Las dudosas profecías

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LESTER

Bueno, era de nuevo mortal... pudo haber sido peor. La imagen de mi hermana convertida en estatua como si estuviera presenciando a Medusa, aunque de verdad no fuera así sino puro poder nórdico estaba grabado a fuego en mis retinas... Diana, Artemisa... ella se había... ido, junto a todos en el Olimpo, era el último de los dioses grecorromanos.

Los otros, los mortales, quizás no estuvieran del todo sorprendidos de un cataclismo, toda su ficción estaba plagada de historias de aquel tema, y aquel mismo mal que había eliminado a Pan años antes un día podría destruir el mundo si no hacían nada para evitarlo, pero como dios que era, como griego, el fin del mundo el fin de todo era un concepto lejano, algo que quizás por nuestra naturaleza de seres estáticos, incapaces de cambiar del todo no se veía natural, si ni siquiera nuestras historias tenían un fin del mundo claro, lo teníamos, si, algo de que Zeus inundaría todo, podía recordar vagamente, pero era algo que pocos tomaban en cuenta.

Annabeth estaba acostando al pequeño Matthew con una manta al lado de un tronco caído en medio del frío bosque, no estábamos cerca de Campamento mestizo, pero el descanso era necesario para todos, y con la noche caída era el momento preciso para dormir. Carter y Alex estaban sentados junto a la hoguera que Leo había encendido con sus poderes, y pronto la hija de Atenea se sentó a su lado, yo los seguí.

Los cinco no dijimos nada viendo el fuego consumirse... «¿Qué pasa por sus mentes?» me pregunté, viendo a los mortales.

Leo fue el primero en romper, él empezó a llorar sumiendo su cabeza en su codo, al menos por un segundo el hijo de Hefesto dejaba atrás todas esas máscaras, todas esas bromas, esa actitud hasta falsa que a veces adoptaba, y se dejaba ver... sus lagrimas se volvían vapor debido a sus poderes.

Sin saber que hacer, Alex, a pesar de que no conocía de nada al chico de Hefesto lo abrazó.

—¿Qué vamos a hacer...? —preguntó Carter.

Según lo que Sadie había contado él había sido un líder en el otro mundo, no había hecho más que ayudar para lidiar con las circunstancias de una realidad donde las divinidades no existían... pero ahora él estaba como nosotros, desorientado, sin tener idea de que hacer.

—Sadie... ella... murió.

—Artemisa también... —dije.

—Bobby... mi padre, el resto de los mestizos y mis amigos... todo se...

—No podemos saber eso —intervino Alex con un tono regio—, sabemos que el Olimpo cayó, y sólo eso... había mucha gente en nueva york, ¿no?

—La casa de la vida, campamento mestizo, Rachel, si... —dije.

—Pues segundo al menos unos pocos han de haber podido defenderse, o por lo menos huir, y ahora estén siendo supervivientes. Quizás el resto de los que nos siguieron, Sam, Nico, Tyson, ellos estén también vivos. ¡Por no hablar de los dioses nórdicos! Si estamos en el Ragnarok el Valhalla debe estar en píe, y al parecer aun no empieza la batalla final, así que Odín, Thor, Frey, todos deben de seguir vivos.

—Eso es consolador. —mencioné, estaba siendo sincero.

—Pero... eso no va a reparar el mundo... —gruñó Leo—. Si es el fin del mundo, ¿Qué va a salvarnos que hayan unos cuantos aliados todavía? No podremos arreglar Nueva york.

—En eso tiene razón... —espetó Annabeth con una expresión disgustada—, según los mitos, después de la muerte de Baldr el mundo pasará 3 años sin verano, puro invierno (debemos de estar por aquí), luego Loki su ejército de muertos, los gigantes de fuego y escarcha, y sus hijos Fenrir y Jormungandr atacaran Asgard, defendida por los Einherjar. Frey morirá a manos de Surt usando a Jack, Fenrir se comerá a Odín, Jormungandr y Thor se matarán uno al otro, y demás... al final los nueve reinos arderán, y un nuevo mundo se creará.

Un mundo después de los dioses [Cancelado]Where stories live. Discover now