CAPÍTULO 40: De Verdad... ¿Lo Logré?

76 10 0
                                    

AMY

Ese mismo día...

Ambos entramos al enorme establecimiento, todo estaba lleno de hombres trajeados y para colmo, llenos de papeles que parecían ser cosas de empresarios.
Pregunté sobre mi padre y, tanto yo como Hanma, subimos por el ascensor, pese a que Hanma quería subir más de 5 plantas solamente para hacerse el presumido. Seamos realistas, Hanma sólo subir la primera planta se pondría a jadear como un perro en busca de agua, pero igualmente necesitaba su compañía.

En ese instante me crucé de brazos en el ascensor y me mire en un pequeño espejo que había: Mi pinta era muy distinta a la de aquellos hombres. Mi pelo estaba recogido con un moño flojo, dejando algunos mechones de mi pelo tapar mis ojos, iba con un top de color negro, unos vaqueros desgastados y unos zapatos bastante antiguos, pero tampoco iba a ir de alfombra roja.

Fué en ese entonces cuando el ascensor se abrió y miré al frente con miedo: Solamente deseaba que todo acabara.

- Es ahí? - preguntó Shuji tragando saliva, aún seguro de sí mismo.

Asentí, intentando mantener la calma.

- Solo espero que todo acabe de una vez... - toqué a la puerta, cuando un "adelante" me hizo abrir los ojos con miedo.

Abril la puerta y ahí estaba mi padre, sentado en su escritorio, con su ordenador de lujo y un hombre a su lado, vigilandolo como si se fuera a escapar.

- Hm? Qué quieres, Amy? No tengo tiempo para ti. Ni siquiera sé cómo demonios te dejaron entrar con esas pintas. - me dijo con un semblante frío, sin quitar su mirada del ordenador.

- Pa... - suspiré.- Makoto, necesitamos hablar.

Mi padre soltó una carcajada, y, dando un chasquido con sus dedos, se levantó y nos guió a ambos hacia la planta de abajo, en la parte de atrás del local, afuera.

- Tranquila Amy - me trató de calmar el mecha rubia, que estaba a mi lado, mientras que mi padre y su guardaespaldas estaban unos metros delante. - todo irá bien, Naoto estará por aquí cerca con sus hombres, no tienes nada que temer.

Suspiré y me paré delante de mí padre, mirándolo fijamente a los ojos.

- Habla rápido Amy, no tengo tiem...-

- Quiero que nos dejes en paz, Makoto. - le solté directamente.

Fué en ese instante cuando aquel hombre alto y trajeado se encaró hacia mí.

- Oye, que seas su jodida hija no significa que tengas que interrumpirlo. - se acercó más a mi, con amenaza.

Pasó en un instante, cuando Hanma alzó el puño hacia adelante, con intención de pegarlo, pero este lo bloqueó con el brazo. Pude notar como a Hanma se le hinchaba una vena cerca del ojo, con rabia, y eso hizo que me sobresaltara, al contrario que mi padre, que se veía mucho más que tranquilo.

- Maldito bastardo, deja a Amy terminar de hablar! - soltó Hanma mientras que sus venas se notaban más.

- Desgraciado... - musitó el guardaespaldas.

- Calma... Hanma... - lo atraje hacia a mi y lo agarré del brazo.

- Y? Qué pretendes? - me volvió a hablar mi padre.

- Quiero que dejes a mi familia en paz de una vez, todos somos felices sin ti, y te aseguro, que jamás te voy a perdonar por lo que le hiciste a Hanma, y mucho menos a Emma. A ella no se le toca por encima de nada ni nadie.

- No pienso hacerlo, aparte, una mocosa como tú no me va a mandar, mucho menos yendo acompañada de un debilucho al cual llamas "mejor amigo". - soltó una carcajada.

Al oír esas palabras, me acerqué y le escupí a la cara. Mi padre me daba asco. Completamente... No quería saber nada, pero nada de él, jamás.

- Maldita desgraciada, como se te ocurre?! - me gritó. - eres una zorra asquerosa, no sé cómo demonios tú estúpida madre tuvo la santa valentía de cuidar a una estúpida como tú! - sentí como alzaba más la voz, y con ello, me levantaba la mano para pegarme.

- No... - le agarré la muñeca a tiempo y la apreté.- ni se te ocurra... Volver a tocarme, Makoto. A partir de hoy, no te conozco, ni jamás te voy a conocer. No eres nada - apreté más la muñeca, mientras que una vena se hinchaba en mi cuello - no eres nada, ni de mi... Ni de mi familia. Estás acabado.

- Sueltame, Amy, no me hagas hacer nada de lo que pueda arrepentirme.

No pude notarlo porque se había soltado de golpe, y con ello, me volvió a levantar la mano.
Pero al fin todo había acabado.

- Naoto Tachibana, del departamento de Policía De Tokyo! - miré y allí estaba mi salvación, con varias patrullas.- queda arrestado y condenado a cadena perpetua - noté como guardaba su pistola y lo ataba con las esposas. - guarde silencio, o todo lo que diga será utilizado en su contra.

- P-pero... - a mi padre se le heló la voz.- yo no hice nada! Ella me provocó!

- Le dije que se calle! - volvió a Ordenar Naoto.

Me quedé atónita por varios minutos... Pensé que jamás lo lograría...

- Lo hiciste mi vida - Hanma me abrazó con alegría y me acarició los hombros.- por fin eres libre...

Me acerqué al coche patrulla donde se iban a llevar a mi padre, mientras que Hanma me agarraba de una mano.

- Amy Sano... Te lo juro... Que jamás descansaré hasta verte bajo tierra con tu madre... Tú misma me has provocado a hacer esto...

- Gracias, Naoto... - corrí hacia él y lo abracé.

- Ya está - me respondió el abrazo.- le tomaré declaración y que sea lo que Dios quiera, y, porfavor, cuida de tu familia, Amy.

- Eso haré... Naoto... Ahora nadie más va a dañar a mi familia. - sonreí y me fui lentamente a casa con Hanma.

Dᴇ́ᴊᴀᴍᴇ Cᴜʀᴀʀ Tᴜs Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs [Aᴍʏ Sᴀɴᴏ x Tᴀɪᴊᴜ Sʜɪʙᴀ]Where stories live. Discover now