Capítulo 25

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Capítulo 25

—¿Has acabado la clase con Gracia?

—No, bueno, casi. La he dejado haciendo unos ejercicios. Pero no va mal, creo que lo ha entendido todo y el lunes lo hará bien.

Minerva asintió con la cabeza, cerrando la pantalla de su antiguo ordenador portátil.

—Siéntate, Poncho. Joder, tampoco te quedes ahí parado como un espantapájaros.

Esas palabras fueron como un botón de activación, pues Poncho se adelantó varios pasos y se sentó sobre la cama de ella. Minerva permaneció sobre su silla de escritorio, desde la que se quedó observándolo unos segundos antes de hablar por fin.

—Sí que es raro, todo esto.

Quizás era el peor momento, pero Poncho no pudo evitar soltar una risa al darse cuenta de que sí, era muy extraño. Minerva se unió casi al instante.

—Llevamos toda la semana sin hablar.

Ella asintió.

—Ya, lo sé. Es la primera semana que pasamos sin hablar desde que nos conocimos. —Se quedó callada un momento y finalmente enarcó una ceja—. ¿Se supone que estamos enfadados, o algo así?

—No, ¡no! —Poncho se mordió el labio nerviosamente—. A ver, yo no lo estoy. ¿Tú?

—Yo tampoco.

—Pero es que... todo ha sido muy imprevisto.

—Sí, bueno. Nos hemos acostado.

Ya está. Ya lo había dicho. Se suponía que eso debía hacer que el ambiente se destensara un poco, ¿verdad? Probablemente, Minerva consiguió el efecto contrario al decirlo, pues el aire se cargó de una incomodidad aún mayor. Apartó la mirada del chico al instante.

—Bueno, sí. Lo hemos hecho —dijo Poncho al cabo de unos segundos.

—Pero ya está. Ha sido solo una vez y... a ver, estábamos borrachos, ¿no?

—¿Sí? —Poncho se aclaró la garganta—, quiero decir... sí. Claro. Estábamos borrachos. Y ha sido... eso, una vez.

Esa era, sin ningún lugar a dudas, la conversación más incómoda que ninguno de los dos había tenido jamás. Las palmas de las manos de Poncho sudaban demasiado y Minerva notaba una intensa presión en la parte posterior de la cabeza, como si la sangre de su cráneo no circulara con normalidad.

—Ya está, entonces —concluyó ella—. Somos amigos y, bueno, yo a ti no te gusto, ¿verdad?

Poncho negó profusamente con la cabeza.

—No, claro que no. Además de que esas cosas no salen bien nunca. Somos amigos y, también con Sandra, y con tu hermana y... —Se dio cuenta de que comenzaba a decir tonterías, así que decidió abreviar—. Es mejor dejarlo así.

Minerva asintió con la cabeza.

—Tienes toda la razón. Somos amigos y ya.

—Vale.

—Vale.

Pasaron unos segundos aún hasta que Minerva se puso en pie y se acercó a él, suspirando. Extendió sus brazos a los lados de su cuerpo.

—Anda, ven, imbécil. Dame un abrazo.

Poncho se levantó torpemente y la estrechó contra su cuerpo. Al instante, ambos se relajaron. Poncho aspiró el aroma característico en el cabello negro como el ébano de su amiga. Minerva sintió el tacto suave de la camisa de él.

—Me alegra que lo hayamos aclarado todo —dijo él junto a su oído—, lo último que querría es perderte por algo así.

—Quítate eso de la cabeza, Alfonsito. Aquí te necesitamos mucho: tanto Sandra con su cabeza loca de enamorada, como Gracia, yo y... también Taylor.

Poncho se alejó de Minerva con una expresión de confusión en el rostro.

—¿Taylor? ¿Qué Taylor?

Ella soltó una carcajada.

—¿No te lo ha dicho aún? —preguntó—, Gracia va a llamar a la niña Taylor. La psicóloga le ha recomendado que no le pusiera nombre si consideraba la opción de darla en adopción, pero mi hermana se ha empeñado en hacerlo.

—¿Cómo que Taylor? ¿A qué viene ese nombre?

Minerva puso los ojos en blanco.

—Taylor Swift, Poncho. Bienvenido a la mente de una adolescente embarazada.

Y ambos se echaron a reír. Poncho pensó que, aunque poco usual en España, no era un mal nombre. Al fin y al cabo, el bebé también sería especial, al igual que Minerva.

Ella se dio la vuelta y tomó su teléfono móvil, relajándose por fin desde que él había entrado en la habitación. Poncho la observó durante varios segundos más, sin decir nada. Seguirían siendo amigos, desde luego. Nada podría cambiar eso.


Me encantan estos dos <3 En su momento, cuando acabé de escribir Cada centímetro de ti, pensé en hacer una novela solamente sobre Minerva y Poncho. ¿Os parece una buena idea? Y, si lo hiciera, ¿la leeríais?

¡Mil besos y nos vemos en el próximo!

¡Mil besos y nos vemos en el próximo!

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Cada centímetro de ti.Where stories live. Discover now