Timeless Academia

Okeanos: Capítulo 10

Cuando Heracles se levantó para atacar de nuevo, se detuvo en seco cuando sintió que una ráfaga de energía le golpeaba el hombro. Se giró para mirar y vio a Artemis pasar volando, ya apuntándole con otro tiro, pero antes de que pudiera contemplar cómo tomar represalias, tuvo que lidiar con Asterios abalanzándose hacia él nuevamente. Aunque fue capaz de bloquear el ataque con bastante facilidad, los siguientes disparos de Artemis en su espalda sirvieron para molestarlo aún más. Las ráfagas de luz de las estrellas solo dejaron pequeñas quemaduras a lo largo de su espalda, no lo suficiente como para lastimarlo seriamente, pero más que suficiente para hacerlo rugir de frustración.

"¡Oye! ¡Izuku!” Drake gritó, ayudando a castigar aún más al Maestro de Chaldea mientras trataba de procesar lo que estaba sucediendo frente a él. “¡¿Cuál es el plan aquí?! ¡Necesitamos saber qué hacer aquí! Esta es su área de especialización, entonces, ¿qué quiere que hagamos?

La pregunta hizo que el cerebro de Izuku volviera a funcionar, pero ya sabía la respuesta a la pregunta que Drake realmente estaba haciendo. Él negó con la cabeza y volvió a mirarla. “¡No podemos vencerlo! ¡Así no! ¡Asterios y Lady Artemis son los únicos que podrían hacerle daño, el resto de nosotros no tenemos ninguna posibilidad! él advirtió.

"¡¿Entonces, qué se supone que debemos hacer?! ¡¿Solo corre?!" exigió Drake.

"¡Haz que todos los demás aborden el Argo!" Gritó Izuku. ¡Que retengan a Heracles todo el tiempo que puedan! ¡Mientras podamos recuperar a Euryale, no hemos perdido!”.

Era un plan imprudente y descuidado y él lo sabía. Todavía había que considerar a los otros Argonautas, por supuesto, pero tratar de enviar a todos tras Heracles solo aseguraría que todos perdieran mucho más rápido. Si de alguna manera lograban recuperar a Euryale, podrían escapar y vivir para luchar otro día. No sería fácil, pero era más factible que la alternativa.

Naturalmente, las cosas se fueron al sur casi inmediatamente después de eso.

Mientras Heracles y Asterios continuaban balanceándose golpe tras golpe, el acero chocando con el acero una y otra vez y haciendo que el agua debajo de ellos temblara por los impactos, Mash saltó rápidamente del Queen Anne's Revenge y regresó al Hind para quedarse junto a Izuku. Teniendo en cuenta lo increíblemente peligroso que era Heracles, dejarlo solo contra él por un momento era una muy mala idea, por decirlo suavemente. Sin embargo, el resto de los barcos se movieron para tratar de rodear el Argo, y los que ya estaban lo suficientemente cerca arrojaron ganchos para intentar abordar como estaba planeado.

“¡Ja! ¡Aborda el Argo, dice! Jason comentó en un tono burlón. “¡Como si fuera así de simple! Medea?

"Por supuesto, Lord Jason". Medea respondió asintiendo. Cuando el primer par de piratas lograron subir a la cubierta del Argo, levantó su bastón mientras brillaba con una tenue luz púrpura. Justo en frente de los piratas, una serie de círculos mágicos aparecieron en el aire, flotando justo frente a sus ojos. Estos estaban unidos por más círculos que aparecían alrededor de los bordes del Argo, algunos colocados sobre otros, hasta que parecía como si casi todo el espacio aéreo alrededor de la nave estuviera cubierto por ellos.

Luego, todos lanzaron rayos de energía violeta pura en todas direcciones, golpeando a los piratas en el Argo y evaporándolos instantáneamente. Además de eso, se dispersaron y golpearon a algunos de los piratas que aún estaban en sus barcos; al menos, los que no pudieron cubrir inmediatamente. Para empeorar aún más las cosas, una de esas explosiones golpeó a Artemis justo en la espalda, provocando un grito y haciendo que saliera en espiral del cielo. Sin embargo, milagrosamente, ni una sola explosión golpeó a Heracles, e incluso Asterios tuvo que agacharse para evitar que lo golpeara. Esto solo lo abrió para un breve cabezazo de Heracles, desorientándolo lo suficiente como para dejar que el otro Berserker lo derribara e intentara correr hacia Izuku nuevamente. En el último momento, Asterios logró recuperarse y tirar de él, pero apenas, y le estaba costando un esfuerzo considerable sujetarlo por un brazo.