XVII.- Cazadores Winchester

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La segunda vez que Alexis se encontró con Stiles estaba saliendo de la tienda de comic cuando vio que Jack y Mitch salía de una pequeña cafetería.

— ¡Hola! — les saludó acercándose a ellos.

— Hola. — le saludó Jack con una sonrisa tímida algo que hiso que si tío riera levemente.

— Veo que estás separado de la manada, podría ser peligroso, cachorro. — le dijo Mitch.

— Puedo cuidarme solo, no soy tan débil. ¿Qué hace ustedes por aquí?

— Estábamos viendo el pueblo y conociéndolo así que paramos un momento para comer algo. No nos convenció ese lugar, ¿conocerás un buen lugar para almorzar? — le preguntó el nefilim acercándose al lobo.

— Si, hay un pequeño restaurante a las afueras del pueblo, es bastante acogedor. Es un buen lugar, la manada y yo solemos ir bastante además de que el dueño es un beta. — explicó el lobo.

— Tu nos guías. — le dijo Mitch comenzando a caminar ignorando la mirada emocionado de ambos chicos.

Alexis comenzó a caminar con Jack a su lado.

— ¿Cómo es vivir aquí? Nosotros tenemos un hogar en Kansas pero no es tan divertido además siempre estamos de un lado a otro, casi no pasamos tiempo en casa.

El lobo rio levemente, el chico se parecía a él cuando era niño.

— Es tranquilo. Desde hace años no pasaba algo peligroso, pocos enemigos venían.

— ¿Por qué? Con el poder que tiene el nemeton lo normal sería que vinieran muchos para acabar con el.

— Mi hermano mayor junto con Derek y los demás se enfrentaron a muchos enemigos poderosos y eso que eran solo unos adolescente, eso hizo que la fama de la manada Hale creciera. — miró el cielo por un momento — Cuando crecieron varios se fueron del pueblo incluido mi hermano, quien se convirtió en un agente del FBI bastante fuerte; después de ciertas situaciones formó su propio equipo, con ellos acabó a varias mafias y terroristas. Al final acabo con cierta persona poderosa, pero no todo salió bien. — suspiró — Las cosas volvieron a la tranquilidad y muchos sobrenaturales, cazadores y humanos ya no se atreven a acercarse al pueblo. Mi manada es la más poderosa de el continente. — les explicó Alexis de manera tranquila.

— Tu hermano murió, ¿no es así? — comentó Mitch con voz suave aunque trataba de ignorar el cosquilleo dentro de él.

— Si, pero no lo decimos. Él querría que su nombre nos protegiera aunque él ya no pudiera hacerlo.

— Lo amabas.

— Si, no lo conocí hasta que tuve ocho años, él siempre estaba fuera y nunca visitó el pueblo, pero regreso y pude conocerlo. No pude convivir mucho con él, pero el poco tiempo que lo hicimos fue grandioso, además de que me dejó un mensaje de despedida y puedo verlo siempre así no olvidaré como se veía o su voz. — comentó el lobo con nostalgia.

— Es bueno que pudieras hablar con él. Perder a un ser amado nunca es fácil, su ausencia duele siempre. — comentó Mitch con un deje de tristeza.

— El amor viene de la mano con el dolor. — comentó Jack sorprendiendo al lobo.

Mitch revolvió el cabello de ambos jóvenes.

— Así es la vida, solo debemos de seguir adelante.

— ¿Has perdido a alguien? — se atrevió a preguntar el lobo con timidez.

— Mi madre murió cuando era un bebé, mi padre cuando era un adolescente. — suspiró mientras tocaba de manera distraída la placa que llevaba en el cuello — Y esa persona murió hace diez años.

Jack tomó la mano de su tío y le regaló una suave sonrisa.

— Lo lamento.

— Lamento lo de tu hermano. — le dijo Mitch con una ligera sonrisa cargada de tristeza.

— Esta bien, creo que la herida esta sanando.

Llegaron a la cafetería, los adolescentes estaban concentrados en pedir comida y charlar acerca del instituto. Mitch los miraba con cariño, no entendía la razón por la que se sentía en casa en ese pueblo, tenía un sentimiento de nostalgia y emoción. No entendía nada de lo que estaba ocurriendo.

— ¿Cómo es ir al instituto? Yo he sido educado en casa desde niño, al ser hijo de un ángel me era difícil controlar mis poderes cuando era un niño. — comentó Jack para después darle una mordida a su pay.

— No es la gran cosa. El lacrosse es divertido, mi hermano formó parte del equipo cuando tenía mi edad, no era muy bueno pero se esforzaba y lo disfrutaba.

— ¿Empezaste a jugar por él?

— Si, pero al final terminé amando el deporte, es interesante y el trabajo en equipo es esencial.

— ¿No hay problema con tus instintos? ¿Has jugado en la luna llena?

Alex rio levemente sin un pizca de maldad o burla.

— No, mi padre y Derek me han enseñado a controlar mis habilidades, puedo ser un adolescente normal. También he jugado en luna llena; los lobos tenemos un ancla que nos ayuda a mantener el control, aunque yo siento que en realidad son dos. — levantó un dedo — La primera es uno mismo, debemos de creer en que somos lo suficientemente fuertes para controlarlos además de que debemos de confiar en uno mismo. — levantó un segundo dedo — Una persona o personas a las que amemos. — sonrió — El amor es nuestra debilidad pero al mismo tiempo nuestra mayor fortaleza. — le explicó el lobo.

— ¿Quién es tu ancla? — negó con la cabeza — Perdón, no tienes que decírmelo, me imagino que es algo bastante personal. — dijo Jack con vergüenza.

— Sé que no nos traicionarán, así que te lo diré. — guiñó un ojo para después asentir hacia el mayor — Tengo cuatro anclas: mis pops, mi papá, Antonio y mi hermano. Sé que él está muerto, pero sus recuerdos me ayudan además el tiempo que pase a su lado fue el mejor. Quisiera pasar tiempo con él de nuevo. — recargó su cabeza sobre su mano — Creo que esa es la razón por la que envidió tu relación con Mitch.

— Lo extrañas, no puedo prometer ser él, pero puedo ser como tu tío o un hermano mayor. — le dijo Mitch mientras revolvía el cabello del lobo.

— Es verdad, él es más como mi hermano que mi tío. — le dijo Jack con emoción y un ligero sonrojo al tener la mirada intensa del lobo sobre él.

Mitch se levantó.

— ¿Por qué no pasean juntos hoy? Pasen tiempo juntos. — revolvió el cabello de ambos — Sé que son fuertes y pueden protegerse pero si algo pasa solo llámenme. — le dijo el mayor para después dejarles dinero y salir de la cafetería.

— Es él. — susurró Alexis.

*

Mitch caminó de manera tranquila mirando el pueblo como si lo conociera hasta que se detuvo y sonrió levemente.

— ¿A qué debo su presencia, alfa Hale? 

¿Quién es Mitch Rapp?Where stories live. Discover now