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𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐑𝐄𝐂𝐋𝐀𝐌𝐀𝐑 𝐔𝐍 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍

Habían pasado semanas desde mi llegada a Desembarco del Rey. A pesar de no haber elegido estar aquí, me estaba adaptando rápidamente. Mi "amistad" con Alicent y Rhaenyra se había fortalecido, y éramos inseparables. Nos llamaban el "trío de fuego" en la corte, y nuestra unión se estaba convirtiendo en una parte importante de mi vida aquí.Pese a ellas contarme casi toda mi vida yo solo les había contado el 5% de mi vida y no planeaba contar más, era cerrada ahora no planeaba abrir más la boca.

De los errores se aprende y mi error fue tan grande que aprendí.

Sin embargo, había algo que me sacaba de quicio. Viserys había decidido que debería tomar clases junto a Rhaenyra y Alicent. Odiaba estudiar, prefería aprender a través de la experiencia y la práctica, no de la teoría.

Los susurros nocturnos seguían haciéndose de una presencia . A veces, escuchaba el llanto de un dragón, pero otras veces parecía que los dragones estaban hablando entre ellos.

Por otro lado escuchaba como Vhagar dejaba de llorar, escuchaba como por lo lejos agradecía a alguien, habían noches que mencionaba a un príncipe, otras noches lo llamaba "mi prospecto de jinete"

En medio de todo esto, seguía extrañando a Caraxes. A pesar de que me estaba adaptando a la vida en la corte, mi vínculo con el dragón rojo era algo que echaba de menos profundamente. La conexión que compartíamos y la habilidad para comunicarnos sin palabras eran aspectos que añoraba cada día.Pero desde hace unos dias no lo habia visto, para mi suerte o mala suerte Daemon se había ido y se lo había llevado consigo.

Nos encontrábamos en una de esas tediosas clases de etiqueta, donde nos enseñaban las normas y protocolos de la corte. Alicent era impecable en todo lo que hacía, deslizándose con elegancia y gracia. Rhaenyra, por otro lado, parecía aburrida y distraída, suspirando de vez en cuando mientras sus ojos vagaban por la sala.

- ¿Cuánto más falta para que termine esta clase? No soporto tantas reglas y formalidades-me queje

- Lo sé, es un poco agobiante. Pero necesitamos aprender estas cosas si queremos ser señoritas adecuadas- dijo Rhaenyra

- Exactamente. Pero es importante conocer todas estas normas- dijo Alicent

Mientras la profesora explicaba la diferencia entre los diferentes tipos de cubiertos, mis manos empezaron a inquietarse. Me enojaba ver más de un tipo de tenedor, cuchillo y cuchara en la mesa. ¿Por qué necesitábamos tantas opciones para comer si teniamos las manos? Decidí que ya había tenido suficiente y, con un gesto impulsivo, tiré los cubiertos sobre la mesa.

-¡Señorita, eso es completamente inapropiado! - dijo la profesora-La etiqueta dicta que debemos tratar los objetos con cuidado y respeto.

Rhaenyra y Alicent trataron de contener la risa, pero no pudieron evitar que unas pequeñas carcajadas se escaparan de sus labios. La situación era demasiado graciosa para no reírse.

Afortunadamente, la profesora decidió que ya habíamos tenido suficiente por ese día y nos permitió salir antes de lo previsto. Salimos de la sala de clases con una sensación de alivio, respirando el aire fresco del jardín que nos recibía.Ya era de noche por suerte, la última clase.

Después Rhaenyra y Alicent, nos despedimos y cada una se dirigió a nuestras respectivas habitaciones. Caminaba por los pasillos del castillo, hasta llegar a mi habitación, dejé caer el vestido con cuidado y me puse mi bata de dormir , me asomé por la ventana. El cielo nocturno estaba iluminado por las estrellas, y el aire fresco de la noche acariciaba mi rostro. Escuché un murmullo, como si alguien estuviera hablando muy suavemente, pero no lograba distinguir las palabras.

Entonces, el sonido , el llanto distante de un dragón, ya no estaba. En cambio, escuché un majestuoso rugido que erizó mi piel. Corrí hacia la ventana, buscando la fuente del sonido, y ahí lo vi

Vhagar, el gran dragón , volando por encima de la fortaleza.

Mis ojos se abrieron de par en par cuando escuché la voz del dragón resonando "Por fin, un nuevo jinete", dijo Vhagar. La emoción y el asombro se mezclaron en mi interior.

Fijé mi mirada en el lomo del dragón y noté una figura sobre él, pero la oscuridad no me permitía ver con claridad. No reconocía la silueta blanquecina que se desplazaba sobre el majestuoso Vhagar.

Intrigada y emocionada, continué observando hasta que el dragón desapareció en la distancia. .

Me senté en el alféizar de la ventana, esperando volver a ver al dragón pero no lo volví a ver así que me recosté, todo estaba en silencio .

Me levante varias horas después, la fortaleza aún estaba sumida en la penumbra. Me levanté con un bostezo y me dirigí a la cocina, donde encontré un pan recién horneado y una taza con lo que parecía ser una infusión caliente. Tomé ambos alimentos y caminé por los pasillos mientras desayunaba.

En mi camino, escuché voces que provenían de una sala cercana. Me acerqué con curiosidad y descubrí a dos lords conversando animadamente.

-¿Has escuchado la noticia?-, dijo uno de ellos emocionado.

-Si, ¡Han reclamado a Vhagar!- respondio el otro

Mis oídos se pusieron alerta, mi interés se despertó de inmediato. Siempre estaba dispuesta a estar alerta sobre acontecimientos ajenos a mi

Lo que vulgarmente se podían llamar chismes

El otro lord asintió y continuó con la historia-Sí, alguien extremadamente valiente escaló la colina donde Vhagar lloraba y lo reclamó - hizo una pausa- Dicen que Vhagar parecía aceptarlo de buen grado, como si supiera que había encontrado a su jinete destinado-

Mi mente estaba llena de preguntas. ¿Quién era esa persona tan valiente? ¿Cómo había logrado comunicarse con el gran dragón? Quería saber más detalles sobre esta misteriosa hazaña.

Los lords continuaron hablando sobre cómo el nuevo jinete de Vhagar había demostrado habilidades impresionantes al montar al dragón y cómo habían sido testigos de un vínculo único entre ambos que ni el mismo Baelon tuvo con el dragon. Parecía que el dragón y su jinete se entendían a la perfección, como si estuvieran conectados por algo más que las riendas.

Intrigada por la historia, continué escuchando mientras terminaba mi desayuno. Aquella noticia resonó en mi mente durante el resto del día.No me concentre durante todas las clases

No me concentre durante todas las clases

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