Dᴇ́ᴊᴀᴍᴇ Cᴜʀᴀʀ Tᴜs Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs [Aᴍʏ Sᴀɴᴏ x Tᴀɪᴊᴜ Sʜɪʙᴀ]

CAPÍTULO 39: Buscando Justicia

Varios días después...

AMY

- Estás segura de que quieres hacerlo, Amy? - me preguntó Naoto mientras que estaba sentada al frente de él y a mi lado estaba Hanma, bastante mejorado desde la última vez.

Vale, tenía miedo, bastante. No sabía que iba a pasar, pero lo importante es que por fin iba a terminar con todo, y con ello, dejaría mi pasado atrás, por fin.

- Lo estoy - afirmé mientras bebía mi capuccino.

- Vale, lleva esto contigo - me ordenó el policía mientras sacaba un walkie talkie y lo que parecía ser una grabadora de voz espía.

- Esto? - señalé el Walkie Talkie. - dónde se supone que lo voy a colocar?

- Pues muy fácil, lo engancharás en el bolsillo y lo taparás con la camisa. Y la grabadora igual.

- Hm... Está bien... - afirmé.

- No te preocupes, Amy, tendré conmigo a varios policías, y te aseguro que Shuji será un buen guardaespaldas.

- Exactamente! Le patearé el culo a quien sea - declaró Hanma haciendo sonar sus puños.

- Bueno, Shuji, tampoco dejes volar mucho tus impulsos, - mencionó Naoto mientras que tomaba un sorbo de su café.- porque te recuerdo, que saliste del hospital hace una semana, y no es que estés mejorado del todo - finalizó.

- Bueno... Creo que es hora. - me levanté y miré por la ventana, intentando pensar en positivo.

- Tranquila, Amy, estaremos cubriendote las espaldas yo y mis hombres. - me puso una mano en el hombro.- ya sabes lo que le dirás?

- Lo sé. No te preocupes, Naoto-kun.

- Bien, entonces vámonos - dijo Hanma saliendo del local.

Salimos y caminamos unos pasos hacia adelante, cuando Naoto se paró en frente de una plazoleta, que estaba llena de niños y padres.

- Yo me quedaré aquí, veo que la empresa está muy cerca. - declaró.

- Esta bien, nos vemos entonces - tanto Hanma como yo nos despedimos y fuimos en busca de nuestro primer y último objetivo: Mi padre.

Caminé en completo silencio, imaginando todo lo que podría pasar desde entonces. No sabía que pasaría, y ni siquiera había visto a mi padre desde que este disparó a Hanma.
Ha decir verdad, necesitaba mucha fuerza, porque yo, seré una Sano, pero igualmente el miedo corre por mis venas y aún me siento incapaz de poder enfrentarme a él.

- Amy? Qué pasa? Estás muy pensativa - interrogó Hanma alzando una ceja.

- Es que, no sé... Tengo miedo de lo que vaya a pasar...

- Hey, calma, estás conmigo, y aparte, él no me podrá hacer nada, ya tuvo bastante con hacerme esto - me enseñó su cicatriz levantando la camiseta y dejando su pecho al desnudo.

- SHUJI! - me reí de los nervios.- bájate la camiseta, idiota, los niños pequeños te van a ver.

- Solo era un ejemplo - rió.- venga, no te preocupes, ya casi estamos en nuestro destino.

Suspiré y dejé a la vista el colgante que me regaló mi madre. Ese objeto era lo único que tenía de ella y lo único que me podría otorgar la fuerza necesaria como para enfrentarme a mi padre.

Fué en ese momento cuando pasamos delante de un hombre alto, con algo de barba y trajeado. Sus ojos eran azules y su piel era bastante bronceada, o morena.

- Ese hombre me suena de haberlo visto... - dije susurrando.

- Hm? Decías algo? - me preguntó Hanma.

- No, no, cosas mías, solamente.

Seguí caminando y me paré en frente de un gran edificio: Ahí trabajaba mi padre.
Él era un gran empresario, y debido a su trabajo, su éxito subía bastante, hasta tal punto de conseguirse guardaespaldas y ese tipo de cosas que conllevan a encajar en la sociedad como el "jefe del éxito".

Vi como un hombre, que estaba parado en la puerta con un traje negro y gafas de sol - que ni siquiera hacía sol - miraba hacia el frente y solo vernos, levantó una ceja.

- Hm? Y vosotros quienes sois? - preguntó aquel hombre.

- Soy Amy Sano, y él es mi acompañante, Hanma Shuji. - dije con una voz segura.

- Y qué queréis?

- Hablar con el jefe. Mi padre.

- Ah, Makoto Sano? - me miró de arriba a abajo. - podéis pasar.