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A mitad de la noche, justo cuando la luna llena estaba alumbrando el oscuro cielo, la imagen de un chico se vio acercándose a un pelirrojo que andaba despierto junto a su amiga - ¿Qué quieres? – habló ella con voz desinteresada sin despegar la vista de su libro.
─ Vaya, vaya que sorpresa verlos juntos ¿Interrumpo, tortolitos? – habló aquel personaje cubierto de vendas mientras su paso se detuvo a unos metros - ¿Es que acaso nunca duermen?
─ Ella preguntó ¿Qué quieres? – respondió el pelirrojo con su típica voz fría.
El sonido del libro cerrándose fue escuchado por los chicos, dirigiendo la mirada a Ikari - ¿Planeabas atacarnos dormidos? – volvió a preguntar de manera irónica soltando una risa – Simplemente patético, mejor lárgate si no quieres morir.
─ Esto es con él, niñita – dijo Dosu señalando al pelirrojo – Si te derroto ahora podré enfrentarme con quienes quiero de verdad, Sasuke Uchiha y ella – se notaba bastante decidido, haciendo que la muchacha levantara una ceja incrédula de lo que escuchaba – Ya sé todo de tu arena. Me pregunto qué es más rápido ¿Tu arena o mí sonido?
De un momento a otro el viento empezó a soplar con más fuerza, aumentando los tintineos de las decoraciones colgantes del lugar y dando comienzo a la trasformación del Sabaku No.
Era la primera vez que Ikari podía verla, pero aún así lo sintió tan familiar que no le causó miedo, además que ya había sido informada de aquello – Te lo advertí – habló mirando al chico del sonido con una sonrisa cínica mientras ella era cubierta por la cola de aquel animal de manera protectora.
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Poco tardó aquella escena, pues la transformación en ese momento fue corta, pero lo suficiente para acabar con la vida de un ninja y dejar cansado al Sabaku-No – Tranquilos, yo estoy aquí – habló Ikari no solo refiriéndose al humano sino también a aquel que habitaba dentro de él, calmándola un poco, no pasó mucho tiempo para que Gaara pudiera estar tranquilo volviendo a acomodarse con su amiga.
