Capítulo 102

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De algún modo el universo conspiro para dejarnos a mí y a ésta mujer solos en la casa hasta mañana, es como si estuviera diciendo: A ver, cojan.

Dejando eso de lado, es una buena compañía, ósea no ha habido un silencio incomodo en todo el rato que hemos estado los dos, y no se siente tensión en general y como tipo psíquico soy más perceptivo a esas cosas.

Como era demasiado temprano para pensar siquiera en la cena, nos entretuvimos con galletas y demás botana que tengo allí mirando la primera temporada de The Mandalorian, le tuve que hacer un resumen rápido para que se pusiera en sintonía con todo, pero hay que tener en cuenta lo jodido que es hacer un resumen de una saga de como nueve películas, y muchas series incluyendo la que vamos a ver, que después de la guerra de los clones, es mi favorita.

Para que todo se viera mejor, cerré todo para dejarlo como un cine, tal como fue con Violeta, y puedo decir que le estaba gustando la serie. Estuvimos allí hasta casi las seis y media que es donde sonó la alarma que deje, ya que con todo cerrado se nos podía ir el tiempo sin darnos cuenta.

—Que tal una pausa. –Hable al levantarme y estirarme un poco. –Así podemos hacer los preparativos para la cena y estirar un poco las piernas, por más cómodo que sea el sillón levantarse no hace mal.

—El camino así es.

—Ya estas entendiendo.

Como no era la primera vez que me ayudaba, deje que ella se encargara de una parte mientras yo hacia otra.

—Shoto.

—Sí.

—Como padre de una adolescente. ¿Qué crees que sería o peor con lo que te podría salir tu hija?

—Jummm que me diga que es comunista. Sinceramente creo que eso.

—Debo suponer que es algo de su otro mundo.

—Algo que no debió existir y sin embargo aún se esparce como un cáncer, pero bueno, no es como que se pueda hacer mucho. Lo más resaltante en Violeta creo yo que es su gusto por la ropa y maquillaje.

—Me dijo que se siente cómoda de esa manera, y realmente no vi nada malo, hasta en mis días vestí muy extravagantemente... puedo ser directa con usted?

—Adelante, aquí no se juzga a nadie.

—Me vestía como una zorra. Me gustaba que los hombres me vieran y me lanzaran piropos, me hacía sentir hermosa y empoderada, pero era esa zorra que no te podías llevar a la cama por más que lo intentaras.

—Jajaja si, conozco casos de esos, solo que andar así tiene sus problemas, un descuido y un mal lugar y podrían violarla fácilmente.

—De eso siempre fui consiente, por eso no salía de noche ni de fiestas, zorra de día y estudiante de noche. Ahora recuerdo esos días y me da un poco de vergüenza a veces me digo a mi misma, como pudiste ser tan puta.

—A ver técnicamente hablando, no se acotaba con quien fuera ósea no andabas de verga en verga, por lo que no fuiste una puta, son cosas que pasan durante la adolescencia, es la época mas confusa para quienes la viven y la más preocupante para los padres. Siempre nos vamos a sentir avergonzado de quienes éramos años atrás, en especial cuando de la nada estas tranquilo y pum flash traumático y vergonzoso aparece.

—Oh como odio eso, es tan horrible.

—Hable de eso con mi psiquiatra una vez, me dijo que cuando eso ocurriera tratara de dejarlo ir con el recordatorio de que solo yo recuerdo ese evento.

—No puedo negar eso. Como era usted de Adolescente.

—Muy serio y reservado, era el típico, callado del salón, el que esperaban que un día hiciera un tiroteo, pero quienes me conocían, sabían que era buena gente, solo éramos mi madre y yo por lo que estudiaba y trabajaba para poderla ayudar en casa.

Renací como una leyenda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora