Funeral a un héroe

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ANNABETH

Una llamada había sido suficiente para destruir mi inestable vida... era de noche, estaba en los dormitorios de la universidad de nueva roma durmiendo plácidamente hasta que el ruido de mi teléfono sonó.

Mil posibles razones cruzaron mis cabezas, quizás Magnus necesitaba ayuda, quizás Quirón no había podido contactarme de otro modo, pero en un estado somnoliento y para ser justos más dormida que despierta el leer el nombre de quien era la llamada fue suficiente para saber que nada podía estar bien. Era Sadie Kane, una maga del panteón egipcio con la que ya había colaborado dos veces, y dudaba que me hubiera llamado sólo para preguntarme si me gustaría pasar el tiempo.

Pensé que Setne había regresado, o que habría una amenaza del panteón ptolemaico, pero al constar Sadie empezó a hablar sin siquiera saludar.

—¡Ven a Campamento Mestizo!, ¡ahora!

—¿Qué...?, ¿Cómo sabes dónde está campamento mestizo?

—Es una larga historia, sólo... ven para acá. Es importante ¡y trae a Percy! Y a los romanos, estás en nueva roma, ¿no?

—¿Quién te dijo de Nueva Roma?

—Ya hablaremos cuando llegues a Nueva York, Magnus ya está en camino.

Ella colgó para mi desoriento; ¿cómo ella sabía de Magnus? Nunca le conté a cerca de mi primo, y sin embargo ella había afirmado conocerlo... sin embargo era una mestiza, desde tiempos de estar viajando con Luke y Thalía ya estaba acostumbrada a hacer cualquier cosa, escapando en media de la noche para evitar a los monstruos, o en aquel caso, para ir a posiblemente un nuevo viaje.

Temí lo peor cuando al llegar a la recamara de Percy este no estaba por ningún lado, y tampoco lo encontré en alguna parte de la universidad, tampoco en el resto de Nueva Roma, lo que con alarma me hizo recordar a su desaparición en los tiempos posteriores a la guerra del titán.

Dos semanas y largas explicaciones de los hechos de un mundo que había perdido a sus dioses por una entidad llamada el olvido estábamos ahí... en campamento mestizo, y en mi rostro no se notaba nada que no fuera una profunda amargura, no era ya que no lo encontráramos como la vez anterior, era que los mismos que lo habían acompañado no estaban seguros de nada, y entre el miedo de si seguía con vida estábamos ahí, dioses, mestizos, magos y residentes del Valhalla frente a la pira funeraria de Percy.

Aún no se encendía el fuego, y nadie decía nada, y yo de vez en cuando miraba de un lado al otro, esperando que en cualquier momento regresara como cuando estuvo con Calipso. Aún no empezaba como tal el evento, y sin embargo, ya estábamos casi todos ahí, la mayoría reunidos en pequeños grupos, salvo por mí, solitaria cerca de una hilera de asientos. Frank y Hazel llegaron a acompañarme.

—¿Cómo te sientes? —preguntó el hijo de Marte, intentó darme un abrazo, pero me alejé.

—No muy bien... algo no me cuadra con todo esto... Percy no está muerto.

—Annabeth... nuestros romanos lo han buscado por todos lados, igual Apolo y las cazadoras. —dijo Hazel.

—No hay un cuerpo, y hasta que tu padre, o Anubis confirme que su alma llegó al inframundo... no me creeré nada. No sería el primer renacimiento —señalé al hijo de Hefesto que charlaba con calma junto con Carter Kane—, por allá está Leo.

—No es lo mismo. Con Leo ya habíamos hecho algo para revivirlo.

—Y según cuentan ellos, Percy tuvo el poder de Cronos, y he aprendido que el titán no muere fácilmente.

Frank hizo una mueca.

—Tal vez tengas razón, pero igual deberías de ser cautelosa, ellos mismos dijeron que tuvieron poderes de villanos, y que por momentos eso los tomó. Puede que si Percy está... él ya no sea más que un receptáculo de Cronos.

Un mundo después de los dioses [Cancelado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora