Dᴇ́ᴊᴀᴍᴇ Cᴜʀᴀʀ Tᴜs Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs [Aᴍʏ Sᴀɴᴏ x Tᴀɪᴊᴜ Sʜɪʙᴀ]

CAPÍTULO 27: Porqué A Mi

HANMA

22:15pm, casa de los Sano.

Toda aquella pelea había ido genial, el motivo por el cual falté? Me enrollé hablando con Taiju. Cuando vi la hora y vi que llegábamos tarde, ambos salimos como rayos de luz hacia el punto de encuentro.

Ver a Amy golpeada pero contenta me daba la perfecta señal de que por fin había aprendido a luchar por si misma.
Seguramente tomó ejemplo de su hermano, se motivó y decidió salir en busca de la victoria.

Para celebrar aquella victoria, la familia Sano me invitó a cenar con ellos, ya que todos lo habíamos hecho genial.

- Bueno, bueno, Amy, no te creí tan luchadora - le comentó Izana mientras que Emma le pasaba la sal.

- Ya sabéis cómo es ella, a veces le cuesta demostrar lo fuerte que puede llegar a ser - les dije con una sonrisa.

- Lo puedo entender - contestó Mikey.- al menos sus heridas ya se pusieron mejor, y tú, Hanma? Estás mejor? Lo digo porque hace unas horas estabas hecho polvo, literalmente.

- Si, si - dije sobandome la mejilla.- estoy mejor, gracias Mikey.

- Y bueno, qué tal os fué la excursión? - habló Shinichiro.

- Genial! - contestó Amy.- aunque bueno... - se aguantó la risa.

- Uyuy, algo nos ocultáis - habló Izana.

- No, nada nada, solo que hicimos alguna que otra travesura - sonreí mirando hacia Amy.

- Eso es demasiado normal entre vosotros - afirmó Emma.- aún me acuerdo cuando Amy e Izana corrieron hacia un supermercado y tiraron todos los objetos que estaban en la sección de perfumería.

- Qué? Eso es mentira! - gritaron Amy e Izana al unísono.

- Si, claro, y cuando Izana le hechó la culpa a Mikey también, no? - sonrió Shinichiro.

Me sentía bien estando con ellos, eran como mi familia. Reíamos con cada anécdota... Por ejemplo una. Izana había abandonado sin querer a Amy de pequeña en un centro comercial.
Izana había ido a por unas entradas del cine pero terminó saliendo por la parte de atrás, lo cual hizo que se alejara inocentemente de Amy.
Amy lloraba y lloraba, hasta que apareció Shinichiro, salvándola de aquel apuro y riñendo a Izana por ser un pequeño "despistado".

Pero toda esa felicidad terminó cuando sonaron unas llaves entrando en el bombín de la puerta principal.
Todos nos quedamos mirando hacia dicha dirección.

- Hola, hola, mis niños! - se oyó en la entrada.

No podía ser.
No ahora.
Un hombre alto, de pelo rubio y rizado se acercaba a nosotros, cambiando su rostro de alegría a rabia en segundos.

- P-papá...? - dijeron los 5 hermanos a la vez.

- Qué demonios hace él aquí?! - gritó el padre, mirando en mi dirección.

- Él... Él... - susurró Emma.

- Él vino aquí porque le invitamos - se encaró Amy, defendiéndome.

- Amy, no... Calma - le susurré.

- Acaso yo os di permiso para invitar a este maldito problemático?! - volvió a alzar la voz.

- Te estás alterando por nada! - gritó Izana.

- No he pedido tu jodida opinión, entendido?! Lo quiero fuera, ahora mismo! - vi como su padre se acercaba más y más a mi.- así que tú has de ser Hanma Shuji, verdad? El maldito que metió a mi hija en todo este jodido embrollo de peleas sin sentido! - me gritó.

- Para de una puta vez! - le advirtió Shinichiro.- él es nuestro amigo, vale?!

- Ja, amigo... Él es un maldito pandillero sin futuro!!! - gritó, para después intentar pegarme, pero algo le hizo parar en seco.

- Ni se te ocurra... Ponerle una mano encima - dijo Amy, sosteniendo un arma y apuntándolo.

Todos estábamos de piedra, no tenía ni idea de donde había sacado el arma, pero solo sentí como su pulso temblaba mientras que lo apuntaba con aquella pistola.

- No... - suspiró aún temblando.- no me hagas hacerlo, papá.

- Amy, no... Porfavor no - le suplicó Emma.