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𝐁𝐀𝐒𝐓𝐀𝐑𝐃𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍

Ser Criston salió de la habitación del rey y se acercó a mí y a Rhaenyra, informándo que Viserys deseaba hablar conmigo después de su conversación con Alicent.

Mientras tanto, Alicent se quedaría un rato más hablando con Viserys.Alicent debió haber entrado en crisis, esperaba que Viserys pudiera calmarla por lo menos.

-Mientras esperan, el rey pidió que tú ... ustedes las princesas  vayan a sus habitaciones respectivas y no salgan hasta que sean llamadas nuevamente- me explicó Ser Criston con una expresión seria.

Rhaenyra y yo nos dirigimos a nuestras habitaciones, cada una sumida en sus propios pensamientos. Una vez en mi habitación, el silencio se apoderó del lugar. Me senté en el borde de la cama, mirando a través de la ventana hacia el exterior.

Me miré al espejo y levante mi vestido dejando al descubierto la piel de mi estómago, tenía múltiples heridas, cicatrices, no lucia como se suponía que debía de ser la piel de una princesa, entre todas las cicatrices había una, esa había sido una de las peores.Una curandera dijo que era muy improbable que quedara en cinta pero que aún debía de cuidarme si en algún momento tenia relaciones puesto que no estaba segura que tan profundo había sido el daño.

Pasaron horas antes de que alguien tocara suavemente a la puerta. Ser Criston estaba allí, como si fuera un mensajero de la voluntad del rey.-Viserys pidio que te prepares para una conversación más tarde- dijo, manteniendo su voz neutral.

Asentí, aunque por dentro me sentía nerviosa. Ser Criston me miró por un momento, como si quisiera decir algo más, pero finalmente se dio la vuelta y se alejó. Me quedé sola en mi habitación, dejando que la tensión se acumulara en el aire.

Me preparé para la conversación, no me llamaron así que salí por mi cuenta, camine en búsqueda de Viserys, no estaba en su habitación así que camine hasta donde escuché voces, estaban en el salón de reunión del consejo, me asomé y ahí estaba Rhaenyra de copera

Con cuidado, abrí la puerta y entré en la sala del consejo. No pude evitar notar la tensión en el aire mientras los miembros del consejo debatían sobre cuestiones marítimas. A la cabeza de la mesa estaba  Viserys, rodeado de su consejo. Entre ellos, destacaba Vaemond Velaryon.

Mis ojos se posaron en Vaemond mientras hablaba, sus palabras llevaban consigo un aire de arrogancia que no me pasó desapercibido.
Vaemond Velaryon tomó la palabra con una expresión de confianza en su rostro. Sus palabras fluían con una seguridad que indicaba que creía firmemente en su estrategia.

-Mi señor rey - comenzó Vaemond, su voz resonando en la sala-He estado analizando detenidamente la situación marítima de nuestro reino y he desarrollado una estrategia que, sin duda, nos brindará ventajas en el comercio y en la expansión de nuestras rutas. Mi enfoque se basa en una mayor diversificación de las rutas marítimas y en la explotación de recursos que aún no hemos aprovechado por completo-

Vaemond continuó explicando cómo su estrategia implicaba la apertura de nuevos mercados y la búsqueda de oportunidades de comercio con regiones que habían sido previamente pasadas por alto. Habló sobre la ventaja de ser los primeros en llegar a estos lugares y cómo podríamos establecer una posición dominante en el comercio de ciertas mercancías.

-Además- prosiguió Vaemond-mi estrategia también incluye el uso de flotas mercantes y de guerra para asegurar nuestras rutas y proteger nuestras inversiones. Creo que al implementar estas medidas, podemos garantizar un crecimiento sostenible y duradero en nuestra economía-

No pude evitar notar que las propuestas de Vaemond eran audaces y ambiciosas, pero también tenía un presentimiento de que había algo detrás de su estrategia que no estaba completamente en línea con el bienestar del reino. Sus palabras sonaban a oportunismo y codicia disfrazados de noble intención.

Sangre Valyria Where stories live. Discover now