Ser coronel de una de las organizaciones militares más importantes del país no es fácil, pero sobre todo si eres mujer, mucho más difícil la tarea. Sariah Mansour una coronel honorable, reconocida por su trabajo arduo y exitoso es el punto blanco pa...
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●★● Sariah Mansour ●★●
Humillación
Organizo mi cabello desde el espejo de la ventana del pasillo que conduce a la salida de la central donde ya se encuentran todos en la ceremonia. Jacob vienen caminando con su traje de coronel, se ve bien guapo, este me extiende su mano para que salgamos juntos.
- ¿Segura de asistir? Si no vas es entendible, no se cuestionará tu ausencia.- mira hacia el frente mientras caminamos hacia la salida.
- Quiero hacerlo, Romanov era mi mejor amigo, no se ve bien que le haga esto.
- La víbora de su esposa está presente.- muerde su lengua al sentir el apretón de mi mano.
- Respétala, sea como sea es la esposa de nuestro amigo, sé que si estuviera vivo no le gustaría escucharnos hablar así sobre ella.- nos adentramos entre soldados.
- ¿Sabes que creo? Si Romanov estuviera vivo, volvería a morir al ver a la mujer con la que se casó, esa tipa no me da buena espina, nunca me la ha dado.- niego, cuando Jacob no soporta una persona es así de mal pensado.
- ¿Qué haces aquí?- pregunta Iván con los dientes apretados al verme.
- He venido a hacer acto de presencia en un momento tan importante como este.- alzo mi cabeza, no pretendo bajar la mirada ante él como antes lo hacía por respeto.
- Como todos ya saben, la Organización Militar Nacional ha decidido otorgarle esta estatua al teniente fallecido Romanov.- la esposa de Romanov interrumpe al general.
- No quiero que esta mujer esté presente en un acto tan importante como este.- me señala con odio.
- No entiendo ¿Por qué se refiere así de la coronel Mansour? - el general la mira extrañado, todos me observan, no hago, ni digo nada.
- Porque es la culpable de la muerte de mi esposo, me parece una burla su presencia.
- Yo no soy la culpable de nada, Romanov murió como pudo haber muerto cualquiera de los que estaban en ella, no hay culpables de nuestro bando, los culpables son los contrarios, ellos fueron quienes le quitaron la vida.- me defiendo.
- Ahorra ese discurso profesional conmigo, esa carita de inocente a otros, sabes por qué lo querías muerto, mucho que te has beneficiado de su muerte.
- El ladrón juzga por su condición ¿No?- no pienso tolerar más insultos de su parte.- Si a eso vamos, después de la muerte de mi amigo te fuiste de crucero, has derrochado todo el dinero que el seguro social te cedió luego de su muerte. - su boca se abre al escuchar mi defensa.
- No te permito que hables así sobre mi persona, no me conoces, no sabes todo lo que he tenido que pasar desde que mi esposo no está.- lágrimas salen de sus ojos.
