El retorno

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ALEX

Cuando vi mi rostro en la otra persona una ira incontrolable pasó por mi cuerpo. Él se había robado mi rostro, y con ella estaba atacando a personas inocentes.

Luego surgió el miedo, porque él se había robado mi rostro y con él estaba atacando a personas inocentes.

—Eres.... ¡Yo! —grité.

—A medias. Si... y no.

Su espada se blandió en sus manos... era como Jack, pero cubierta en una capa de ceniza y rodeada de fuego.

—¡Tú... tú eres el del otro mundo! ¡El traidor! ¡Apuñalaste a Magnus!

—A tu Magnus. El mío es un chico normal, no un semidios, no un muerto en vida, ¡no un maldito guerrero que vivirá para morir en el día del juicio! Hice lo que debía de hacer.

—¡Lo intentaste matar!

—¡No! Sólo... sólo intentaba detenerlo un rato por el dolor... lo suficiente hasta que Caos reformara el mundo, y parase esta locura de... dioses, monstruos y héroes. ¡Así no debería de funcionar el mundo!

—¿Cómo sigues viva...?

—Vivo. A tu diferencia... soy sólo un chico... otras razones para decir que soy, y a la vez no soy tú. Otra es la razón de mi supervivencia: soy Surt también.

—No me digas ¿Por eso el fuego y la versión malvada de Sumarbrander?

Alex suspiró. Es decir, él otro yo... ¡Yo también suspiré, pero eso no era lo que estaba intentando decir!

—Al usar esos... raros núcleos cada uno ganó poderes de alguno de los "enemigos" de la humanidad. Percy Cronos, Magnus Loki, Carter Apofis y Sadie Seth... y a mí me tocó Surt. Gigante de fuego, enemigo de los dioses nórdicos, y que, como casualidad... estaba más o menos muerto, no por completo, claro, pues la idea de él vivía y en poco tiempo se formaría, pero su esencia estaba dividida. Yo de alguna forma me colé en esa reformación, y aparecí en lugar de él hace unos cuantos años. Listo para el Ragnarok.

—¡Tú lo causaste!

—¿Qué?

—¡Liberaste a mi madre!

—¿Tu madre?

—¡Loki! Por eso debió haber iniciado el Ragnarok... llegaste, hiciste tu desastre... ¡Y ahora el mundo entero está sufriendo las consecuencias!

—¿¡Loki es tu madre!? —soltó con sorpresa.

Solté un suspiro, y entonces me levanté transformada en un ave rapaz. No me interesaba una conversación profunda o entender las razones de mi doble: sólo me interesaba detenerle ahora y dejar el blablá para después.

No me elevé ni un metro cuando su voladora espada danzó hacia mí derribándome del aire y haciéndome rodar rumbo al suelo. No llegué a ser derribada, contra de toda ley física antes de impactar estaba en la forma de un rinoceronte totalmente erguido que con toda violencia embistió contra mi contraparte. Él no resistió el impactó, y salió volando rumbo a una arboleda.

—¡¿Es todo lo que tienes?! —preguntó él desde la apertura entre la flora que con su cuerpo formó.

—¡No quiero matarte, Alex!

—¡Debiste pensar eso antes de venir a atacarnos!

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CARTER

Campamento mestizo estaba en llamas e invadido por muertos vivientes, semi muertos, semivivos ardientes en una ira incontrolable. Eran zombis, o esqueletos dependiendo de la fase de descomposición en que su cuerpo se encontrase. Algunos todavía parecían personas, otros cuantos carecían de musculo, carne y piel que hiciera mínimamente posible su movimiento.

Un mundo después de los dioses [Cancelado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora