Choque por error

6 0 0
                                    

Amelia

Cuando recibí el mensaje del doctor diciendo que mi tiempo me alcanzó senti una opresion en el pecho, no era de esas opresiones en las que necesitas atención médica sino es una de esas en las que saber que las cosas empeoraron y temer saber lo que ocurrirá, se que fue sospechoso pedir a Lio que me llevara de urgencia al hospital pero se que quiere hablar urgente el doctor conmigo y de seguro toda mi familia ya está allí muy triste ya que estas llamadas nocturnas no son más que malas noticias la mayoría de los tiempos ya que las demás son para hacerme exámenes clínicos, al llegar veo a todos ahi algunos llorando y al verme se acerca abrazarme pero lo que más necesitaba escuchar me lo dice papá, se que no se alejara de mí así que le dirigo una mirada triste a Lio, se que comprenderá que luego se lo diré todo y con esto ingresó al ascensor para ir a la segunda planta donde está el consultorio de mi doctor, enserio roge porque todo estuviera bien pero al parecer las peores noticias se dan en la noche.

– Amelia enserio lo lamento pero tu corazón se debilitó más de lo que creí – se levanta de su asiento para sentarse en un silla a lado mio – sabíamos que esto pasaría y te pedi que te cuidaras.

– Lo sé – miro un cuadro vacío que tiene en su oficina intentando calmar mis pensamientos que son un caos – pero recuerda que te dije que viviría al máximo mi vida, no me arrepiento de nada de lo que hice, fui muy feliz saliendo como todas las personas a pesar de luego recaer pero como tu lo dices cada acción trae consigo su consecuencia.

– Pero Amelia esto era importante, tu vida se podía alargar así sea unos meses – niego con la cabeza, ya se lo he dicho varias veces y parece que aun no entiende.

– Meses llenos de tristeza, postrada en mi cama con quien sabe que medicina que me impidiera disfrutar del sol o comer un simple helado con alguien, nada de eso es justo.

– Yo se que no pero tendrias mas tiempo con tus seres amados – se levanta de mi costado para ir a buscar algo entre sus cajones.

– Leandro – lo llamó por su nombre – aún viviré tres meses? O tendré que rezar para llegar a los tres meses? – él detiene su búsqueda al escuchar eso.

– Es una de las pocas veces que me llamas por mi nombre – continúa buscando – pero algo te puedo decir – saca una carpeta muy gruesa – siendo honestos vivir los tres meses que te prometí es un milagro y te soy sincero porque no quiero crearte falsas esperanzas, siempre hemos hablado con la verdad y no quisiera que esta fuera la excepción – abre la carpeta y empieza a ojearla – te dire algo – para en una hoja donde por mi vista no puedo ver bien pero veo mi foto ahí – sólo... espera si, esto puede parecer el fin de todo lo que conoces pero quien sabe y existe una oportunidad en tu futuro – sé que por su expresión sabe algo solo que no me quiere decir o quiere hacerme sentir mejor.

– No digas mentiras, se que moriré – cubro mis manos con las mangas del saco que llevo puesta – creí que podría ser más fuerte pero al parecer estaba muy equivocada.

– Amelia que sepas esto no significa que la vida se va a acabar en este momento – toma una paleta y me la estira para que la tome.

– Pero nada será igual, no quiero que mi familia sepa que por mis decisiones todo da un cambio de planes – toma la paleta y la miro extraña – no se supone que como mi doctor no me permite comer esto?

– ¿Quieres que te la quite? – intenta tomarla de mis manos pero niego con la cabeza y la abro rápido para meterla en mi boca.

– Es mía – digo con dificultad al ser muy grande la paleta.

– Pareces un animal – toma la envoltura de la paleta que se encuentra en mi mano para botarla en la basura – Amelia necesito que regreses en unos días parece unos últimos estudios, estos serán los últimos a menos que vuelvas a enfermar cosa que se no pasará porque serás prudente y no hagas tonterías.

El valor de no prometer lo que no podras cumplirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora