𝓣𝓮 𝓵𝓵𝓪𝓶𝓸 𝓹𝓻𝓸𝓷𝓽𝓸, 𝓗𝓸𝓻𝓪𝓬𝓲𝓸

28 0 0
                                    

Regina:



No deseaba escribirte con malas noticas, ya sabes que no es mi estilo, pero han pasado muchas cosas últimamente y me están poniendo algo nervioso. Primero déjame decirte que todos estamos bien, tus papás también.

Ahora, como te he contado, la tensión entre la policía de la ciudad y la de Kurari había aumentado a principios de este año por las peleas de gente de la capital para ocupar tierras que ya tienen dueño. Nos tomó tiempo reunir todos los papeles que demuestran la compra legal de los mismos, sólo para enterarnos esta semana que ninguno de nuestros esfuerzos por la vía de la paz funcionó.

Creímos que abrirían una investigación legal pues llegaron algunos abogados a entablar conversaciones con mi papá; los documentos en sus manos eran apócrifos y con firmas dudosas. Esperábamos una notificación de demanda. Nunca llegó. Lo que ha venido sucediendo desde la semana pasada, sin embargo, nos costó creer, mas no nos sorprendió.

En la estación de radio de la capital está circulando un mensaje sobre nosotros a manera de advertencia. Les piden a todos no acercarse a la villa y no tener contacto directo con nosotros. Dicen que somos peligrosos, descendientes de monstruos. Hablan sobre los nativos como caníbales, gente poco civilizada y parte de una secta maligna, que nuestro estilo de vida es muy dudoso y hasta piden no dejarnos entrar a los hospitales, escuelas... a ningún lugar.

Si yo te contara... incluso un grupo organizado de hombres trató de cerrar la carretera libre que pasa por la villa. Quedó tan solo en un intento fallido puesto que al menos el gobierno tiene los ojos abiertos y han negociado algunas cosas con mi abuelo. No sé qué exactamente, prometió contarme todo después.

Sé que tiene que ver con lo que en realidad somos. El gobierno tiende a ocultar lo que representa una amenaza, y todo lo que se ignora en este mundo entra en esa categoría. No me había dado cuenta de ello hasta ahora: nosotros somos una amenaza.

Por ello te pido Regina, no vengas a Kurari en Navidad. Tus padres están de acuerdo conmigo. Quédate con tus amigos y viaja a otro de esos pueblitos pintorescos en donde puedan descansar y respirar aire limpio.

No olvides lo mucho que te amo. Me haces tanta falta, pero puedo vivir sin ti aquí sabiendo que eso te mantendrá a salvo. Me da una cosa menos por la que preocuparme; incluso si suena egoísta, lo sería mil veces más cuando se trata de ti.

Te mando algunas fotos de la última cena que tuvimos en familia. Tus papás vinieron y se divirtieron mucho.



Te llamo pronto,

Horacio

lampyris ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon