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─ No seas tan dura con el árbol – la chica se tensó al identificar de quien se trataba, claramente el oji perla se dio cuenta de aquella reacción por más diminuta que sea.
Solo se limitó a responder sin darle la cara a su amigo – No es el mejor momento, Neji
─ ¿Qué pasa? – su reacción y ahora el tono de su voz hizo alarmar un poco al Hyuga quien se acercó a ella – Ikari, mírame – ordenó con un tono de voz más suave que de costumbre.
Ella por su parte trató de esconder la marca con su cabello y dio vuelta a su cara para mirarlo a sus ojos - ¿Qué te trae por aquí? – trató de disimular su dolor pero no funcionó con el mayor quien le quitó el cabello de su cara delicadamente, aunque trató de alejarse no pudo hacer mucho.
─ ¿Quién fue? – su ceño se había fruncido notoriamente, aquella mirada solo demostraba enojo – Ikari ¿Quién te pegó?
─ Ne-neji tranquilízate ... - su voz tembló, no por miedo sino por vergüenza al mostrarse débil. Volvió a ver a su amigo y se dio cuenta que no iba a calmarse hasta saber el culpable – mi padre - aquello lo soltó con enojo, recordando como había caído al piso.
─ ¿ÉL SE ATREVIO A PEGARTE? – sabía muy bien que a veces la propia familia podría ser muy cruel con los castigos, el lo entendía ... su marca en la frente lo demostraba y por eso mismo era su enojo.
─ Ya pasó ... no vale la pena darle más vueltas – dijo la menor agarrando su mano para poder calmarlo, cosa que funcionó bien.
─ ¿No piensas hacer nada?
─ Por ahora no puedo hacer nada – sentenció con voz firme – es obvio que el está muy por encima de mi ... pero la venganza es un plato que se come frío ¿Verdad?
Por su parte el castaño soltó un suspiro para proceder a acariciar su mejilla con delicadeza, haciendo estremecer por un corto momento a la chica – No lo vuelvas a permitir, por favor – dijo con un tono más bajo, le dolía verla lastimada, aunque fuera solo una marca, sabía que en el fondo ella estaba cargando con mucho rencor al igual que él.
Su momento fue interrumpido por un carraspeo a sus espaldas – Ikari debemos irnos – ella volteó su cara y se encontró con unos ojos negros.
─ No está sola, por si no te diste cuenta – replicó Neji de manera tosca, no se había molestado en voltear, aunque nunca haya cruzado palabra con él, sabía quién era.
