♣️016♣️

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Annalise Lim Wise

Me consideraban masoquista. Y tenían toda la absoluta razón. Me quedé en un lugar donde no había futuro, donde no pertenecía y esperaba más de lo que ofrecían. Me quedé en un lugar y con una persona que jamás me iba a ver como quería, al menos no tan fácil. Y aún sabiendo la guerra que iba a soportar y lo difícil que iba ser mostrar un poco de luz en un ser que lo habían hecho brillar toda la vida, aún así, yo decidí quedarme. Decidí quedarme con ese alguien aún sabiendo que su corazón no me pertenecía, sabiendo que nunca iba a ser esa persona.

Qué equivocados estuvimos todos al creer que yo no lograría nada y que él lo lograría a su antojo. Siempre llegamos tarde, no importa qué tanto corramos al último minuto, siempre llegamos tarde. Siempre pagamos otros, siempre el precio era elevado, ¿y al final qué?

Al final siempre estuve yo cuando nadie más.

.....

Las primeras dos semanas no fueron una tortura como me imaginé desde el primer día. Él ni siquiera se la pasaba en casa, pero yo tampoco podía depender de lo que él dijera o hiciera. Debía descubrir el mundo sola, me lo demostró dejándome botada en mi primer día de universidad sabiendo que yo no sabía ni cruzarme la calle.

Pero aún con mi gran fe en la humanidad, me sentí bien cuando me fue a dejar a la universidad. Sin embargo, con él nada iba a ser color de rosas.

—Te recuerdo que estás casada, así que ten mucho cuidado con lo que haces. Nadie sabe aún que me casé, y prefiero mantenerlo así por un tiempo o hasta que me convenga decirle a la prensa que me casé. Tampoco creo que tú quieras estar en el ojo público. Ten cuidado con quien hablas, no puedes revelar secretos ni nada que tenga que ver con mi familia ni las empresas.

>> Si te quedó todo claro, te puedes ir.

—Gracias —bajé rápidamente de su auto. Era una tortura escucharlo.

La universidad era enorme, ni siquiera sabía por dónde ir, y, según el correo que me habían enviado, solo tenía unos minutos antes de que empezara mi primera clase.

Di vueltas, muchísimas hasta llegar donde debía.

—Lo siento, ¿puedo pasar?

—Ya llevamos 15 minutos de clases, por ser el primer día se lo pasaremos.

—Es que me perdí —todos en el salón empezaron a reír. Sentí mis mejillas arder de la vergüenza que sentía.

Me senté en una silla al fondo. Al principio no me pude concentrar porque no sabía muy bien de lo que hablaban, así que me dediqué a observar a mi alrededor. Había personas de distintas edades. Una aparentaba estar en 40 's.

—Eso fue todo por hoy en historia del arte. Hagan su tarea y lo envían a través del correo. ¿Preguntas?

Tenía tres clases corridas, así que me salté el cuestionario de preguntas que tenía y salí corriendo a mi siguiente clase. Era algo de todos los días así que debía irme acostumbrando.

Entraba a las 8:30 am y salía a las 11:30 am. Suficiente para tener mis mañanas ocupadas.

Al salir, no sabía qué hacer. Quería llamarle a Yohan, pero corría el riesgo de que no me contestara. Así que me senté esperar un rato donde él me había dejado, pero llegaron las 12:30 del mediodía y ya tenía hambre, así que decidí salir de universidad e intentar reconocer el camino, pero fue en vano. Ya ni sabía dónde estaba.

Las calles estaban llenas de carros y gente. Me sentía muy pequeña al verme desorientada, y era demasiado tímida para preguntarle a alguien desconocido si sabía en dónde vivía y que me explicara el camino.

♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)Where stories live. Discover now