Capítulo 81

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Como era de esperarse, el ruido de las motosierras atrajo la atención de todos y al mismo tiempo las espanto, muchos Pokémon salieron corriendo despavoridos, mi esposa y yo nos habíamos convertido en la pareja más terrorífica de la noche. 

Por supuesto todo era producto de nuestras ilusiones pero no había una regla que impidiera el poder usarlas.

—Wow amor pero que bien te quedo.

—Jajaja si estuve practicando bastante, seguramente si mi Madre me viera ahora estaría dando brincos de la emoción.

Una Spartan, el Demonio Motosierra y la muerte encarnada, que familia tan pintoresca.

La niña se fue a jugar con sus amigos que no dejaban de apreciar su traje, Susy resalta demasiado no solo por su traje sino por su altura, Aby y yo la hemos estado midiendo cada lunes, y nos hemos percatado de que Susy esa creciendo más de tres centímetros por semana, está creciendo realmente rápido, y si uno se fija, en verdad se nota, en menos de un año la niña podría estar midiendo lo mismo que yo, no sé qué tan alta vaya a ser, porque incluso yo soy alto para mi especie, así que hay que ver cómo se desarrolla ella.

Ya que tenía a toda la gente en pánico, tuve que deshacer mi ilusión un rato, pero mi esposa, ni de chiste iba a dejar su papel, y vaya que se lo tomo en serio, y tomando en cuenta que es una Zoroark de dos metros con un pocho encapuchado encima, lo que logras ves es su hocico medio saliendo de la oscuridad acompañado de un par de ojos rojos incandescentes, y unas hoces las cuales sabe maniobrar muy bien al punto de poder arrastrarlas por el empedrado para hacerlas chispear y hacerlas chocar en el aire.

Ya le metió susto a muchos por el mero hecho de andar por allí, y ni hablar cuando simplemente se pone a silbar y ese ruido hace eco en toda la plaza. Los niños corren intuitivamente hacia sus padres y mi esposa solo se ríe, se ve que lo disfruta, debe ser su naturaleza fantasmal, por mi parte, solo ando al pendiendo de la niña mientras juega con sus amigos y paseo por allí probando lo que están vendiendo en los puestos de comida, si puedo llenar a mi esposa e hija de comida ahora, me ahorrara el tener que hacer cena en casa.

—Hola Shoto! —Saludaron los hermanos, Latias andaba a su cuenta pintada como una Haunter mientras que se nota claro que Latios estaba en una cita con Rosalinda.

—Hola chicos, se nota que le echaron ganas a sus disfraces.

— ¿No te hiciste uno? —Pregunto Latias al momento que noto el cordón en mi pecho.

—Si tengo uno, pero al parecer da mucho miedo.

—Quiero verlo.

—De acuerdo, pero luego no digas que no te lo advertí.

Jale del cordel y nuevamente las motosierras y la sangre aparecieron acompañados de la risa más desquiciada que pude hacer.

Latias se asustó tanto que se hizo invisible por reflejo, Latios cubrió a Rosalinda por reflejo.

—Shoto que diablos es esa cosa.

—El demonio de las motosierras, no lo entendidas, y tampoco te lo voy a explicar, lo importantes es que causa mucho miedo.

Tan fácil como vino se fue, pero ya para ese momento Latias tenía una arritmia cardiaca por lo que tuvimos que calmarla entre todos, solo para que mi esposa se robara el espectáculo.

Empezó a silbar con ese tono de ultra tumba al tiempo que se acercaba hacia nosotros arrastrando sus hoces mientras chispeaban y sus ojos rojos miraban fijamente a Latias.

—Vaya, vaya, parece que alguien se llevó un susto de ¡muerte! –Gruño al chocar sus hoces y de la nada aparecer frente a Latias con ambos filos en su cuello.

Renací como una leyenda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora