ꜱᴇᴄᴛᴀ ꜰᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀ ᴡᴇɪ

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「Jin, Jiang, Lan. – Parte 2/2.」

Abrumados por la situación, todos han desenvainado sus espadas, al ver que no ha captado ni una pizca de su atención Sizhui se acerca al pequeño líder Lan con el que se había amistado.

—¿Zheng-gongzi, que ocurre?— cuestiona confuso Lan Jingyi, un poco más detrás de él se encuentran Ouyang Zizhen y el pequeño Jin, que también están confundido por la situación.

—Por favor, Lan-gongzi, Jin-gongzi, Ouyang-gongzi, ayúdame a sacarlos afuera, ellos no me escuchan.

—Pero,¿Por qué?

Sizhui no tuvo tiempo para responder. Un grito asustado por parte de otro de los discípulos llamo su atención.

Frente a todos ellos, los brazos de la estatua de piedra comenzaron a girar y moverse, sonando como huesos crujiendo con cada movimiento.

—¿Qué es eso?

—¡Está cobrando vida!

—¡Todos afuera! ¡Salgan y no se dejen atrapar!— Hablo Lan Jingyi y fue escuchado por todos, que se agruparon para salir como una manada de terneros asustados.

Wei SiZhui alzó su cabeza para mirar a la estatua y se fijó en como esta avanzaba en otra dirección.

Iba detrás de aquel niño Jin que anteriormente había hablado mal de ella, y el chico ignoraba a los discípulos que buscaban sacarlo de ahí y se defendía con su arco y flechas.

—¡Zheng-gongzi,¿Que está haciendo?!— Escucha la voz de Ouyang Zizhen.

—Saca a todos de aquí y pide ayuda.— Dicta. Sizhui se traga su miedo y nada entre la multitud para tratar de llegar a donde está el Jin y los discípulo.

El niño está tratando de darle batalla al monstruo frente a él, pero es inútil, cuando está a punto de retroceder junto a los suyos se fija en la enorme ave que ha visto anteriormente, sobrevolando la cabeza de la estatua y siendo una distracción.

La mano del pequeño líder Jin es tomada fuertemente por alguien y es tirado, junto a los suyos, hacia el exterior de la cueva.

—¿Todos se encuentran bien?— SiZhui pregunta a todos los Jin, así como a los demás discípulos que ya se encontraban afuera.

—¡¿Qué demonios te pasa?! ¡Suelta a nuestro joven maestro ya, fenómeno!—Un Jin lo manotea con fuerza para soltarse del agarre que este aun había mantenido con el pequeño líder Jin. Aunque SiZhui está ofendido por su brusquedad y su falta de tacto, decide ignorarlo.

—No es tiempo de jugar al héroe, Jin-gongzi, reúnase con los suyos e idee una estrategia. Si no puede, llame refuerzos.— Se dirige al niño a cargo del grupo, este no sabe cómo responderle.

De repente el aura que este emana lo hace sentir tímido.

Entonces, el ruido y el retumbar del suelo hace que todos dejen de discutir y se posicionen para atacar al enemigo.

—¿Que es esa cosa? ¿Por qué nos sigue solo a nosotros?— Cuestiono uno, viendo a la estatua que de repente ha abandonado su caminar pausado y lento para ahora moverse hacia ellos sobre todas sus extremidades como una araña a gran velocidad. Por suerte, todos lograron esquivarla.

—...

—¡Oye, cultivador errante! ¿Tú sabes qué es eso, no? ¡Responde!

—...Es una diosa.— Dice, acomodando su espada cuando se da cuenta de que los ojos rojos de la estatua están fijos en él, como si quisieran perforar su alma.