Ser coronel de una de las organizaciones militares más importantes del país no es fácil, pero sobre todo si eres mujer, mucho más difícil la tarea. Sariah Mansour una coronel honorable, reconocida por su trabajo arduo y exitoso es el punto blanco pa...
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⋆★⋆ Salvatore Kozlov ⋆★⋆
Sentimientos encontrados
— ¿Entendiste el informe que redacté?— Jacob pasa sus manos por delante de mi rostro.
Por observar a Romanov me he olvidado de Jacob y lo he ignorado, dejo de mirarlo y me centro en Jacob.
— Lo siento, me distraje.— tomo la laptop y busco el documento que hace unas horas me envió.
— Mejor di la verdad, no has dejado de ver a Romanov.— niega con una sonrisa burlesca.
— ¿De qué te ríes?— lo enfrento, esto provoca que ría aún más.
— Le estás declarando la guerra a una persona que no desea pelear contigo, deberías verlo como un aliado.— mira hacia donde se encuentra Romanov.
— No ves como mira a Sariah, es más que evidente lo que siente por ella.
— Está enamorado de ella de toda una vida; sin embargo, sabe que ella no siente lo mismo por él y eso lo respeta.
— Ese es el problema, siento que ella siente lo mismo.— paso las manos por mi cabeza.
— No seas idiota, Sariah se muere por ti, creo que desde el primer día que te vio, el amor que siente por Romanov es de mejores amigos, no más que eso.— niega.
— No debería sentir esto, el tipo es buena onda y lo trato como mierda.— cierro la laptop de golpe.
— Por la sencilla razón de que te gusta, no la quieres perder y estás celoso.
— No siento celos, además no tenemos nada definido para celarla.— veo como Sariah se acerca a Romanov con una sonrisa.
— Engáñate, hazlo, pero a mí no me engañas y sabes que la quieres.— saca una cajetilla de chicles.
— Tengo miedo de joderla, no quiero ser como Iván, temo de dañarla.
— No lo harás, eres un buen hombre y la quieres, con eso es suficiente.— extiende la caja para que tome un chicle.
— Se divorció recientemente, no creo que sea momento de declararle lo que siento, no sé como pueda tomarlo.— meto un chicle a mi boca y doy vueltas en mi silla giratoria.
— Inténtalo, no pierdes nada.— se levanta y toma sus cosas.
— Lo haré, ya quiero que formalicemos las cosas, es lo justo para los dos.
— Has lo que tu corazón decida, no hagas las cosas por compromiso, nunca salen bien.— guiña un ojo y se va.
No he querido admitirlo, pero realmente estoy enamorado de Sariah, la quiero, no pienso hacerme el frío y perderla por ser un idiota, todo lo contrario, pienso d
