de los maestros de la fortaleza. Comencé a triturarlas y mezclarlas en un mortero, creando una pasta que liberaría un aroma calmante y soporífero.
Mientras trabajaba, no podía evitar mirar al bebé, que seguía en mis brazos, ajeno a la importancia de la tarea que estaba realizando. Parecía tranquilo, y sus pequeños ojos violetas me observaban con curiosidad.

—Si Daemon Targaryen te hizo, puedo decir que eres lo único bueno que tiene aparte de Caraxes —

El bebé rio y lo tome como si se estuviera aliando conmigo.

—Ves, tu me entiendes— toque su pequeña nariz y el soltó un pequeño estornudo

Finalmente, terminé de preparar la mezcla y la coloqué en una pequeña bolsa. Sabía que tenía que actuar con rapidez. Con el bebé en un brazo y el brebaje en el otro, salí de la cocina y me dirigí hacia las habitaciones reales.Estaba vacía, la habitación del rey no incluía al rey al parecer supuse que este estaba ya recibiendo a los invitados, al lado de su cama habían copas ya con vino servido, coloque dentro de la que supuse que sería suya aquel brebaje, también coloque más en el vino, tendría que decirle a Alicent que tuviera cuidado con el vino

Mi objetivo era claro: garantizar que la boda de mi padre con Alicent no se consumara esa noche, brindándole a mi amiga al menos un poco de tranquilidad por lo menos la primera noche...tampoco podía evitar por siempre lo inevitable.

Dije mientras volvía a entrar a mi habitacion con el bebé en brazos.

—Tu no seas como esos hombres —el bebe sonrió —Sé mejor que ellos, no veas a las mujeres solo como vientres para engendrar—

Deje sobre mi cama al bebé, me miré al espejo, el vestido que me había puesto me sentaba bien, mi cabello tenia algunos adornos en dorado

Esperé en mi habitación con el bebé en brazos mientras aguardaba la llegada de Ser Harwin. La tenue luz de las velas iluminaba la estancia, y podía sentir la calidez del bebé contra mi pecho.

El suave toque en la puerta me sacó de mis pensamientos. Me acerqué con cuidado y abrí la puerta, revelando a Ser Harwin, listo para el baile que se avecinaba. Pero en lugar de estar sola, sostenía al bebé en brazos.

—Lo siento—dije en un susurro, mirando hacia abajo para asegurarme de que el bebé estuviera bien—No podía dejarlo solo, Ser Harwin. Espero que no sea un inconveniente"—

El caballero asintió comprensivamente—Por supuesto que no, Princesa . Estaré encantado de acompañarte al baile, y no me importa en absoluto que traigas al bebé contigo. ¿Es tuyo?—

Negue con una sonrisa—No exactamente, pero estoy cuidando de él por el momento. Es una larga historia. Pero no nos demoremos más, ¿de acuerdo? No quisiera llegar tarde a la boda real —

—¿Tiene nombre ?— preguntó Ser Harwin

—No lo se Ser — respondí

—Puedes llamarme Harwin, si gustas —

Sangre Valyria Where stories live. Discover now