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─ Oye ¿Es normal que las personas murmuren tanto de ti? – preguntó la rubia Sabaku No harta de escuchar tantos cuchicheos.
Ikari, quien había invitado a comer al equipo de la arena, solo soltó un suspiro cansado – Es tan normal como saber quién es el Hokage.
─ Entonces eres la típica chica mediocre del equipo – habló Kankuro, recibiendo una mala mirada de la pelinegra.
─ Cállate Kankuro – ordenó el menor de los hermanos, sacando una risa arrogante de la Hatake.
─ Si mejor obedece Kangurito – ahora era él quien la asesinaba con la mirada – Además no te olvides quien te mandó directo al suelo hace un rato
Temari solo sonreía al ver como alguien menor avergonzaba a su hermano, por otro lado, se preguntaba que pasaba con Gaara que no objetó en recibir la compañía de Ikari ¿Quiere matarla o analizarla? Habló mentalmente.
─ Bien ya llegamos, esta es su posada según la dirección – la pelinegra no tardó en revisar de nuevo la hoja para volver a asentir – Lamento que su impresión de la aldea sea ... bueno de unos chismosos – trató de parecer despreocupada por el tema, pero la verdad es que le afectaba.
Desde hace tiempo que pasear por las calles se volvió un caos para ella, un montón de comentarios alagando el talento de su padre y que ella lo desperdiciaba sin ir a la academia, ellos no sabían la verdad, pero su ignorancia solo los hacía crear más rumores como lo avergonzado que estaba su padre de tener una hija así o que quitarle la vida a su madre solo fue un desperdicio.
Todo aumento cuando se volvió cercana a Naruto, empezando a hacerle compañía, los comentarios de que "entre perdedores se entienden" o que ambos son como unos monstruos, ella por sus particulares ojos rojos que para algunos son bellos, pero para otros lo extraño solo significaba un punto para molestar o temer.
─ No pasa nada – habló Temari regalándole una sonrisa, con el poco rato de conocerse habían congeniado muy bien – La gente a veces habla sin conocer a los demás – aquello lo dijo mirando "disimuladamente" a su hermano menor, cosa que no pasó disimulado por Ikari.
El pelirrojo solo se limitó a entrar, pero justo cuando estaba por pasar la puerta la voz de la pelinegra lo detuvo – Un gusto conocerte Gaara – el vio de reojo como la chica le daba una sonrisa ... ¿Amable? ¿Por qué? Se preguntaba y antes de tener algún ataque con su conciencia, entró a la posada – Creo que tus hermanos necesitan aprender modales – se quejó a la otra chica del grupo.
