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Mas desafortunados que un gato negro.

Wei SiZhui fue embestido con fuerza por la diosa devoradora de almas y su cuerpo salió volando por los aires, choco de cara contra el tronzo de un árbol y su mascara se resquebrajó un poco, aunque sus acciones hubiesen parecido tontas en realidad habían funcionado muy bien como una distracción para que ahora los discípulos de Lan se encontraran trazando una matriz en el suelo para encapsular a la diosa.

—No será suficiente para contenerla, ha consumido muchas almas, es demasiado poderosa. Si los refuerzos no llegan pronto...—SiZhui tose y se acomoda la careta hacia un lado para poder respirar mejor.

—Maestro, ¿Que sugiere que hagamos?— Cuestiona su animal espiritual.

—No me queda de otra.— SiZhui ha respirado pesadamente, y ha proseguido a levantarse y alejarse de los demás, escondiéndose entre el follaje del bosque toca la tierra, sus ojos grises pronto se tornan de un color sangre y destellan.

La energía resentida comienza a manifestarse debajo de sus pies como una bruma oscura que enseguida lo rodea.

—Maestro, ¿Es esto seguro? ¿Que pasara si nos descubren?

—Todo va a estar bien.— Asegura el niño. —Solo necesitamos a unos cuantos, ni siquiera tienen que ser tan poderosos.

La bruma se adentra en la tierra, y por un instante hay otro breve temblor.

—Vamos, venga todos, les estoy dando la oportunidad de recuperar lo que se les quitó.— Habla despacio, y aunque parece que nadie lo está escuchando, las criaturas de toda la montaña escuchan su pedido y no pueden estar más ansiosos por cumplirlo. —Destrócenla.

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—¡Maldición, SiZhui, ¿Qué diablos crees que haces?!— A-Qing se mueve rápidamente entre las ramas de los árboles, tratando de llegar con prisa mientras veía a los diversos espíritus y cadáveres que se movían hacia la cima de la montaña. —Todo iba tan bien, ¿Por qué soy tan desgraciada?

Cuando se impulsa para saltar y aterrizar sobre otra rama, un destello purpura la ha roto y ha hecho que ella se estrellara de cara contra el ronco del susodicho árbol, ella la logrado reincorporarse lo suficientemente rápido para saltar a otro y esconderse.

—Vaya, vaya, ¿Que tenemos aquí?— A-Qing escucha a aquella persona hablar con una voz amargada y rancia. Se fija en el uniforme y la insignia que este porta, así como el látigo que se retrae en un anillo brillante en su dedo.

No cabía duda de que el hombre con el que se había topado era el Sāndú Shèngshǒu, Jiang WanYi.

Y no tiene tiempo a soltar más maldiciones y quejarse de su falta de suerte antes de que otro latigazo de aquel objeto espiritual arremetiera contra el árbol en donde se escondía, partiéndolo por la mitad.

—No te escondas, sucio cultivador hereje. Si te entregas, me asegurare de que los perros que te muerdan sean suaves.

—...

—¿No piensas obedecer? Bien entonces, veamos cuánto dura este juego del gato y el rato.— Sus labios se curvan en una sonrisa espeluznante, entonces con su látigo embiste otro árbol.

—¡Mierda, este hombre es un verdadero demonio!— Aterrada, la chica no se queda para enfrentarlo. —¡Ah, debo informar de esto al patriarca cuanto antes! ¡SiZhui, donde quiera que estés! ¡CORRE!

Como si fuera otro espíritu más, la niña se desvanece entre los árboles, siendo rastreada incesantemente por su perseguidor.

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ꜱᴇᴄᴛᴀ ꜰᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀ ᴡᴇɪWhere stories live. Discover now