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Mientras más, mejor, ¿no?

Mi sonrisa se volvió una mueca de desagrado, ¿qué cojones era esto?.

Miré a Sky y obviamente estaba sonriendo, levantando más una comisura formando su hoyuelo, exactamente, su sonrisa malvada.

No me sorprendió, porque así parecía ser Sky, lo poco que llevo conociéndolo me hizo darme cuenta, es ese tipo de ser humano que le gusta ver el mundo arder ante sus ojos, disfruta el drama, ver como la mecha de una bomba está a punto de ser consumida.

Un poco como a ti, pero te asusta más que a él que te salpique.

Y ahora mismo es lo que estaba viendo.

Me giré para ver a Benjamín y a Alma, pero sólo pude ver a Benjamín sujetar las dos maletas mientras Alma flipa con el paisaje.

Claro, joder, ellos no saben nada y Sky sabe lo suficiente para tener esa expresión de alguien que hará muchas travesuras.

–¿Qué estamos esperando?–Me dice captando mi atención, volví a mirar a las personas que teníamos a unos metros esperándonos.

Recuerdo la felicidad que tuve esta mañana a las seis, antes de que el despertador sonara y ahora solo quería subirme a mi coche e irme.

–Teñida, estoy contigo, estarás bien.–La mano de Sky atrapó a la mía haciéndome volver.

La movió suavemente y asentí mirando sus ojos grises.

–Sí, vamos.–Caminamos hacia ellos.

Mis ojos miraron el rostro culpable de Mónica, que se mordía el labio nerviosa, a su lado Arturo sonreía sin entender nada, y al lado de Arturo, Paul y un desconocido.

Entonces me di cuenta.

Alma y Benjamín.

Mónica y Arturo.

Paul y el desconocido.

Sky y yo.

Porque ninguna de ellas aceptaría pasar dos semanas durmiendo conmigo teniendo al novio aquí y dormir con Paul no me apasiona y mucho menos con un completo desconocido, mejor con un desconocido a medias o el sofá.

Solté la mano de Sky para darle dos besos a Mónica y susurrarle.

–Esto no estaba en el plan.–La miré molesta y ella me miró triste.

–Lo sé.–Me susurró.

Saludé a Arturo y a los demás, mientras que mis acompañantes hacían lo mismo.

–Soy Jhon, un placer, Irina, Paul me avisó de que eras guapa, pero no mencionó que eres realmente hermosa.–Bueno, ya se quien es el desconocido y lo lanzado que es.

–Gracias.–Dije con indiferencia y Mónica levantó las llaves.

–Al igual que tu amiga.–Se acercó a Alma.–¿Cómo te llamas tú, lindura?

–Tú la puedes llamar como: La mujer del cabrón que me partirá las manos sí la toco.

Benjamín se presentó con una preciosa sonrisa nada amenazante.

–O Alma si no vas a tratar de hacer algo que le moleste.

Excepto Sky y Alma, todos estábamos mirándolo sin saber bien cómo reaccionar.

–S-sí, encantado Alma y Benjamín.–Todo el atrevimiento de Jhon se había esfumado en ese momento.

Sky no era capaz de dejar de sonreír y mucho menos cuando se presentó a Paul y a Jhon después de la escenita.

Sky [COMPLETA Y EDITANDO]Where stories live. Discover now