XIX.- Winchester y Hale

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— Entonces tu hermano era increíble, cada vez que hablas de él me acuerdo de mi tío Mitch. — dijo Jack mientras tomaba una patata frita del palto del lobo.

— ¿Tu tío? Bueno debo de admitir que se parece bastante a mi hermano.

— Sé que Mitch puede ser un poco amargado y frío pero en realidad es alguien amable y con un buen corazón. La vida que llevaron mis tíos y mi papá no fue nada sencillo, fueron cazadores desde que tienen recuerdos, su madre murió cuando Mitch era un bebé de solo unos meses, mi abuelo no era la persona más cariñosa del mundo y fue muy duro con ellos, mi tío Sam decidió irse e ir a la universidad. Pasaron demasiadas cosas y enfrentaron muchas otras hasta que llegamos aquí, mi tío transformó todas sus emociones en unas ansias terribles por la venganza, papá dice que cuando nací yo los tres cambiaron pero más Mitch.

— Creo que nuestros padres, tíos y en mi caso primo y más ha pasado por mucho, creo que el mundo no era tan amable con ellos. Ojala que no tengamos que pasar por cosas así.

— Esperemos pero Mitch siempre dice que el apellido Winchester es sinónimo de problemas. — rio levemente.

— La manada Hale también es sinónimo de problemas. — le siguió el juego el lobo.

— Estamos en el mismo bote, pero espero que no terminemos mal, aunque una cicatriz no se vería mal, tal vez como Mitch. — comentó Jack mientras posaba.

— Puede ser pero mejor sin cicatrices, tu rostro es demasiado hermoso. — le dijo Alexis con una sonrisa coqueta.

Jack se sonrojó y lo golpeó levemente.

*

— Así que estuviste con el pequeño Hale. — le dijo Castiel cuando entró al loft.

— Si, fue divertido. — dijo Jack mientras frotaba su nuca.

— A mi me parece algo más, tienes la misma mirada que tu padre cuando empezamos a salir.

— ¿De qué hablas? No lo conozco mucho.

— Los sobrenaturales tenemos algo llamado compañeros, a veces no nos damos cuenta de que los hemos encontrado pero creo que tu has encontrado el tuyo. A mi me pasó con tu padre pero no sabía distinguirlo hasta que un día lo vi y fue muy tarde. — colocó una mano sobre la mejilla de su hijo — No quiero que te compliques tanto en el amor como tu padre y yo, fuimos unos idiotas y nos hicimos daño, tardamos mucho para llegar a donde estamos y ahora estamos bien y felices pero no compliques las cosas, solo deja que todo fluya de manera natural. — le dijo Castiel con cariño.

— Esta bien, pa. Eso haré no apresuraré las cosas y dejaré que fluyan, solo no le digas a papá ahorita.

— Tranquilo, sé como es Dean así que esto será nuestro pequeño secreto, solo entre nosotros.

— Gracias.

— Creo que deberías contárselo a Mitch, es un buen consejero.

— Tal vez lo haga.

Castiel acarició el cabello de su hijo con cariño.

*

Mitch miraba a sus cuñados preparándose para rastrear la señal de los demonios, él se uniría pronto pero estaba esperando a que su dolor de cabeza se calme.

— ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —le preguntó Sam con preocupación.

— Si, todo bien. Si pasa algo me detendré.

— Te ayudaré. — dijo Jack pero fue detenido por su padre.

— Alto ahí, no puedes hacerlo debes dejar que tu padre y Mitch lo hagan, tú no tienes esa experiencia.

— Pero...

— Esta bien, pequeño ángel. Dean tiene razón no hay manera de que puedas soportar esto por mucho tiempo, a mí me llevó años poder hacerlo. Paciencia. — le dijo Mitch mientras acariciaba el cabello del menor.

— No es justo pero entiendo.

Mitch rio y negó con la cabeza.

Dean sostuvo a su hijo y dejó que su hermano se reuniera con su cuñado y esposo.

Mitch se sentó en el suelo y colocó sus manos sobre sus rodillas y cerró los ojos, los ángeles imitaron su posición. Jack sonrió al sentir el aura de esos tres, era cálida y amable, se sentí seguro.

— Pensé que Mitch solo era un canal pero es como si estuviera buscando también a los demonios y como si tuviera su propio poder angelical. — comentó Dean.

— Es que a veces los ángeles comparten un poco de aura, es por eso que Mitch parece tener un aura angelical. — explicó Jack de manera tranquila aunque movía su manos sin parar.

Sam no tardó en notar la actitud de su sobrino pero se quedo callado, no era la primera vez que sucedía algo así.

Mitch junto con los ángeles abrieron los ojos y se levantaron.

— Los demonios están más cerca de lo que pensamos, por alguna razón no han salido de donde están.

— ¿Dónde están?

— Tenemos que ir a la mansión Hale. — dijo Mitch tomando su chaqueta y salir preocupado.

— ¿Qué paso? — pregunta Sam.

— Los demonios están en los túneles subterráneos de la mansión Hale. Ellos han estado en un grave peligro durante todo este tiempo y en cualquier minuto ellos podrían acabar muertos. — le respondió Castiel.

*

Mitch llegó a la mansión Hale con un rostro serio, abrió la puerta y caminó sin importarle las caras sorprendidas y los llamados de los demás. Llego hasta la entrada de los túneles subterráneos y no dudo en entrar.

— ¡Salgan malditos bastardos! — dijo Mitch disparando a una pared.

— Vaya el chico Winchester. — se acercó un hombre con una sonrisa escalofriante y sus ojos completamente negros — Estoy bastante curioso por eso, no eres completamente humano, pareces un ángel pero tampoco, también pareces uno de nosotros pero al mismo tiempo no, eres extraño. Eres un hombre poderoso pero perdido, es como si gritaras por auxilio pero al mismo tiempo no quieres salir de donde estas ahorita. ¿Quién eres tú?  

¿Quién es Mitch Rapp?Where stories live. Discover now