Hazme Lo Que Quieras

5

Luego de la cena todos exepto B se quedó sentado sobre la mesa viendo a Hayley aún allí sentada sin sobresaltarse.

- !Hey! Por qué no has comido?- pregunto queriendo entablar una conversación.

- No tengo hambre.- Respondió con voz tajante.

- !Vamos a dormir! Ya levántate de la silla.- Se puso de pie relajado y saciado de comida.

- No voy a entrar en esa habitación de nuevo.- Está vez Hayley se giró mientras todas las alarmas en su cerebro y en su cuerpo se ensendian.

- He dicho levántate, si crees que ayer no te mostré lo suficiente hoy lo haré. - Tomo a Hayley del cabello despeinandola.

-!Suéltame! - Bramó enojada aún sin poder soltarse.

-!Camina!- Le ordenó llevándola arrastras hasta su habitación.

Cuando la habitación se cerró todo el cuerpo de Hayley se tenso ante el miedo.

- Vez no era tan difícil entrar. Ahora ve a la cama que tengo negocios pendientes - Hablo con desinterés.

Ella solo se limito a acentir. El animal casi le arranca el cabello pero estaba aliviada de no tener que compartir la cama con el.

- Palabras Hayley- Hablo ya irritado.

- Si ire a dormir.- Tomo alguna ropa y fue a la ducha al salir B no estaba allí y por un segundo volvió a respirar con normalidad. Pero sus tripas sonando no le dejaban en paz. Bajo a la cocina con cautela abrió la nevera saco un poco de tarta, pudin de chocolate y un emparedado junto a un vaso de jugo.

Estaba tan absorta comiendo con placer que no se había percatado de la presencia de Sebastián mirándola. ¿Desde cuándo estaba el allí? La habría visto comerse todo aquella comida apenas y solo quedaba media porción  de pudín.

- Mira lo que tenemos aquí.- Tebb hablo mirándole con detenimiento sin ningún tipo de modales. Ella tomaba el pudin en la boca gimiendo de gozo. Sin embargo cuando su gemelo la ensartó ayer ella jamás profirió algún sonido de gozo.

- Yo debo ir a dormir.- Se apresuró de decir bajando del taburete.

- Todavía no, sirveme un poco de leche caliente.- Entro de lleno en la cocina.

- No soy tú sirvienta, además que no te bastó con toda la que le regalaste a la chica de la tarde. - Frunció la frente con disgusto.

- No me provoques, no soy igual a B. No uses juegos de palabras conmigo. - Dió un golpe con la mano abierta en el tope de mármol.-

- !Bien! te haré tú maldita leche bebé llorón.- Hablo enfadada por la orden recibida.

Tebb se levantó de un salto caminado hasta ella. - Te crees muy valiente. ¿no? Veremos qué tan valiente eres.- La tomo de la muñeca y la arrastró hasta su piso. -Dejame en paz- le gritó de vuelta sumida en su enojo.

El la llevo hasta una habitación contigua a la de él. Era una habitación amplia con tonalidades claras. Se sorprendió al ver a la mujer de antes allí. Con una bata blanca de ceda la hacia ver hermosa. Su cerebro trabajo a velocidad haciendo que se retorciera sobre su agresor.

- Sueltame- gritó a todo pulmón.

- Sebastián que sucede.- La mujer hablo con voz melosa.

- Ella cree que puede comportarse de esta manera. - La soltó haciéndola caer al suelo. - No permito que nadie me falte el respeto mucho menos que me griten. - Hablo encabreado mirando fijamente a Alondra.

- Preparala- Salió dando un portazo.

- Que es lo que has hecho?- Saltó a decir Alondra mirándola con los ojos tan abiertos como dos esferas.

- No hice nada el fue a molestarme mientras comía. Me insulto y humilló.- Bramó enojada.

- Antes trate de salvarte de su ira. ¿Eres tonta? Sabes lo que hará contigo chiquilla. Te llevará al burdel para que los clientes te tomen.- La mujer la miro con pena.

- No, no puede..- Se levantó del suelo alfombrado negando con la cabeza con los ojos como platos asombrada.

- Si que puede y lo hará.- Se alejo para preparar las cosas antes de embellecer a la pobre criatura. Busco un corset negro a juego con una tanga en encaje y un albornoz de seda. La muchacha no sabía realmente se que había metido con el hombre equivocado pero ella si. Conocía el carácter de Sebastián, sabía cuán despiadado podía ser.

- !Ven! Vamos hay que bañarte.- Dió un golpe al hombro de la chica. - No voy a ir a ningún burdel. !No quiero!- comenzó a sollozar.

- No hay otra salida el es tú dueño, hará lo que se le venga en gana.- Hablo suavemente diciéndole la verdad a la chica.

Ayudo a la chica a bañarse. - Se complaciente cuando valla el hombre que él escoja. No pelees si lo haces te golpeara y te hará daño. Puede degararte la vagina. ¿entiendes? - Alondra aconsejo a la chica con pesar. En un inicio pensó que sólo estaba rompiendo las reglas de los gemelos pero luego Sebastián simplemente a arrojó allí. Sabía cómo se sentía ser arojada y violada incluso inconsciente esos animales jamás se detenían. Después de todo al final ella era una prostituta pero la chica le daba pena era demaciado tranquila y parecía tímida en las cosas sexuales después de todo el espectáculo que miro mientas Sebastián y ella estaba en la habitación la obligaron a mirar pero aún así se negó.

- No soy tonta. Pero no quiero que nadie me toque nunca. B y el me engañaron me quitaron mi derecho a elegir el hizo que B me violara. No quiero que me toquen los dos no son  más que bestias.

- Pues esa bestia te puede dar mucho placer. Si te lo propones el no se negara si tú vas a ellos a cualquiera. Tienes su atención en tí aprovéchala eres joven. El me trajo de un burdel me saco de allí. Si es malo, no me trata como una princesa pero cumplió su promesa me saco de allí. - Hablo tratando de hacer entender a la muchacha.

- No puedo me dan asco.- Hablo con la verdad. Jamás imaginaria como realmente sucedió toda la historia contada por ella.

- Seducelo ese es tú mejor camino.- Alondra hablo apretándole el corsé.

Lo prometido es deuda así que aquí esta la actualización.

Les leo!!

Besos!