Capitulo 34. El precio a pagar

21.6K 1.4K 84
                                    

Jhon

Nunca creí que fuera a verla, el día que mi padre la expulsó de la Manada pensé que jamás la volvería a ver. Pero de nuevo me equivocaba ya que ahora mismo me hayo en su búsqueda.

Gracias a la Diosa Damian no ha soltado ninguno de sus comentarios cosa que agradezco. Está muy concentrado en buscar su rastro, ahora se que ella nunca se fue, cambio su forma y siguió viviendo entre nosotros aunque lo hiciera por temporadas.

Cómo pensar que la amable viejecita que vivía a las afueras del pueblo podría ser ella, que ciegos y que ilusos fuimos.

Lo que no entiendo es porque ahora y no antes, supongo que es algo que descubriré muy pronto.

—Aquí termina su rastro— dice Damian quedándose quieto.

— Pero aquí no hay nada, solo hay árboles—

— Recuerdas lo que nos decía Nana cuando éramos pequeños?—
Me pongo a pensar en sus palabras, que era lo que nos decía Nana, un recuerdo llega mi mente.

** Nuestros ojos no lo pueden ver todo siempre, pero nuestros sentidos de lobo nos pueden ayudar**

Cierro los ojos y me concentro en mi alrededor, escucho el viento sobre las copas de los árboles a un pequeño conejo comiendo y un murmullo, sigo ese murmullo y me doy cuenta de que son voces.

— Ya sé dónde están!—

— Que bueno pensé que no lo descubrirías nunca—dice el arrogante de mi mejor amigo.

Se adelanta y dejó de verlo, como suponía se trata de magia, lo sigo y frente a nosotros aparece una cabaña de madera, respiro profundo y me pongo alerta, a estas alturas ya debe de saber que estamos aquí.

Caminamos por el pequeño sendero hasta llegar a la entrada de la cabaña, Damián está apunto de agarrar el pomo de la puerta cuando está se abre sola.

Puede tratarse de una trampa pero a estas alturas poco me importa, quiero acabar cuanto antes con esto.

Paso al interior y puedo ver a Evelyn sentada de espaldas junto a la chimenea.

— Pequeño acércate has tardado demasiado en encontrarme, esa humana te tiene un poco oxidado—

Aprieto mis puños y me acerco hasta su posición, nada más verla un escalofrío recorre mi espalda, es como si su cuerpo reflejase su edad real.

— Veo que estás sorprendido por mi aspecto, bueno ya no importa demasiado es poco el tiempo el que me queda en este mundo—

— Dónde están? Se que las ayudado y no lo niegues Evelyn—

— Antes odiaba que me llamases abuela y ahora lo echo de menos, que cosas tiene la vida—

— Soy lo que tus has hecho de mi—

— No, tú eres mejor que todos ellos siempre lo supe por eso siempre fui más dura contigo, necesitabas sacar todo tu potencial...—

— No he venido a perder el tiempo con tus recuerdos—

— Lo se... ellas están en la parte de atras—

Miro a Damian y este de inmediato sale al exterior, no tarda más de un minuto en volver.

— Amigo, de ellas solo quedan huesos y poco mas—

— Antes de que digas nada, a ellas también las use. Quería recuperar mi poder pero las sombras solo quieren niños y el precio a pagar fue este, me quitaron la juventud y mi inmortalidad ñ—

— Debería haberte matado aquel día, no mereces vivir—

— Supongo que tienes razón, pero en mi defensa diré que todo lo que soy es lo que han hecho de mí. Sabes quería recuperar todo mi poder para llevarme a la niña, aunque no es una sangre pura ella tiene el don, habría sido la mejor arma de todas...—

— Hay te equivocas abuela, ella no es un arma y nunca lo sera—

— Abuela suena diferente a como lo había imaginado...—

Comienza a toser y puedo ver el pañuelo que quita de su boca manchado de sangre.

— Te pediría que acabaras con mi sufrimiento pero se que no lo merezco, antes de que te vayas te diré algo. El día de la presentación de Bella en la Manada le di un regalo—

Me acerco a ella y la cojo fuerte de las muñecas.

— Qué le has hecho a mi hija, juro que te mataré ahora mismo—

— Es una oferta tentadora la verdad, pero mi tiempo se acaba ya. En su décimo octavo cumpleaños lo descubrirás...— dice y da un sonoro ronquido para después quedar inerte.

— Vámonos su vida se ha consumido, ya no hay nada que podamos hacer aquí—dice Damian desde la puerta de la casa.

Saco un leño ardiente de la chimenea y lo pongo a los pies de mi abuela, ya he sido mejor que ella en toda su vida. Al menos le doy un entierro digno.

Salgo de la casa y está poco a poco se consume entre las llamas, salgo de esa ilusión con una sensación de vacío en el pecho.

No esperaba que se arrepintiese de sus actos pero su cambio de actitud me ha dejado desconcertado. No quiero pensar lo que hubiese pasado y las sombras le hubiesen otorgado el poder que tanto ansiaba. No se habría quitado a Bella y la habría vuelto como ella.

Pero ahora hay algo que me preocupa en sobremanera, que será lo que le ha hecho a mi pequeña, en cuanto llegue me pondré a hablar con la bruja para que investigue, y le quitese don o ese regalo que le ha dado.

Mi pequeña nunca será como ella

—Y ahora qué?—pregunta Damian.

— Ahora volvemos a casa—

— No me refería a eso si no a lo otro, a lo que dijo de...—

— Se que lo que te voy a pedir va en contra de tu manera de ver la vida, pero te pido no como amigo sino como hermano que no hables con nadie de lo que ha pasado hoy en esa cabaña. No quiero preocupar más Valery, ella no se lo merece—

— Hermano, has dicho hermano!—dice tirándose sobre mi. Si no creyera que es imposible diría que está hasta llorando. Lo aparto un poco de mí y le doy espacio, bueno más bien me doy espacio a mí mismo.

— Vale, prométeme que no dirás nada Damian—

— Hermano esta mejor, pero vale te lo prometo aunque será difícil no contarle a mi Ari...—

— Damian...—

—Bueno lo hago por mi chiquitín no quiero que su suegro este enemistado con su padre—

Yo lo mato! Aprieto fuerte mis puños y me dirijo a casa, este hombre es tan cabezota que de seguro si futuro hijo es el mate de mi hija.

Lo escucho cantar una canción, voy a tratar de ignorarlo lo máximo posible, tenemos casi cuatro horas de camino hasta la Manada, siento que si no llegamos pronto soy capaz de tirarlo fuera del Jeep.

Fin.





Nota: No tenía muy claro si acabar la novela así, pero creo que está fue la mejor forma de acabar. No te vayas aún ya que faltan por publicar el epílogo y varios extras. Admito sugerencias de que o de quién os gustaría que escribiera?

Besitos...

Ella es humanaWhere stories live. Discover now