Duke Pendragon: Master of the White Dragon (Novel)

CAPITULO 24

Lich, un chamán que controlaba monstruos muertos como esqueletos como su convocatoria. Un lich era un hechicero que sellaba su propia alma a cambio de la inmortalidad, y el imperio los etiquetaba como 'malvados' a pesar de que el imperio generalmente toleraba varios campos de la magia.

No había razones para que un mago sacrificara su propia alma para servir a los demás. Excepto en casos extremadamente raros en los que el lich fue forzado a su estado medio muerto, casi todos los liches utilizaron cualquier medio o método para lograr sus objetivos.

Por lo tanto, el imperio siempre enviaba ejércitos a las regiones en las que los liches estaban activos para erradicarlos por completo. El imperio consideraba que el ejército demoníaco era desechable, por lo que generalmente eran ellos los que se enviaban para lidiar con los liches. Esto también significaba que Raven se había enfrentado a un lich dos veces antes.

'Dado que solo hay esqueletos, no es uno demasiado fuerte. Deben estar controlando los esqueletos desde algún lugar cercano...'

Los poderosos liches podían controlar zombis, demonios o incluso espíritus oscuros y fantasmas para cumplir sus órdenes. Raven sabía por la ausencia de la poderosa convocatoria que el lich esta vez era relativamente débil.

"¿Mmm?"

Una extraña luz roja brilló desde una sección de una roca gigante que tenía forma de abanico.

'¡Por ahí!'

"¡Killian! ¡Toma el mando de los soldados!"

"¡Sí!"

"¡Arre!"

Raven se movió al lado de la pared de escudos creada por los soldados y corrió hacia los esqueletos con Widow's Scream y una cimitarra en cada una de sus manos.

¡Auge! ¡Golpear!

Cada vez que las dos espadas dejaban un rastro de luz, fragmentos de huesos volaban por el aire junto con los sonidos de los fantasmas que lloraban. Las jabalinas de hueso volaban hacia él de aquí y de allá, pero Raven las evadía con su cabalgata casi perfecta o desviándolas con sus armas.

Algunas jabalinas lograron golpearlo, pero no pudieron atravesar la Armadura del Dragón Blanco.

¡Ruido sordo! ¡Grieta!

Sin embargo, Raven todavía sintió el impacto que se transmitió cuando fue golpeado por las jabalinas.

"¡Keuk!"

Raven apretó los dientes y continuó blandiendo sus espadas mientras montaba su caballo. Podía ver a un guerrero orco enloquecido entre un ejército de esqueletos cerca de la fuente de la luz roja.

Estaba claro a primera vista que el enorme orco era Karuta. Un pequeño montículo de huesos ya se había amontonado a su alrededor.

"¡Kuahhhhhh!"

Cada vez que Karuta balanceaba su garrote, se rompían tres o cuatro esqueletos. Sin embargo, la cantidad de esqueletos era abrumadora, y más de diez esqueletos atacaron las extremidades y la espalda de Karuta al mismo tiempo.

¡Golpear!

Una espada de hueso y varias jabalinas atravesaron el cuerpo de Karuta.

"Kuu..."

Pero Karuta gruñó como una bestia y sacó las diversas armas que estaban incrustadas en su cuerpo. Sus músculos, que eran varias veces más duros y gruesos que los humanos, se retorcieron, incapaces de contener la fuerza abrumadora. Habiendo visto sangre, los ojos de Karuta se volvieron incluso ominosamente rojos con una espesa sed de sangre y locura.