Dᴇ́ᴊᴀᴍᴇ Cᴜʀᴀʀ Tᴜs Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs [Aᴍʏ Sᴀɴᴏ x Tᴀɪᴊᴜ Sʜɪʙᴀ]

CAPÍTULO 15: Estoy Aquí, Pequeña

HANMA

- Amy? Hey... Hey, princesa - dije tocándole la frente.

Mierda
Estaba ardiendo.
Llevaba así como media hora y era incapaz de despertarla.

Fué en ese momento cuando se despertó de golpe, tenía lágrimas e hiperventilaba muchísimo... Tenía otro ataque de ansiedad... Y otra pesadilla de las cuales me habló Emma.

- Papá no... No... No te los lleves porfavor... - la oí mientras que sollozaba y se llevaba las manos a la cabeza.

- Estoy aquí, estoy aquí - dije levantándome del suelo, apartando mi saco de dormir y abrazandola como pude.

- Hanma! - dijo llorando y abrazándome con fuerza.- no te vayas porfavor... Te lo ruego...

- Cariño, mi dulcinea, jamás me voy a ir... Ven... - dije sentándome y poniéndola en mi regazo, secándole las lágrimas.- todo está bien, vale? Todos están bien, no tienes nada que temer...

La quería. Y odiaba verla así. Mi corazón se partía en pequeños cachitos y hacían que me volviera más débil de lo que ya de por sí era. Lo admito. Ella era un gran punto débil en referencia a mi persona... Era mi mejor amiga, y no podía permitir que le pasara nada.

- Hanma...

- Dime, mi linda de cabellos rojizos - dije intentando sonreír pese a que tenía ganas de llorar.

- Quédate conmigo... Te necesito...

- Aquí estoy - dije tumbandome a su lado en la cama - no tengas miedo, yo velaré tus sueños, de acuerdo? - susurré con cariño mientras que le acariciaba el cabello y la posaba sobre mi pecho.

- Gracias... Hanma... - dijo aún sollozando.

- Ya, ya, no llores linda mía, sabes que odio verte así. Duerme, que yo estaré aquí, y de aquí no me moveré.

- Te acuerdas... De aquella historia que te contaba cuando éramos pequeños...? - me dijo mirando hacia arriba para mirarme a los ojos.

- Oh, la reina y el... - dije pensativo.

- Y el noble - dijo sonriendo.

- Quieres que te la cuente? Aún me acuerdo como era. - propuse.

- Si...

Comencé a contar la historia. Esta historia siempre nos la contábamos de pequeños cuando nos aburriamos. Cada día añadiamos algo nuevo: Nuevos personajes, nuevos sucesos...

46min después...

- Y vivieron felices... Y comieron perdices. - dije, para después, bostezar.

No me había dado cuenta, pero Amy ya estaba dormida. No se soltó de mi desde que me abrazó. Noté como yo le daba protección.
Sin decir nada más, me abracé a ella, y, mientras que miraba el techo, noté como mis párpados se empezaban a caer, haciendo que me durmiera por segunda vez.
Todo había quedado en una mala jugada.
Y jamás volvería a pasar.