Capitulo 10. Otro mate

39.7K 3.3K 129
                                    


— He hecho algo mal? Acaso no te gusto?— pregunto insegura.

— No eso, más bien me vuelves loco, pero no creo que estés preparada aún para dar este paso—

— No te preocupes se lo que debo de hacer, no es la primera vez que hago esto— respondo y comienzo a tocar su pecho desnudo.

— Valery, no!— dice Jhon saliendo de la habitación.

Una lágrima traicionera sale de mis ojos, me miro en el espejo y observó mi reflejo. Supongo que debo de causarle asco, apenas si poseo un cuerpo curvilíneo y tengo sendas cicatrices por mis brazos y alguna más en mi pecho.

Cojo el pijama y me lo pongo, estaba segura de que podría encajar aquí y hacerle feliz, ahora se que pronto me tendré que marchar de su casa, que clase de Luna sería si no está marcada por su Alfa, sin olvidar de que soy humana.

Me meto a la cama y entre lágrimas me quedo dormida...

Despierto temprano, la cama está vacía por lo que deduzco que hoy no ha dormido aquí. Me aseo y me visto.

— Nana, hay más humanos aquí?— pregunto llenando la cuchara de cereales.

— Mmm... Déjame pensar... ahora creo que no, pero hace tiempo si hubo un par de humanos—

Asiento con la cabeza y continuo desayunando, una idea llega a mi cabeza.

— Nana, sabes si alguien ofrece trabajo?—.

— Creo que en la cafetería, están buscando camarera/o. Pero a qué viene está pregunta?—

— Nada, solo sentía curiosidad— respondo mintiendo.

Termino de desayunar y aviso a Nana de que voy a salir, no voy a negar de que siento un poco de miedo. Pero al menos ya se que esos chicos no podrán dañarme.

— Buenos días, vengo por el anuncio de camarera—

La señora le mira de arriba abajo, creo que está intentando saber que clase de ser soy.

— Tienes experiencia?—

— No, pero aprendo rápido— respondo sincera.

— Está bien, estarás unos días a prueba— dice y me da un uniforme.

Voy hasta la zona asignada y me lo coloco. Me queda un poquito grande pero si ajusto el delantal no se ve tan mal.

Sirvo a los clientes y recojo las mesas, no es tan difícil como pensé, creo que lo estoy haciendo bien.

— Valery, puedes volver mañana a las ocho. Por hoy ya es suficiente— dice y me ha un billete de veinte.

Vuelvo hacia la casa, feliz hoy al fin he podido ganar dinero, si ahorro lo suficiente podría empezar de cero en otro lugar.

— Niña donde has estado todo el día? Estaba empezando a preocuparme—

— He he estado trabajando, ahora voy a lavar mi uniforme y a tomar una ducha— respondo acercándome hasta el lavadero.

Después de lavar y tender mi uniforme subo hasta el dormitorio, cojo mi billete y lo guardo junto a mis dulces.

— Niña, Jhon ha pedido que lo disculpes últimamente tiene mucho trabajo—

Asiento con la cabeza y sonrío levemente, porque me da que es sólo una excusa.

Dos semanas después...

Me siento en la cama y cuento mi dinero, con lo que he ganado y las propinas ya tengo casi 700 $. Si continuo así en unos meses tendré lo suficiente para poder arrendar un apartamento, aún no decido si seguir aquí o ir a otro lugar.

A Jhon casi no lo he visto en estas semanas, cosa que agradezco ya que me avergüenzo en su presencia, solo de pensar lo que hice y como me rechazó hace que me invada la pena.

Lo mejor de todo es que nadie sabe lo que me une a él, o al menos eso creo ya que nadie me ha dicho Luna, no he visto que me tratarán de manera diferente.

Se que a muchos les produzco curiosidad, ya que no saben que soy, pero no he sentido miedo y menos me he sentido amenazada.

Creo que Jhon desconoce que estoy trabajando, Nana por otra parte si que lo sabe, no estaba muy de acuerdo con mi decisión pero tampoco me obligó a renunciar.

— Nana, hoy no volveré hasta la noche ya que tengo turno doble— hablo sin mirar y dirigiéndome hasta el frigorífico para coger un vaso de zumo.

— Qué es eso de que vas a trabajar?— dice Jhon asustándome y haciendo que se me caiga el vaso de la mano.

Me pongo rápido a recoger el estropicio que yo misma he creado, Jhon se acerca a ayudarme y nuestras manos se tocan, consiguiendo en mi una descarga eléctrica por todo mi cuerpo.

— Te has cortado— dice sosteniendo mi mano derecha.

— No es nada, estoy bien— respondo balbuceando.

— Déjame que te cure— dice y me lleva hasta el fregadero.

Limpia mi herida y la venda con sumo cuidado.

— Gracias— respondo bajito y avergonzada.

— Qué es eso de que te vas a trabajar, Valery?—

— Porque tengo trabajo, y no puedo entretenerme más o llegaré tarde— redondo y salgo corriendo hasta la cafetería.

Escucho un gruñido antes de cerrar la puerta, pero es algo algo que no tengo en cuenta.

La mañana pasa relativamente lenta y aún me falta toda la tarde, doy un suspiro y me acerco a la última mesa.

— Mía— dice alguien agarrándome fuete y oliendo mi cuello.

Me separo un poco de esa persona, es un chico rubio de unos treinta pocos años.

— Lo siento señor, creo que se equivoca. Yo ya tengo pareja destinada—

— Eso no puede ser— dice y da un gruñido ensordecedor.

Me separo de el y me alejo unos pasos.

— Damián que haces aquí? Llegas pronto— dice Jhon a mi espalda.

— Y gracias a la diosa por no haber desayunado antes, si no hubiese sido así no habría encontrado mi mate—

— Si, me alegro la Manada GoldMoon estará feliz de tener al fin a su Luna—

Los dejo hablando y me alejo un poco más.

— Valery, ven deja que te presente a él Alfa de la Manada luna de oro. Ella es mi mate— dice agarrando mi brazo.

— Mira que lo dudo, ella es mia—

— Pero que estás diciendo—

— Es ella, la profecía decía que mi alma gemela no portaría ningún aroma, y eso no lo vas a negar—

— Así que, bonita ves despidiéndote porque te vienes conmigo—

Un gruñido ensordecedor envuelve el local.

— Valery vuelve a casa, yo iré más tarde— dice Jhon con los ojos dorados.

Ella es humanaWhere stories live. Discover now