Capitulo 43- Mataste a mi padre

22 0 0
                                    

Llevo una semana en buenos aires y no me animo a salir mucho, tengo miedo de encontrarme con alguien que no quiero ver y pasar un mal rato.

La mañana del sábado llegó con un golpeteo sin cesar en la puerta del departamento, debían ser los polis una vez más; me levanté de la cama, fui hacia la puerta y vi por la mirilla. Mi madre estaba allí de pie, tenía los ojos hinchados y con lágrimas, había llorado. Abrí la puerta y, al verme, se arrojó hacia mi para abrazarme.

--Johanna, hija, cómo estás? Te extrañé tanto cariño-- se alejó un poco de mi, me miró a los ojos y acarició mis mejillas-- Por qué te fuiste así Joh?-- preguntó, comenzó a llorar nuevamente; me aparté de ella y con seriedad respondí

--Y todavía preguntás? Después de todo lo que pasó, de todo lo que me dijeron, me preguntás, cómo me pude ir así?; no tenés vergüenza, no tenés vergüenza en venir acá y hacerte la preocupada, la madre que extraña a su hija...-- le escupía las palabras con tanto odio y dolor que no me sorprendió cuando me dio una cachetada –Eso es lo que faltaba, que me golpees por sus actos; qué, te mandó a ver si era verdad que había regresado a buenos aires o viniste a ver si me apiadaba y les daba algo de dinero?-- Mi madre me miró ofendida, o eso parecía

--Vine a verte, quería saber cómo estabas, no me mandó nadie; y con respecto a tu padre, deberías mostrar más respeto por él Johanna, no fueron momentos fáciles desde que te fuiste y hace un tiempo que él... falleció-- Ok, no me esperaba eso, mi padre muerto?

--Cuando murió?-- pregunté sin dejar que vea mi confusión y sorpresa por la noticia.

--Hace casi seis meses, no te llegó la carta? Te mandamos una para que vinieras al velatorio, pero cuando no apareciste, pensamos que era porque seguías enojada con él por lo que sucedió.-- Ella tenía razón, estaba enojada con mi padre por lo que me hizo, y no hubiera ido al funeral, pero merecía saber de su muerte. --Joh, sé que es difícil de que me creas y que me perdones, pero tenes que intentar volver a casa; tus hermanos te extrañan, yo te extraño, toda la familia te extraña, por eso vine a verte, para intentar que regresaras a casa, con nosotros—insistió con sus ojos llenos de lágrimas; algo llamó mi atención

--No voy a volver, no después de que me dieran la espalda y me echaran en mi peor momento, no me importa; tengo una familia allá y un lugar al que pertenezco, no voy a dejarlos porque ahora se sienten mal por lo que hicieron.--estaba furiosa

--No voy a dejar que te marches nuevamente Johanna, te necesitamos y vos nos necesitas a nosotros, somos tu familia-- estaba levantándome la voz, se había enojado y dio un paso adelante con determinación

--No me interesa; ahora, si eso es todo, te pido que te retires, no quiero tener problemas con los vecinos-- entré al departamento y cerré la puerta detrás de mi. Me apoyé contra la puerta y me dejé caer hasta el suelo, mi padre había muerto, mi madre me quería de regreso y Rodrigo estaba por ahí suelto. Mejor suerte, imposible.

El domingo por la tarde decidí salir a caminar un poco para pasar el rato, lo que fue una muy mala idea; Rodrigo venía siguiéndome hace dos calles. Lo llevé hasta mi departamento, en dónde si algo le pasaba, sería en mi defensa.

Estaba por entrar al departamento cuando él decidió atacarme finalmente, me sujetó por la espalda apuntándome en la cintura con un arma.

--Por fin decidiste terminar con ésto, ya te estabas tardando demasiado-- me burlé de él, Rodrigo me empujó y entramos al departamento, cerró la puerta con llave y la quitó.

--Johanna, siempre tan bromista; entonces, decime cariño, cómo está tu padre? Escuché que le dispararon...-- dijo con una sonrisa maliciosa en su rostro.

--Fuiste vos verdad?-- pregunté seria, él me giró para que lo viera a la cara

--Creí que si lo mataba, te haría salir de tu escondite, pero al parecer, me equivoqué; no te interesó lo  suficiente la noticia, por lo que decidí ir a buscarte-- Rodrigo creía que no me interesó la muerte de mi padre y estaba en lo correcto, pero hubiera venido a buenos aires a ver qué había sucedido sin que nadie se enterara.

--Entonces, mataste a mi padre solo para que regresara y pudieras secuestrarme nuevamente?-- necesitaba hacer tiempo para poder planear alguna cosa

--No pensaba secuestrarte, pensaba traerte de regreso, solo eso-- Rodrigo me soltó y me alejé un poco de él

--Creo que los dos sabemos que eso no va a pasar, asique terminemos ésto de una vez-- Él no iba a disparar, no ahora, lo sé. Iba a tratar de golpearme para que regresara con él con tal de que dejase de golpearme, creía que seguía siendo débil.

--Johanna, no tiene que ser de la manera difícil, lo sabés-- sonrió con algo de incredulidad. Me acerqué a él y lo golpee en el rostro, su labio inferior se abrió y comenzó a sangrar.

Rodrigo se tocó el labio y vio la sangre en sus dedos, sonrió. Se acercó a mi y lanzó un golpe, lo esquivé; golpee sus costillas con fuerza, él jadeó por el dolor; tiró un golpe y me dio en la mandíbula. Me desestabilicé por unos segundos pero volví al ataque nuevamente, lo golpee en la mandíbula, las costillas y cuando él tiró un golpe, lo sujeté e inmovilicé por el brazo, lo tiré al suelo y con mis brazos al rededor de su cuello traté de ahorcarlo; Rodrigo me golpeaba duro en las costillas para que lo soltara hasta que me acomodé y enredé mis piernas en su cintura; hice presión y acerqué mi cuerpo ,lo máximo que pude, al suyo para que no me pudiera golpear. Pude sentir como se desesperaba para salirse del ahorque, pero, luego de algunos segundos, lo sentí desmayarse contra  mi cuerpo.

Lo tiré a un lado y corrí hacia el teléfono, llamé a la policía sin despegar  mis ojos del maldito de Rodrigo, lo conocía muy bien como para saber que podía estar fingiendo el desmayo con tal de zafarse del agarre. Hablé con una oficial y me dijo que una patrulla venía en camino, le dije que se dieran prisa y corté la llamada.

Cinco minutos pasaron cuando la policía llegó al departamento, Rodrigo seguía inconsciente  en el suelo y yo no le apartaba la vista de encima.

Lo esposaron, levantaron del suelo y nos llevaron en patrulleros separados hasta la comisaría. Una vez habíamos terminado de arreglar todo el papeleo, de que dejaran a Rodrigo detenido y que me dieran el okay para poder regresar a estados unidos, regresé al departamento acompañada por un par de oficiales, llamé a Dominique y le dije que regresaría mañana por la tarde pero que no le dijera a nadie, tenía que arreglar algunas cosas y luego hablaría con los chicos. Los oficiales dijeron que mañana me escoltarían hasta el aeropuerto para estar más segura.

Lo que quedó del día, armé un pequeño bolso con la ropa que tenía y la documentación, hablé con el dueño del lugar y le expliqué que me iría por la tarde de mañana, él solo asintió y me deseó un buen viaje.

La Bailarina del Luchador Where stories live. Discover now