Hazme Lo Que Quieras

22

El segundo piso solo había más hombre con máquinas.- Este es el gimnasio puedes venir cuando quieras aquí están prohibidas las peleas en este piso y en los demás.

- Parece que les gusta ejercitarse. -

- Deben hacerlo es su labor.- Entonces Sarah apretó nuevamente un botón. En ese piso si bajaron. Ves esa puerta en el fondo es la biblioteca, todas las otras puertas son dormitorios los siguientes dos pisos también son dormitorio. Caminaron hasta la biblioteca era simple pequeña con una mesa en medio de las estanterías y una silla.

- Parece descuidada la biblioteca.-

- Si a nadie le gusta estar aquí ademas todos debemos entrenar. No hay tiempo para leer o hacer cualquier otra cosa. -

- Entiendo todos son hombres y mujeres ocupadas.-

- Exacto.-

- Bien lo entiendo. Entonces que se supone debería hacer yo. -

- Debes entrenar para ser fuerte.-

-  La fuerza no sólo nace en los golpes. prefiero ir a la habitación. -

- Haz lo que quieras. - Williams le miró de forma seria. Parecía ofendida de la forma en que apretó los dientes al hablar.

Williams camino de vuelta y la llevo a su habitación.

Luego de estar sola y pensar en un plan mirando por la ventana. Supo que no había ningún plan funcional para escapar no con un ejército dentro de aquella casa. Tampoco era una buena a opción molestar a Ulises si no, podría matarla. Solo debería esperar la oportunidad adecuada y escapar. Hasta que llegara ese momento solo debía sobrevivir como lo hizo antes. Luego de estar en la habitación y comer unas frutas que permanecían allí desde el almuerzo. Decidio bajar a la biblioteca y buscar algo que leer para pasar el tiempo.

Nadie estubo en su camino y nadie le detubo de entrar en el ascensor cuando bajo al piso de la biblioteca no vio a nadie por allí. Fue a la biblioteca que estaba vacía.

- Bien encontraré algo que leer.- Hablo en voz alta. Era un hábito que había adquirido cuando estaba sola. Pudo ver que los libros estaban ordenados y polvorientos.

Se sorprendió a ver que habían libros en varios idiomas.

Al final solo tomó un libro de poemas y comenzó a leerlo en la silla hasta que sus ojos se cerraron.

Se despertó abruptamente en el suelo. - !Que mierda!- Hablo enojada alzo la mirada viendo a Darknees de pie a dos pasos de ella sosteniendo la silla. Ese maldito la habia arrojado al suelo. Se levantó frotándose el tracero. 

- Tetas bonitas esta no es tú silla. Así que busca, la tuya. - La voz sono ronca.

- !A quien llamas..! Se quedo callada al ver que sus tetas estaban casi afuera del bracier deportivo. Cruzo sus brazos avergonzada. Se había olvidado por completo que hacía calor y se la había quitado para estar más cómoda.

- Puedes pasarme la camisa.-

- ¿Segura?-  En un movimiento brusco tomo la camiseta de la mesa en su puño.

- Si -

- Entonces quitamela.- Le envio una mirada divertida.

- No voy a quitartela solo damela. -

- Entonces tú verás cómo le muestras las tetas a todos.-  Se recargo de la mesa con los brazos cruzados y la camisa entre ello.

- ¿Enserio? No es divertido. Dame la camiseta.- Miró para la puerta asustada de que alguien más entrará. Darkness dio un paso al frente con una sonrisa torcida. Una sonrisa que le recordó a Benedict. Recordó todo lo que debía y se obligaba a tratar de olvidar cada segundo. Dio un paso atrás asustada.

- Nunca te han dicho que no retrocedas ante las bestias. -

- Solo necesito la camisa, no lesiones de quien sabe donde.- Hablo con voz temblorosa.

- Eso solo me estimula a ir hasta ti.- Sonrió como un niño que a descubierto una sorpresa en la caja de cereal mientras daba dos pasos.

Retrocedió dos pasos chocando con la estantería. Su respiración se aceleró asustada de lo que podría hacerle. Sentía las palmas sudadas y el corazón a puntos de estallar. Se colaron en su mente imágenes de Benedict acoralandole obligandole a entrar en la habitación. Cuando estubo lo suficiente cerca para oler su sudor mezclado con algún tipo de perfume. Su respiración se corto cuando el alzo su mano.

- !Por favor no!- sintió como la camisa de deslizaba por su cabeza hasta su cuello. Su cuerpo temblo sabía que era un ataque como el de hace una horas lucho por respirar.

- Darkness debes... ¿Que diablo haces?- 

La voz de Ulises se escucho pero Darkness no apartó los ojos como si se alimentará del mi miedo. Sus ojos volvieron más oscuros como si la oscuridad de allí se alimentará de ese momento.

- Le está dando otro ataque.- Sueltala

Darknes delizo su mano por su brazo haciedole sentir un miedo que le hizo temblar hasta la última fibra mas visblemente sintió como sus pantalones se mojaron. Pero el no se movio  Ulicess lo apartó.

- Respira  despacio- Trato de respirar y lo hizo despacio.

- Mirame respira.- Ulices vio como comenzó a respirar y tocer con arcadas.

Hayley se doblo con arcadas para luego vomitar.

- No juegues tú juegos metales con ella. !Darknnes!- Ulises gritó enojado su voz salió como un estruendo mortal.

- ¿Estas mejor ahora?-  Ulises le miró y trato de enxtender una mano en su direcion. No la tomó a penas pudo dar un paso atras sintiendo algo caliente a sus pie. Fue consiente de que se había orinado al mirar el líquido sobre su pues y no conforme con eso había vomitado a solo un pie de distancia.

- No necesito tú lastima.- Dio un paso fuera del líquido solo para resbalar y caer de rodilla.-  Pudo escuchar la risa burlona de Darkness. Respiro tan profundo quito su camiseta de la cabeza limpio sus pies.

- Acabas de tener un ataque de ansiedad. No es lástima te pregunto por si debo llamar a un medico.-

Jamas habia estado tan enojada, expuesta, con miedo. Solo aquella vez y no queria volver a sentirse como un juuguete. Apreto la camieta mojada en su palma y la lanzo a la cabeza de Darkness quien dejo de reir. - Ya no te ríes tanto imbesil.- Le gritó. Entonces Darknes se quito la camiseta furioso. Entonces supo que era tiempo de correr.