Capitulo 41- Nadie es mejor que yo!

18 0 0
                                    

Nos besábamos como si fuera la última vez y si, podía ser la última, él me atraía a su cuerpo cada vez más, provocando que nuestros cuerpos se friccionaran en ciertos lugares que nos hacían querer más. Dean me apretó de las caderas contra su cuerpo, se puso de pie y me llevó hasta mi cuarto, me recostó sobre la cama con mucho cuidado, bajó rápidamente con su boca hasta mi estómago, levantó mi remera lentamente y comenzó a dejar pequeños besos por toda mi panza; así fue subiendo despacio hasta mi pecho, me miró con una sonrisa en su rostro, se estaba divirtiendo. Le sonreí y él se acercó a mis labios.

--*No johanna, no vamos a hacer nada hoy, voy a tener que asegurarme de que te volveré a ver para que hagamos el amor, aunque sea una última vez*-- me besó y se dejó caer a mi lado, él estaba algo afectado todavía, al igual que yo.

--*En serio? No vas a querer hacerme el amor por ese presentimiento tuyo?*-- le dije girándome para verlo de frente, él me sonrió --*Que mal, ahora voy a tener que hacer otra cosa!*-- dije con algo de sarcasmo, le sonreí y lo sujeté por los hombros; me puse sobre él --*Es mi turno de besarte, vamos a ver si podes quedarte como me dejaste a mi!*-- lo desafié, él se rió de mi. Me acerqué hasta su boca y cuando estaba a punto de besarlo, me alejé hasta su mandíbula, dejé unos cuantos besos allí, bajé con pequeños besos hasta su clavícula, le quité esa remera gris que tenía puesta, le besé el pecho, él se movió un poco, eso le gustaba; lo besé nuevamente en el mismo lugar, lo escuché quejarse

--*No hagas eso hermosa, no quiero...*-- estaba diciendo él cuando lo besé en el mismo lugar, él respiró profundo.

--*Entonces, querés que deje de hacer ésto*-- lo besé nuevamente en ese pectoral --*O ésto?*-- besé cerca del centro de su pecho. Dean cerró sus ojos.

--*Por qué me haces esto?*-- preguntó como si estuviera sufriendo, lo vi a los ojos, él en verdad no quería tener sexo conmigo hoy. No sería tan mala

--*Está bien, me conformaré solo con quedarme el resto del día contigo y besarte cuando quiera sin tener sexo!*-- me dejé caer a su lado, lo abrasé y me acomodé lo más cerca que pude de su cuerpo, Dean se relajó un poco y también me abrazó.

--*Gracias hermosa*-- él suspiró, me besó en la mandíbula y luego acomodó su cabeza en la parte trasera de mi cuello --*Te creció bastante el cabello, deberías dejarlo crecer un poco más, te quedaría muy lindo!*-- susurró cerca de mi cuello mientras acariciaba mi cabello tiernamente, un escalofrío recorrió mi cuerpo

--*Ok, te prometo no cortarlo así crece un poco más*-- acaricié su brazo al rededor de mi cintura, su respiración era lenta, calmada; me dejé disfrutar de ese momento, de ese ratito con él, lo merecía.

Mañana solo Dios sabría lo que iba a pasar entre Rodrigo y yo, quizás uno de los dos no regrese, o quizás seamos ambos los que no regresemos. Sentí a Dean respirar más pesadamente, se había dormido; me alejé de él, busqué un papel y algo para escribir, debía dejarle a Dom algo con lo que pudiera encontrarme si las cosas no salían bien; le dejé escrito la clave de mi rastreador, si entraba con mi computadora y ponía ese código, le diría donde estaba sin importar dónde fuera.

Si, tenía un rastreador debajo de mi piel, justo donde estaba la estrella que Rodrigo me había hecho; un año después de eso y de su intento de secuestrarme, decidí ponerme uno y Dom era el único que sabía de eso, también sabía que si alguien iba a decirle que no había rastros de mi y que habían escuchado de Rodrigo, las cosas se pondrían feas!.

Cuando desperté, Dean estaba a mi lado, mirándome con ternura

--*Buenos días hermosa*-- él besó mi frente

--*Hola...*--dije acomodándome un poco en la cama--*Desayunamos juntos o tenés que irte?*-- pregunté mientras lo tomaba del brazo y hacía que me abrase, él sonrió

--*Podemos desayunar tranquilos pero, debo irme cerca del medio día, tengo que ir a hablar con Hunter.*-- revoleó los ojos con frustración, reí por eso.

--*No te agrada eso de hablar con él o qué?*-- pregunté con curiosidad mientras sonreía por su actitud

--*No es eso,*-- explicó- -* es que ya sé de lo que va a hablarme y me cansa que siempre sea lo mismo; debes hacer esto, no hagas lo otro, sé más amigable con los fans...*-- él sonrió --*Solo quiero ser amigable con una sola fan!*-- me guiñó un ojo y sonreí.

--*Debo golpear a la maldita cuando la vea...*-- bromee por lo bajo, sabía que era yo a quien se refería. Dean sonrió.

Nos levantamos de la cama, Dean se dio una ducha mientras yo preparaba el desayuno, lo cual hice bastante bien. Si, presumo un poco!

Desayunamos tranquilos, con muchas risas y sonrisas, con mucha comodidad con nuestra compañía. Cuando se hizo la hora, Dean se marchó, pero no sin antes darme un beso como corresponde.

Las horas que faltaban para ir a encontrarme con Rodrigo pasaron muy rápido; eran seis menos cuarto cuando salí del departamento, caminé hasta la plaza que él me había dicho y esperé a que apareciera, lo que hizo casi al minuto de mi llegada. Debió estar escondido en algún lugar cercano

--Tenía mis dudas sobre si vendrías o no, pero veo que te importan tus novios más de lo que pensaba,-- se burló de mí-- te volviste blanda Johanna-- era increíble lo mucho que podías llegar a odiar a una persona con escuchar solo su voz.

--Si llegué a ser blanda con ellos es porque se merecen que sea así, vos sabés que yo era así antes de que me arruinaras, no se por qué te sorprende-- él parecía sorprendido; me sonrió

--Es solo que, la última vez que te vi, me dejaste muy claro que no eras la chica que solías ser; creí que nunca lo volverías a ser para ser sincero-- Rodrigo se acercó a mi un paso, yo retrocedí; prefería quedar a su vista como miedosa a que me atrapara pronto, porque lo haría

--Bueno, no podes vivir siempre en el pasado, no? Además, son mejores personas que vos!-- le sonreí victoriosa por mi comentario hiriente a su ego. Él se enojó

--No te atrevas a decir que son mejores que yo, nadie es mejor que yo, nadie!-- se abalanzó hacia mi y me tomó del brazo –Es hora de que regreses conmigo Joh y no te vas a escapar esta vez-- susurró cerca de mi rostro; tiré de mi brazo para zafarme pero, al no lograrlo, le di un cabezazo en la nariz. Rodrigo me soltó y corrí, corrí hasta que me atraparon. Había traído refuerzos con él.

Una mano en mi boca me impidió gritar y un brazo al rededor de mi cintura me impidió seguir corriendo; un sujeto me tenía contra su cuerpo para que no pudiera escapar, pude ver a Rodrigo acercarse a mi con una sonrisa en su rostro. Un dolor en mi nuca me hizo perder el conocimiento.

Estaba en una casa antigua, parecía abandonada de no ser por las personas hablando en la habitación de al lado.

La Bailarina del Luchador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora