Capitulo 31. Maldito Celo!

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Una semana, una sola semana ha bastado para que me dé por vencida. Es imposible que yo una frágil humana pueda resistir tantos golpes.

Estoy decidida, ahora mismo hablaré con Damian y le dire que no puedo más, que simplemente él es el mejor y yo no puedo compararme con él. Con esas palabras subira su ego y no se dará cuenta de mi abandono.

Llego hasta la puerta del despacho de John, Damian y el están hablando. Sé que no debería quedarme a escuchar, pero es demasiado tentador.

— Creo que tú pupila abandonará el entrenamiento en menos que te lo cuento—dice Jhon y comienza a reír.

— No, no lo creo... En esta semana he hecho muchos avances creo que podría patear tu culo en cero coma— dice Damian en tono firme.

Escucho como los pasos se acercan hasta la puerta, corro lo más rápido que puedo hasta la cocina y me siento en una de las banquetas.

— Qué haces?—me pregunta Ari sorprendida.

Con la carrera no me ha dado ni cuenta de que ella estaba sentada en la barra de la cocina.

— Sígueme la corriente luego te lo cuento—digo rápido y atropelladamente.

— Luz de mis ojos, estabas aquí! Seguro que pensando en mí y lamentando nuestra pequeña separación—

— Damian querido solo hace diez minutos que te fuiste—dice Ari suspirando.

Damián se acerca a ella y deja un beso sobre su vientre. Será que ya? Jhon y yo miramos a Ari sorprendidos, una cosa son las fantasías de Damian y otra es que de verdad Ari pueda estar embarazada.

— Te dije que fueses discreto—regaña Ari a Damian.

— Todo va a salir bien, por qué no compartir mi alegría con todo el mundo lucecita—

— Me rindo eres como un niño pequeño, no puedo contigo. Voy a tomar un poco de aire— dice Ari levantándose de la banqueta y dirigiéndose hacia el jardín. Damian la sigue de cerca se ve que no le da ni un respiro.

— Te duele?— dice Jhon tocando uno de los morados de mi brazo. Siento que lo voy a matar pero si me quejo le daré el gusto de ganar.

— No, para nada— respondo con una sonrisa forzada. Me aparto rápido de el y me acerco hasta el frigorífico, mientras escucho una risita tras de mí.

— Y a qué tanta felicidad!— digo con sarcasmo.

Jhon se acerca a mí y me abraza por la espalda, deposita besos por mi cuello y mi marca, haciendo que mi cuerpo reaccione y una presión se forme en mi vientre.

Me giro invadida por un valor abrasador y me lanzo sobre su boca. No entiendo lo que me está pasando solo quiero aplacar el calor que invade mi cuerpo. De un movimiento arrancó la camisa de Jhon haciendo que todos los botones salgan disparados por el aire, en serio no pensé que estuviera tan fuerte.

Acarició con desesperación su tersa y desnuda piel, voy a quitar el pantalón cuando me doy cuenta de que este está en el suelo. Jhon me levanta y rompe mis braguitas, me coloca sobre la barra de la cocina y toma impulso para adentrarse en mi interior. Sus embestidas aumentan y con ellas el placer llega hasta su punto más alto...

****

— Jhon qué es lo que acaba de pasar en la cocina?—

— Bueno creo que está claro— dice sonriendo mientras abre el armario y coge una camisa— lo miro con desdén y le hago una mueca.

— Claro que sé lo que acaba de pasar, lo que no entiendo es por que? si yo estaba enfadada contigo y de repente se me ha nublado la razón, un calor extremo me ha invadido y un deseo arrollado con toda mi cordura...—

— Mi celo está comenzando, cada vez será más fuerte el deseo y más intento el calor... ya he hablado con Nana, durante los próximos tres días se llevará a Bella a su casa—

— No, eso sí que no, además el celo es tuyo no mío, porque me afecta a mí si nunca antes lo había hecho—

— Tres razones: primera ya eres oficialmente mi pareja, la marca es la segunda y la tercera es que hemos tenido un cachorro. Cada vez que yo tenga el celo tú también lo sentirás al igual que yo—

— Yo te mato! Acabamos de tener a Bella no quiero quedarme embarazada de nuevo. Y antes con el calor del momento no hemos usado protección— le recriminó a mi pareja.

— No creo que te vaya a dejar embarazada en una sola relación, las próximas veces usaré protección lo prometo—

— Me niego, no me tocaras un pelo— digo y salgo de la habitación soltando todas las maldiciones que recuerdo.

Escuchó como John se ríe tras la puerta y eso me enfurece más si cabe.

Salgo al jardín en busca de Ari, me muero de vergüenza como haya presenciado, bueno mi... solo espero que no. No la encuentro por lo que supongo que deben estar en la pequeña casita de invitados. Jhon se empeñó en construirla para tener alejado un poco a Damian, argumentando que ya es bastante difícil soportarlo para tener que vivir bajo su mismo techo.

Me siento en la banca y cojo mi libro, una oleada de calor recorre mi cuerpo haciendo que de mis manos salga despedido el libro que me disponía a leer.

Diosa esto no puede ser real.

Pienso en voz alta, intento ignorar el calor que recorre mis venas convirtiendo mi sangre en oro líquido. Un dolor se instala bajo mi vientre, gotas de sudor recorren todo mi cuerpo...

Me acerco hasta la manguera y abro el grifo, la pongo sobre mi cabeza y dejó caer el agua.

Mierda!

El agua debería salir helada y parece que hierve sobre mi cuerpo. Me levanto del suelo como puedo y me dirijo hasta el interior de la casa. No se como voy a poder soportar todo esto! Mi cuerpo lo llama, está necesitado de sus caricias, de sus besos, de su amor..

Mis piernas tiemblan, la humedad de mi sexo moja mis muslos. Me rindo.

— Jhon ven aquí ahora mismo—digo gritando, a los pocos segundos llega Jhon hasta mi altura con una sonrisa pícara.

— No has tardado ni media hora en
rendirte—

— Ya me las pagarás después, ahora alivia mi calor de una maldita vez—

Ella es humanaWhere stories live. Discover now