Capitulo 8. No dejes de cuidarme

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Después de hablar con Jhon me siento mejor, me doy una ducha y bajo hasta la cocina, Nana está preparado la comida.

- Nana, dónde está Jhon?-

- Ha salido un momento, no creo que tarde en volver -dice sin levantar la cabeza de las zanahorias.

Se que dijo que podía hacer lo que quisiera, pero aún así no me cuesta nada avisar de que quiero salir.

- Nana quiero salir a dar una vuelta, me gustaría conocer el lugar -

- Muy bien, siento no poder acompañarte, puedes salir sola?-

Asiento con la cabeza y me encamino hacia el exterior. Antes de salir escucho a Nana hablar desde la cocina.

- No te alejes demasiado, y ten cuidado-

Es bonito saber que alguien se preocupa por mi, salgo a la calle, este parece ser un lugar agradable, los niños juegan y las mujeres hablan en las puertas de sus casas, recorro todo el lugar la zona de casas y tiendas no es demasiado grande, pero el bosque que lo rodea todo si que lo parece, vuelvo hacia la casa, pero me desorientó era por la izquierda, o era por la derecha?

Camino por la derecha, no de si he escogido bien si no es así pronto lo veré.

Paso cerca de un grupo de chicos no parece ser mucho mayores que yo, estos me miran con curiosidad o es lo que yo quiero creer.

- Pequeña que haces tan sola-

- Qué eres? No hueles a loba, ni a humana, tampoco eres un vampiro, ni una bruja - dicen acercándose a mi.

- No se acerques, Jhon se enfadara si me hacen algo -respondo casi gritando.

Ellos no se detienen y hago lo único que puedo en estos momentos, correr, correr con todas mis fuerzas. Noto como se acercan, giro a la izquierda y llego hasta la tienda, la misma tienda en la que estuve con Nana.

Paso y veo como los chicos se quedan fuera esperándome. Me acerco hasta la cajera, esperando que ellos se marchen pero no lo hacen.

- Señorita me recuerda, estuve comprando con Nana y con George-

- Si, en qué puedo ayudarte-

- Esos chicos me siguen, puede llamar a Jhon o a Nana para que vengan a buscarme-

Ella se asoma por el ventanal e inmediatamente coge el teléfono.

- Ya he llamado, vamos a la trastienda esos chicos están dando verdaderos problemas a la Manada, suerte que has podido venir aquí-

- Gracias- respondo casi en susurro.

Mientras acompaño a la señorita no puedo dejar de pensar en que nada me sale bien, tan solo quería hacer algo por mí misma y me visto envuelta en una situación difícil, qué habría pasado si no hubiese estado abierta la tienda? Qué hubieran hecho conmigo?

- Señorita espere aquí ha entrado alguien en la tienda -dice y sale de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

Cómo habrá sabido que alguien entraba si no se ha escuchado nada. Por un momento recuerdo lo poco que he llegado a leer del libro que cogí de la estantería.

Ellos se pueden reconocer por su olor, la puerta se abre y sin poder evitarlo me echo para atrás, el primero que pasa es Jhon, puedo ver en su rostro la preocupación.

Me acerco a él y hago algo para mí impensable, lo abrazo, el parece sorprendido por mi acercamiento me sonríe y devuelve el abrazo.

- Volvamos a casa, no te preocupes por ellos ya están en el calabozo y recibirán su castigo-

- No los vas a matar, verdad?- pregunto nerviosa, se que me han asustado pero no me han llegado a hacer nada.

- En principio no, pero han cometido una falta muy grave que es atentar contra su Luna, tengo que pensar en frío el castigo-

- No creo que supiesen que era su Luna dijeron que no portaba a ningún olor.-

- Valery tienes buen corazón, pero a veces hay que castigar a las personas para que aprendan la leccion-

Volvemos a casa en silencio, voy agarrada a su brazo y no siento repulsión más bien lo que siento es seguridad, el no deja de mirarme y sonreír, no sé por qué lo hace tanto, igual es que tengo algo gracioso en la cara.

Me separo de el y comienzo a frotar mi cara con las manos.

- Qué hacés?-

-Limpio mi cara para que no te siga resultado graciosa -respondo tapando mi cara con las manos.

- No me reía de ti, es solo que estoy feliz de tenerte a mi lado -dice apartando mis manos y mirándome fijamente a los ojos.

Un escalofrío recorre mi espalda y sin poder evitarlo el rubor sube hasta mi rostro, me siento avergonzada.

Llegamos al fin hasta la casa, Nana sale corriendo a nuestro encuentro.

- Niña estás bien? Te han echo algo esos desgraciados?-

- Nana, estoy bien solo me he asustado un poco -respondo y dejo una sonrisa.

Ella asiente y pasa al interior de la casa, me dirijo hasta la sala y me siento cerca de la chimenea, me pierdo en mis pensamientos viendo el crepitar del fuego.

- Valery, quieres que traiga una televisión... yo se que los humanos disfrutan con eso-

- La verdad es que me da igual, solo he podido verla alguna vez y de pasada no me estaba permitido ver televisión -dice y agacha la cabeza apenada. Sin quererlo he debido de despertar algún recuerdo desagradable.

- Bueno pediré que traigan una, y así podremos ver juntos alguna película o similar-

- Y podré comer palomitas?-

- Claro que si, también dulces y si te apetece podemos traer helado-

- Helado -dice y salta hasta mi...
estás pequeñas muestras de afecto me llegan muy dentro, poco a poco me va tomando confianza.

Se que debo ser paciente y valorar los pequeños gestos de ella, esos pequeños gestos para mí son grandes logros. Después de todo lo que ha pasado ya me puede tocar y deja que la abracé.

- Valery voy a traer helado, no tardó en volver, algún sabor en especial?-

- No, el que traigas estará bien-

Salgo de la casa y voy a por el helado, pero antes de eso tengo algo que resolver, nadie puede ofender a mi luna y quedarse tan pancho.

Ella es humanaWhere stories live. Discover now