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𝐇𝐈𝐆𝐓𝐇𝐎𝐖𝐄𝐑 𝐀𝐋 𝐇𝐔𝐌𝐎

Hable con Rhaenyra, pensé que le molestaría tener una hermana pero al contrario su reacción fue muy linda...
No paraba de abrazarme y decir que estaba muy alegre de que compartieramos sangre que me sentía su hermana aún sin saber que realmente eramos familiares

Alicent estaba en silencio, jugaba con el collar que le habia regalado la noche anterior, Rhaenyra desde Driftmark nos había traído algo, nos trajo unas pulseras para que las compartieramos, la de alicent era una de color verde, la mía era roja, la de Rhaenyra era negra

Ese día fue un poco caótico, a Daemon aun no se le había notificado acerca de su eliminación como heredero pero en los próximos días sería aquello

El día siguiente Otto era el encargado de llevarnos a Rhaenyra, Alicent y a mi a la clase de caza, claro que solo Rhaenyra y yo estábamos autorizadas para aprender ello puesto que Otto no permitía a Alicent tocar un arma, decía que estaba en contra de que Viserys nos dejara practicar aquello y que las mujeres lo único que debíamos de tocar eran las joyas en nuestros cuellos y no armas.Alicent repetía lo mismo que su padre pero no tenia convicción

Rhaenyra y yo no estábamos de humor para practicar así que empezamos a fallar los tiros, entre ellos uno casi cae en la cabeza de Otto, esto lo molesto tanto que nos mandó de vuelta al castillo cancelando la clase con el profesor

-Vengan- dije guiándolas a otra parte

-¿No vamos a comer ?- pregunto Alicent

-¿Que quieres hacer?-pregunto Rhaenyra

- Vamos a Pozodragon -dije con una sonrisa, Rhaenyra se emociono y Alicent hizo una expresión de terror

Cuando llegamos al lugar, vi a los cuidadores de dragones ocupados en sus quehaceres. Mi plan estaba en marcha, aunque . Me dirigí a ellos y les pedí que sacaran a Caraxes y en ese momento Rhaenyra solicito también a Syrax,

Yo alegue  que Daemon había solicitado a su dragón. Sabía que era mentira, pero quería hacer algo divertido.

Pronto sacaron a Syrax . Rhaenyra se abalanzó sobre ella, acariciando sus escamas y susurrándole palabras cariñosas.

-Alyria no me parece una buena idea esto- Alicent me tomo del brazo suavemente

-Rahenyra, estos sucios servidores querian que cazara... que igualados, a mi me gusta que me traigan la comida-se estaba quejando Syrax- La próxima me los como a ellos aunque no sean tan deliciosos como la carne de cerdo o la de oveja -

Luego, llegó el turno de Caraxes, el dragón de Daemon. Alicent se aferró a mi brazo, evidentemente nerviosa, y traté de calmarla diciéndole que todo estaría bien.

Sus ojos, eran de un cálido amarillo, irradiaban una inteligencia antigua y profunda. Su figura imponente se erguía con un porte real, cada movimiento de sus músculos poderosos resonaba con la promesa de un dominio absoluto.Vhagar era mucho más grande que el claro estaba pero Caraxes simplemente... era Caraxes no existía otro dragón en el mundo que me llamara más que aquel dragon

Sus escamas carmesí se entrelazaban con otras de tonos borgoña, creando un patrón único y fascinante que parecía contar historias de antaño. La luz jugaba en su superficie, revelando sutiles destellos que iban desde el fuego más ardiente hasta la suavidad del terciopelo. Mi mirada se encontró con la de el , sentí una conexión inexplicable, como si nuestros destinos estuvieran entrelazados desde tiempos inmemoriales. Un lazo ancestral parecía fluir entre nosotros, como si fuéramos dos almas destinadas a encontrarse en este momento.

Sangre Valyria Where stories live. Discover now