CAPÍTULO 9

114 5 1
                                    




Vale, lo confieso. La historia que les he contado hasta ahora es mentira... Más o menos. Técnicamente no les mentí, tan sólo omití ciertos... pasos, todo este tiempo. Pasos que, dando otros, se irán entendiendo. Y todo se remonta a cuando mi madre falleció.

¿Recuerdan cómo les dije que yo misma me encargué de la situación? Realmente lo hizo mi madre, yo sólo seguí directrices y armé un plan. ¿El tiempo que estuve desparecida? Pronto lo entenderán, pero y... ¿Cómo escapé de la cárcel? Gracias a la doctora. Mi hermosa y cuadriculada Alexa, más conocida como: Alexia. Quien armó el perfecto plan de fuga.

Y nunca pensé llegar hasta aquí, siempre creyendo que algo se jodería por el camino. Pero estando ya en este punto no tenía piedad alguna y estaba metida hasta el fondo en ello. Acabase como acabase.

—Pasa —dijo Samuel con sequedad.

Entré en la casa y ambos fuimos a sentarnos en la mesa de la cocina. Estábamos en un piso franco del FBI que tenían en las afueras de Juárez, cerca de la frontera y El Paso. No creo recordar la última vez que estuve nerviosa, pero por nada iba a demostrarlo.

—¿Y bien? —dijo.

Me revolví en mi asiento, acomodándome, y viendo cómo iba a ir esta visita.

—Tengo toda la información en un pendrive, escondido —mentí, técnicamente.

—¿Dónde?

—Eso no pienso decirlo.

—Lipa... Te recuerdo que trabajas para el FBI.

—Y yo que os dije que se haría a mi modo. Y accedisteis, incluso Thompson.

Se revolvió él esta vez.

—¿Y pretendes que confiemos en ti, sin más? ¿Sin nada como seguro?

—Claro, porque ni tú te fías de mí, Samuel.

—¿De qué mierda hablas, Lipa?

—No finjas que no lo recuerdas. Vi tus ojos esa noche, cuando te dejé allí. Me miraste como si fuese una completa desconocida, como si te hubiese traicionado.

—¡Me abandonaste!

—¡No te abandoné! ¡Formaba parte del plan! ¿¡Quién mierda crees que llamó a los demás para que viniesen a por ti!?

Se quedó callado un segundo, hasta que vi en su mirada que volvía al ataque.

—¡Podrías habérmelo contado!

—¿Y joder el plan? ¡Había uno de los nuestros entre los otros y murió! —exclamé. Intenté contenerme, porque no podíamos llevar menos de cinco minutos juntos y estar ya peleando. Respiré hondo—. Repito: os dije que se haría mi manera y que necesitaba vuestra confianza o no funcionaría. Claro estaba que se iban a perder vidas, pero no creí que llegaríamos a perder la de gente inocente. Accedisteis a ello, sabiendo que la operación era peligrosa. Y ya nos hemos cargado un cártel importante. Estamos a punto de atrapar a otros tres.

Suspiró pesadamente, conteniendo esta vez él las ganas de responderme mal y centrándose en lo positivo.

—¿Y ahora qué, Lipa?

—Os haré llegar la información, pero no puedo dártela ahora mismo.

—¿Por qué no?

—Porque no la llevo encima ni está cerca.

—Joder —masculló.

—Se ha instalado en la hacienda, y sé la ubicación de esta —informé—. Ya estuvimos con los otros cárteles. Cuando sea el momento, os mandaré exactamente qué hacer. Pero no podemos atacar por ahí como pretendéis, quedaría muy obvio si alguien le da un soplo. Sólo quedaríamos mi tío y yo.

TODO, POR EL PLANWhere stories live. Discover now