♣️ 056 ♣️

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Kim Yohan.

—La entrevista estuvo perfecta, aún cuando se hizo dos días tarde —soltó mi abuela al entrar a su oficina.

—Annalise se disculpará luego.

—No lo hará. Su malcriadez el fin de semana, su altanería, sus ganas de morir con cada palabra que me soltaba... Esa niña...

—Estaba de malas. La obligué a ir al desayuno del sábado, ella no es así.

—Créeme que no te estoy diciendo todo esto porque estoy enojada, es todo lo contrario. Estuve a punto de deshacerme de ella para que te buscaras una esposa con más carácter, Annalise no era la persona indicada para ser la esposa del sucesor de Kim's corporations, sin mencionar que no se dedica a nada administrativo. Sin embargo, el fin de semana demostró lo contrario. Dejó su timidez y la prudencia de lado. Deberías sacarla más de quicio para que siga actuando así.

«Me da miedo la Annalise enojada»

—Lo que dijo estuvo bien, y ya vi que está cumpliendo con todo.

—¿Escuchaste sus condiciones para colaborar?

—No, lo que haya sido se lo podemos dar.

—La seguridad fue retirada.

—Le colocaremos unos a escondidas, así no se vuelve a ir con su vecino. Por cierto, ¿por qué no sabía de su existencia? ¿Es muy amigo de Annalise? ¿No es una amenaza de ningún tipo?

Después de tener sexo con Annalise y creer que las peleas se iban a terminar por un tiempo según su actitud esa noche, la muy maldita me dejó solo en la cama a la mañana siguiente, y de acuerdo al recorrido de cámaras, se subió a un auto negro que pude identificar por el imbécil de mi vecino. Ya no lo estaba soportando, se estaba relacionando mucho con ella, más de lo que cualquier persona normal que solo busca una amistad. Estaba en desventaja completa porque él conocía a la perfección nuestra relación, y no dudaba que Annalise le contara más, así que él podía aprovechar toda la ventaja haciendo todo lo contrario para quedar bien.

Las notas de la entrevista salieron a la luz, nadie se comía el cuento, pero era lo que tocaba. O se lo tragaban o buscaban vida propia dejándome a mí en paz. Las cosas en la empresa se habían movido, y más con los chismes que se la llevaban trayendo los empleados.

—Kim Yohan, vecino de mi alma. Fui a traer a Annalise a la universidad, me ha contado que le quitaste a los perros guardianes —el muy desgraciado estaba saliendo de la entrada de mi jardín trasero.

«¿Quién mierdas le dio acceso libre para entrar a mi puto jardín cada vez que se le diera la gana?»

—Creí haber sido claro hace meses, te exigí que te alejaras de Annalise.

—¿Por qué? Me agrada.

—Y te gusta.

—¿Se nota mucho? —el infeliz encendió un puro y empezó a fumar como si estuviera conversando con un gran amigo.

—Aléjate de Annalise, está casada.

—Tú también y te andas revolcando con media ciudad —estaba harto. Di un paso hacia delante con la única intención de dejarlo más cojo de lo que estaba. Pero la voz de Annalise me detuvo.

—Oye, ¿por qué te tardas? Si no me traes vino, no te daré lo que cociné —fingió no haberme visto haciéndome sentir un cero a la izquierda. Estaba enojada porque la obligaron a salir de compras con Molly y pasar el día con ella. No le pedí explicaciones sobre su huída con el idiota, ya mucho había tenido con soportar a Molly y toda la situación que provocó la lástima de las personas por mi culpa.

♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora