Capítulo 68: Fiesta de cumpleaños

6.4K 422 5
                                    

●★●Sariah Mansour●★●

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

●★●Sariah Mansour●★●

Fiesta de cumpleaños

Tomo el pastel para salir al jardín donde todos ya me esperan, la madre de Salvatore ha querido realizarle una pequeña fiesta por motivos de su cumpleaños, no me opuse a la idea, al contrario, me pareció muy buena la idea, antes de salir de la cocina siento mi celular vibrar en la parte trasera de mi pantalón.

Saco el celular de mi bolsillo y reviso el mensaje, comienzo a leer el mensaje, es Patricia, dejo el pastel nuevamente en la isla de la cocina y leo detenidamente.

Mensaje

Te preguntarás ¿Cuál es el motivo del mensaje? Sencillo querida, ayer estuve con tu esposo, deseándole un feliz cumpleaños, ese hombre huele delicioso.

— ¡Sariah hija! Hace rato te estamos esperando con el pastel.— rápidamente vuelvo a dejar mi celular en mi bolsillo.

— Lo siento, iba a llevarlo, pero me detuve a ordenar algo.— me observa y luego al pastel.

— Eso pensé, siempre estás organizando las cosas.

— Si quiere vaya y adelántese, yo subiré a mi habitación a buscar algo.— tomo el pastel y se lo extiendo.

— Entendido hija, no te tardes, queremos que estés presente cuando cortemos la torta.— toma el pastel y sale de la cocina.

Subo hacia mi habitación, cierro la puerta con llave y tomo asiento en la esquina de la cama, puedo ver por el cristal del balcón como la madre de Salvatore y Salvatore juegan con las niñas, los demás toman y comparten entre ellos.

Paso las manos por mi cabello, tomo una bocanada de aire, proceso las cosas, no puedo partir de la ligera sin antes investigar bien las cosas, aunque hay muchas cosas que no concuerdan, camino hacia el baño, busco en los cajones de la ropa sucia alguna pista, no quiero imaginar que me esté sucediendo lo mismo que viví con Iván, no lo resistiría.

Al salir del baño veo algo blanco debajo de la cama, me asomo en el lado en que duerme Salvatore, una camisa se encuentra allí, la tomo y examino cada parte de ella, en el cuello tiene una mancha de labial color vino, como también tiene olor a perfume de mujer, un aroma suave y bastante peculiar.

— Sariah te estamos esperando abajo.— Salvatore toca la puerta, dejo la camisa en el mismo lugar en el que la encontré, vuelvo a tomar mi postura y camino hacia la puerta.

— Vine a tomarme una pastilla para el dolor de cabeza.— dejo la puerta abierta y camino hacia mi tocador.

— ¿Por qué la puerta tenía seguro?— pregunta dejando su reloj sobre el tocador.

— La verdad es que no me di cuenta, entré muy rápido a la habitación.— arreglo mi cabello frente al espejo.

— No pasa nada ¿Bajamos?— hace señal hacia la puerta.

— Adelántate, quiero terminar de hacer algo, ya bajo.— me mira no muy convencido, lo más seguro es que ha percibido mi humor.

— Por favor no tardes.— asiento y vuelvo a mirarme al espejo.

Muerdo mi mejilla por dentro para callar la rabia que siento en estos momentos, dejo el mensaje guardado como evidencia, suelto algunas lágrimas rebeldes, me compongo y bajo hacia el jardín donde se encuentran todos.

◆══════════●★●═══════════◆

— ¿Puedes decirme qué es lo que sucede contigo?— Vanessa se aparece a mi lado con un enorme pedazo de pastel.

— En este momento no quiero hablar sobre el tema, luego te cuento.— miro a mi alrededor.

— Por lo menos quita esa cara, todos sospechan que algo tienes.— con su dedo toma un poco de crema y lo lleva a su boca.

— Trato de hacerlo, no pienses que no.— golpeo su hombro, caminamos hacia uno de los columpios.

— Por lo visto es grande lo que te atormenta.— tomamos asiento en cada columpio y comenzamos a mecernos.

— En estos momentos no sé que siento, tampoco lo que pienso.— muevo mis pies desde la altura en la que me encuentro.

— ¿Tiene que ver con Salvatore?— lleva una cucharada de pastel a su boca.

— Algo así, pero no hablemos de eso.— me muevo de un lado a otro.— ¿Cómo te sientes al ingresar de nuevo en la organización?— miro mis pies, el esmalte color rojo me queda hermoso.

— Se siente extraño, deseo seguir pasando más tiempo con Jasper, pero el deber llama.

— Lo imagino, ahora que comienzo a convivir mejor con mis hijas, puedo entender tu posición.— miro a Jacob con el pequeño Jasper en brazos.

— Tú mejor que nadie comprendes mi sentir.— deja de comer y coloca el plato vacío en sus piernas.

— ¿No hay novedad en la central?

— Para nada, al igual que tú, yo también me encuentro impaciente por encontrar algo que hacer, pero hasta el momento el trabajo es local.

— Imagino lo aburrido que debe ser.— de solo pensarlo me aburro.

— Tengo esperanza de encontrar algo por hacer pronto.

— Muero del cansancio, preparar todo esto no ha sido fácil.— mi espalda duele un poco, deseo dormir.

— Lo bueno es que ya todos se han marchado a sus casas, Jacob y Salvatore se encuentran hablando.— miro en dirección a donde se encuentran.

— Si desean pueden quedarse a dormir con nosotros.

— Ni pensarlo, yo también muero del cansancio y deseo dormir en mi cama.— se levanta y camina con el plato hacia el contenedor de la basura.

— ¿Nos veremos en la central?— me levanto y la acompaño a ir con Jacob.

— Te esperaré ahí entonces.— me abraza y deja un casto beso sobre mi mejilla.— Y sea lo que sea que atormente tus pensamientos, no dudes en contarme, sabes que estoy aquí para brindarte todo mi apoyo.— aprieta mi mano levemente.

— Sé que puedo confiar en ti ciegamente, de eso no me cabe duda.— cierro el tema al estar cerca de Salvatore.

— Nosotros ya debemos irnos, mañana deberemos trabajar y este pequeño muere de sueño.— Jacob pasa por mi lado con el niño en brazos.

— Gracias por venir, hicieron del momento un buen ambiente.— toco la pequeña cabeza de mi ahijado.

— No tienes nada que agradecer, nuestros corazones siempre están con ustedes.— me abraza y choca el puño con Salvatore.— No me despido de las niñas porque ya se encuentran dormidas, dale un beso de mi parte.— asiento cerrando la puerta del asiento trasero del auto donde va Jasper.

— Descansen.— Vanessa sube al auto y nos guiña un ojo.

Nota de la autora:

Pido disculpas por la irresponsabilidad que he mostrado al no subir los capítulos constantemente, he pasado situaciones personales y familiares que me han mantenido lejos de la escritura, lamento mucho quedarles mal, pero aquí estamos devuelta para ustedes, prometo mantenerlos al día con la lectura, disfruten de los últimos capítulos, pronto esta interesante historia llegará a su fin.

Pasiones y misionesWhere stories live. Discover now