♣️027♣️

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Kim Yohan


Las melodías nupciales del piano empezaron a retumbar en mi cabeza. Poco a poco todo empezó a tornarse blanco y claro.

No tenía puta idea de lo que estaba pasando.

Estaba rodeado de gente y yo caminaba por un camino estrecho de pequeñas flores. Miré hacia donde todos estaban viendo y cada vez era más confuso.

Había una mujer vestida de novia. El velo la cubría, así que no tenía ni la menor idea de quién era. Caminé a corto por miedo, y al llegar, ella misma se destapó.

—¿Nara?

—Gracias por llegar.

—¿Qué es...?

—Es mi boda, hoy me caso.

—¿Qué? —todos los presentes empezaron a aplaudir robando mi atención. Nara se volvió a colocar el velo. Una figura casi a mi altura se colocó a su lado. No podía divisar bien su rostro, pero eso dejó de importar cuando la tomó de la cintura y la llevó con él.

—Nara... Ven aquí —todo empezó a hacerse cenizas que se desvanecían con el viento. Todo a mi alrededor desapareció.

—Yohan~ —me di la vuelta cuando inmediatamente susurraron mi nombre, no había nadie, pero sí había algo.

Un ataúd.

No quería acercarme, pero la presión que sentí en mis piernas me obligaron a moverme.

Sus manos eran pálidas al igual que sus labios.

Me dolía el corazón, me dolía sin explicación alguna.

—Annalise —susurré. La parte superior del féretro se cerró antes de permitirme tocarla.

—¿Estás feliz? —mi tío Jungkook de la nada apareció del otro extremo con sus ojos rojos e inflamados.

>> Es tu turno —las sirenas de las ambulancias contaminaron mis oídos. No había autos cerca, no hasta que uno de la nada chocó contra mí.

La cabeza me iba a estallar del dolor... Un dolor muy real.

Abrí mis ojos y lo primero que vi fue el suelo contra mi rostro. Me había caído de la maldita cama.

Él corazón palpitaba aceleradamente. Mi respiración estaba agitada y mi cabeza seguía doliendo. Corrí al baño para lavar mi rostro e intentar que el susto me pasara. Las imágenes del loco sueño empezaron a desordenarse en mi cabeza, recordaba ciertas cosas, y por más que intenté recordar más, las imágenes perdían contexto poco a poco sin saber qué exactamente había pasado. Solo recordaba el cuerpo de Annalise en un ataúd.

Me di una ducha fría, necesitaba salir del shock.

Salí de mi habitación y todo estaba normal. Callado y sin nada emocionante por hacer. Era sábado y debía ir a casa de mis padres para una reunión con Jin y su equipo técnico para solucionar un problema.

Pude escuchar las voces de alguien, pero era otro idioma que no sabía diferenciar hasta que vi la laptop de Annalise en la mesa de la sala. Me acerqué para apagarla, pero me encontré con ella acostada y dormida en el sofá enrollada en su sábana gruesa. Nuevamente la imagen de ella sin vida se me vino a la cabeza. Su rostro era pálido por naturaleza, pero sus labios seguían rosados. Aún con todo, me fijé en su pecho para ver si de verdad respiraba, y solté un gran suspiro al verificarlo. Toqué su frente por el exceso de sudor que estaba transpirando, y me choqué con la sorpresa de que tenía fiebre.

—Annalise. Oye, pulgosa, despierta. Te estás muriendo y si te mueres aquí creerán que te envenené.

—No molestes, me duele la cabeza. Ya vete.

♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)Where stories live. Discover now