♥ 075 ♥

144 18 347
                                    

Annalise Lim Wise

—Doscientos dólares mensuales con todos los servicios incluidos, semi amueblado, entrada independiente, tienes un árbol de aguacates, a cinco minutos de tu universidad, a diez del taller de tu madrina, hay dos tiendas de conveniencia cerca, un supermercado, calle cerrada... ¿Qué más quieres?

—Es que nunca he vivido sola.

—Tienes veintidós años, debes empezar a vivir sola. Primero que nada, cómprate una arrocera y nunca se te olvide pedir el gas a tiempo. El desayuno lo tienes todos los días en la cafetería así que no morirás de hambre si se te olvida cenar. Puedes meter hombres guapos y...

—Sin hombres por los momentos. Ni siquiera estoy soltera aún.

—Cuando firmes el divorcio hay que ir a celebrar.

—No puedo ir a celebrar con mi ex jefa, no es ético. Ahora —bajé las escaleras de la casa donde me iban a alquilar— necesito decirle a mis padrinos que me iré de casa sin que pongan peros.

—Tienes veintidós años.

—Sí, pero les debo mucho como para solo hacer lo que se me dé la gana.

—Bueno, tú sabrás cómo tratar esto.

Iba a ser difícil convencerlos. Ya estaban haciendo planes para mí, planes de los que no estaba para nada de acuerdo.

—Padrino —entré a su oficina de casa. Estaba centrado en unos papeles.

—Dime, princesa.

—Quería hablar contigo.

—Por favor, te pido con lo más profundo de mi corazón, que no me digas que cambiaste de opinión porque te encierro en este mismo momento para siempre.

—No... Sí me divorciaré. Es otra cosa —suspiró profundo y se separó un poco del escritorio. Abrió sus brazos y me acerqué para abrazarlo. Sus abrazos tenían algo que me hacía no querer salir.

—Cualquier cosa, menos lo del divorcio. ¿Ya te comunicaste con sus abogados?

—Sí —mentí, él era capaz de ir a buscarlo y obligarlo a firmar a golpes.

—Qué bien porque he enviado una solicitud a Francia para que en unos meses puedas ir a más cursos como los que hiciste hace unos meses. Tal vez y terminas tu carrera allá.

Observé la fotografía que tenía en su escritorio. La tomé entre mis manos y sonreí solo de recordarla. Esa era la persona que debía estar en mi lugar, por la que mi padrino debía estar preocupado y haciendo todo lo que estaba haciendo por mí. Ya no iba a permitir que proyectaran en mí lo que quisieron para Nara.

—Padrino, yo no me iré a ningún lado —dejé la fotografía en su lugar. Me senté en el borde del escritorio mientras él me observaba con confusión.

—¿No te gustó Francia?

—No es eso. Yo no quiero huir. Yo sí quiero aceptar mi proceso. Quiero terminar mi carrera aquí, en un futuro tal vez acepte la propuesta de la universidad de Francia o alguna otra. Me faltan cinco periodos para graduarme.

—No quiero que te abrumes aquí en Corea, pequeña. Vas a escuchar de los Kim por todos lados. Son nuestros amigos, nos invitarán a sus cosas. Mi mejor amiga es tu suegra. No quiero que tengas que decidir si ir como nuestra ahijada o dejarte en casa fuera de nuestras vidas.

—Padrino, mandarme lejos es lo mismo que encerrarme. No tengo amigos por quien quedarme, pero sí mi futuro. Quiero terminar mi carrera aquí sin ser la esposa de Yohan.

—No creo que anuncien su divorcio aún, eso sería...

—Padrino, tú y yo sabemos que lo que más les conviene es anunciarlo para abrir puertas.

♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)Where stories live. Discover now