Dᴇ́ᴊᴀᴍᴇ Cᴜʀᴀʀ Tᴜs Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs [Aᴍʏ Sᴀɴᴏ x Tᴀɪᴊᴜ Sʜɪʙᴀ]

CAPÍTULO 34: Algo Que He De Guardar

TAIJU

1:55am, en casa de los Shiba.

Después de una larga tarde y una noche en familia, por fin logré que Hakkai y Yuzuha se durmieran, bueno, mientras veíamos una película de tiburones.
Yuzuha se quedó dormida en mi regazo y no hay manera para poder moverme, tampoco quiero despertarla.
Desde que Mikey y Mitsuya vinieron para avisarnos de la reunión, ni Amy ni yo tuvimos el tiempo suficiente para ir a ver a Hanma.

Desde la pelea que tuvo, que de milagro, sus hermanos no se enteraron, ha cambiado un poco, me refiero más bien a que a madurado, y eso en ella me agrada.

Yo aún no me podía dormir, era imposible. Llevo viendo películas de tiburones como 3 horas seguidas y era incapaz de roncar como lo hacía Hakkai en el sofá.
Justo me iba a intentar levantar cuando una pequeña vibración del teléfono que venía de mi bolsillo trasero me interrumpió.
Lo cogí y miré el mensaje: Era Amy.

"Taiju, porfavor... Te necesito... Hace casi una hora me han comunicado que Hanma cayó en un coma... Al ser disparado, cayó al suelo y se golpeó la cabeza... Estoy muy mal, porfavor... Ven conmigo, estoy en el hospital..."

Mierda... Todo empeoraba. Ya Amy estaba medianamente bien como para que ahora Hanma cayera en un coma... Todo iría a peor.
Le envié un mensaje diciendo que iría para allí pero su mensaje lo marcaba como si tuviera el móvil apagado.

Me intenté levantar.

- A donde vas...? - me dijo Yuzuha con un tono dormido y dulce a la vez.

- Tranquila enana, iré a ver a Amy, tú sigue durmiendo. - le acaricié la cabeza, y al ver que estaba destapada, cogí una de las mantas que habían guardadas en un armario y los arropé a ambos, dándoles un beso en la frente.

Me vestí con un chándal, el más casual que había visto en mi armario. Agarré mis llaves, bajé al garaje y cogí la moto, para después salir por patas hacia el hospital, donde estaba Amy.

No quería ni imaginarme como se sentía la pobre... Recibir esa noticia, y aún a esas horas... Sería totalmente terrible, contando también que su familia no sabía nada.

- Hola señorita - me acerqué al mostrador solo llegar al hospital.- habitación de Hanma Shuji?

- Oh, pues... - dijo revisando su ordenador.- habitación 105, subiendo aquellas escaleras, - me señaló - a la izquierda.

- Muchas gracias.

Caminé y subí las escaleras para finalmente encontrar la habitación. Miré por una ventanilla y ahí estaba la pobre... Sentada en un sillón dormida al lado de la camilla, donde estaba Hanma, lleno de máquinas a su alrededor para tomarle el pulso y la constancia de los latidos de  su corazón.

- Amy... - dije en bajo entrando a la habitación, para no despertarla.

Definitivamente estaba dormida.
Su rostro mostraba preocupación y tristeza... Sus cabellos estaban totalmente desordenados y esparcidos por todo el sillón.
Llevaba un chándal muy normalito, pero igualmente se veía preciosa de esa forma.

- Hm... Tan linda... - hablé en voz baja acercándome.

No pude evitar mirarla... No pude evitarlo.

- Si tan solo... - me acerqué más.

Le retiré un mechón de su pelo, que tapaba su cicatriz, y la acaricié. Su piel era cálida al igual que sus manos...
Sé que no era el momento, pero mi cuerpo me lo pedía.
Mi corazón me lo pedía.
Tal vez sería un error, pero necesitaba hacerlo.
Me acerqué a ella y, sosteniendo una de sus mejillas con delicadeza, le besé los labios, aún sabiendo que estaría dormida.

Sus labios eran cálidos, mostraban mucho amor y la forma carnosa de estos hacían que quisiera besarla todavía más, pero no era momento, ella me necesitaba a su lado, y yo estaría ahí.

- Buenas noches, preciosa - le susurré al oído, para después arroparla, darle un beso en la frente y marcharme a hurtadillas de la habitación.

Me fui al baño un momento y me miré al espejo, tocando mis labios.

- Pero, que demonios he hecho?! - me quejé en bajo golpeando mis mejillas.- si se llega a enterar me odiaría toda mi vida! Soy un idiota... Porqué tuve que besarla!? - hice un cuenco con mis manos y me llené el rostro de agua, intentando despertar de aquel sueño.

Tras mucho plantearme lo que hice minutos antes, decidí ir a casa. Ya mañana la volvería a ver y haría como si nada hubiera pasado.