agente secreto || camren

Capítulo 20

POR CIERTO ANTES DE EMPEZAR ME GUSTARIA SABER DESDE DONDE ME LEEN, YO SOY DE ECUADOR

¿DE DONDE ERES?

*

Camila me besaba con desesperación, nuestros cuerpos sudados acariciándose. Nuestros pechos rozándose... esta sensación era maravillosa, mi novia dejo de besar mis labios, para empezar a dejar un camino de besos húmedos por mi rostro, llegando a mi cuello.

Ella bajo lentamente, apoderándose de mis pechos, succionándolos y mordiéndolos... dándole la misma atención a ambos. Su lengua acariciaba cada parte de mi cuerpo, bajaba lentamente hasta llegar a mi entrepierna. Separo mis piernas y se acomodó entre ellas... beso mis muslos, subiendo hasta mi centro. Temblé al sentir su respiración... dio un beso en mi feminidad, para luego pasar su lengua por todo el lugar, concentrándose en mi clítoris, succionándolo... besándolo... lamiéndolo, y por último, dándole un leve mordisco, para luego penetrarme con su lengua, entrando y saliendo rápidamente de mí, mientras yo gemía sin pudor alguno.

Mi excitación estaba al límite. Enrede mis manos en el cabello de mi novia, impidiéndole que se alejara, mientras ella sostenía mi cintura, acercándome lo más que podía a su boca, apretándome.

— Dios Camz, no pares amor... Mmm así... Amor sigue... ¡Oh Dios! ¡Oh sí! ¡Oh si, amor! — Camila seguía haciendo su trabajo en mi entrepierna, a los pocos minutos sentí un tirón en mi vientre, mi orgasmo estaba llegando.

Camila pareció darse cuenta, ya que con su pulgar empezó a acariciar mi clítoris. Unos minutos después, llegue al clímax. El orgasmo me invadió y me corrí en la boca de Camila, mi novia pasó su lengua por la zona, limpiándome.

Dejo un beso en mi clítoris y en mis muslos, subió por mi cuerpo hasta estar frente a mí. Me dio un beso, su lengua rápidamente se introdujo en mi boca, nuestras lenguas rozándose y acariciándose, dándome a probar mi sabor, que combinado con el sabor de sus labios era exquisito.

— Te amo tanto Lauren — me susurro, recostándose en mi cuerpo, y dejando su cabeza en mí pecho.

Yo la abrace por la cintura con mis piernas, mientras con mis manos acariciaba su espalda y enredaba mis dedos en su cabello.

— Yo también te amo Camz — susurre, mientras trataba de recobrar el aliento al igual que mi novia.

Nuestras respiraciones eran irregulares. Después de recuperar el aliento gire, quedando ahora encima de mi novia, empecé a besarla furiosamente mientras me movía encima de ella, de un lado a otro, y acariciaba su cabello y rostro.

— Es tu turno Cabello — susurre en sus labios, mientras ella acariciaba mi trasero.

— Laur — gimió.

— ¿Qué sucede mi amor? — pregunte quedando frente a ella.

— No estas obligada a hacerlo.

— Pero, quiero hacerlo

— ¿Segura? No quiero que te sientas forzada a hacerlo.

— Estoy segura amor, quiero hacerte sentir placer como tú lo hiciste — susurre sobre sus labios.

— En ese caso — giro, dejándome nuevamente debajo de ella — Aun no termino — susurro, para luego apoderarse de mis labios.

Enseguida entendí lo que me quiso decir. Tuve un poco de miedo, dicen que eso duele... pero enseguida esos pensamientos desaparecieron cuanto sentí la lengua de mi novia pedir permiso para adentrarse en la mía. Nuestras lenguas se encontraron y comenzaron la batalla por el control.

Camz acariciaba mi cuerpo, tan tierna y delicadamente. Su mano se ubicó en mi entrepierna, acariciando mi centro.

— ¿Tienes miedo? — pregunto con su voz ronca.

Asentí.

— Si, pero confió en ti.

— Seré cuidadosa, lo prometo.

— Yo también — respondí, ella sonrió, entendiendo a lo que me refería.

— Si te lastimo...

— No lo harás.

— Te amo — susurro, hundiendo un dedo en mi interior.

Me beso enseguida para tratar de calmar el dolor. Se detuvo una vez que su dedo entro por completo, me dejo de besar para mirarme a los ojos.

— ¿Estas bien? — pregunto, preocupada.

— Sí.

Camila sonrió y me beso, para luego comenzar a mover su mano con rapidez. Introdujo un segundo dedo y sus movimientos eran más rápidos y fuertes, tal y como yo se lo pedía. Esta era sin duda la mejor experiencia. Estaba tan feliz, había perdí mi virginidad con la persona que amo y que me ama. Le había entregado mi más grande tesoro al amor de mi vida, y ella me lo entregara a mí.

Después de unas cuantas embestidas, mi mente se nublaba, estaba cerca del clímax, hasta que no aguante más y sentí mi liberación. Camila bajo hasta mi centro y limpio la zona con su lengua, como lo había hecho anteriormente, y dejo un beso en mi centro.

Subió hasta quedar frente a mi rostro, para luego llevarse los dedos a la boca y limpiarlos de mis jugos. Me beso y se recostó en mi pecho, yo la volví a abrazar.

— Te amo Camz.

— Yo también te amo Lolo.

Después de descansar y recuperar el aliento, por fin hice mía a Camila. La probé y me hice adicta a ella, su sabor es tan exquisito. Hicimos el amor toda la tarde, hasta que nos quedamos dormidas. Este fue el mejor día de mi vida.