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[Paraíso oculto/Dulce hogar.]

Los años pasan con un parpadeo.

Para un imperio que había crecido entre las sombras del anonimato, que la paz prevaleciera durante tantos años era una bendición que la secta Wuzhou*Wei disfrutaba plenamente.

Wei SiZhui agradecía a los cielos cada vez que despertaba y podía ver a su familia en paz o ver caras nuevas llegar a la secta, los años pasan, y él se ha convertido en un joven maestro agraciado. Y como cualquier joven de su edad, era curioso, tanto tiempo en la secta, sin salir mas que con la compañía de su padre lo habían hecho olvidar muchas cosas acerca del mundo exterior.

Sabia que era egoísta desear salir, y jamás se lo pediría a sus padres, no después de todo lo que el mundo del cultivo les había causado.

—SiZhui-ge— uno de sus pequeños hermanos marciales jala de la manga de sus túnicas para llamar su atención —estabas en las nubes, ¿Qué te pasa?

—uh-huh— negó con la cabeza para calmar a su shidi —solo estoy preparándome para la competencia carmín, eso es todo.

—¡Sin preocuparse!— exclamo su shimei, jugando gentilmente con las orejas de su conejo de peluche —Da-shixiong es el mas fuerte del mundo, definitivamente ganaras.

Los años habían pasado, y Wei SiZhui se había convertido en un hermano mayor para todos los nuevos discípulos de la secta, adoraba cuando su padre traía a alguien nuevo y necesitado, adoraba que a pensar de no compartir la sangre todos fueran una gran familia.

—quien sabe, Xue-ge también ha estado entrenando mucho, quizás no pueda ganarle este año— bromeo, solo para luego ser abordado por la pequeña multitud de niños que le daban porras y ánimos. Se sintió tan cálido ante eso.

Wei SiZhui amaba a su familia, y solo por eso, a pesar de que deseara salir y conocer otros lugares, se reprimiría.

« • • • »

—¡Con permiso, Qing-dafu!— dos de los discípulos entran al consultorio cargando a su compañero, que es enseguida atendido por la matriarca Wei.

Lo examino y determino sus síntomas. Lengua enrojecida, ojos llorosos, salpullido en la piel y comezón.

—¿Otra vez? ¿Qué le paso?— los menores solo pronunciaron un nombre al unísono.

—Xue Yang.

—¡Ese bastar-!

En algún lugar, Xue Yang estornudo. Para todos el cambio había sido bueno, incluso después de que ya no necesitaba quedarse en la secta Xue Yang se negó a irse y se convirtió en un discípulo mas, incluso había sido tomado como un hijo mas de la familia principal.

Oh, la expresión en su rostro cuando Wei Ying le dijo que quería adoptarlo.

Ahora tenia el trabajo de entrenar a los discípulos mas pequeños en cultivo demoníaco y enseñar a los mayores sobre como crear venenos potentes.

Sin embargo, algunas cosas nunca cambian.

—la tía Qing te esta buscando— Wei XuanYu aparece tan silencioso como una sombra, logrando sorprender al hombre que se oculta después de haber realizado su travesura —esta vez no vas a poder escapar de tu castigo.

—¡Deja de hacer eso, mocoso!— le pego en la cabeza, mientras el chico se sobaba y lloriqueaba de forma infantil, el otro se acomodo mejor en la rama del árbol —Ademas, si tanto quiere castigarme, primero tendrá que lograr encontrarme.

Aquel pequeño niño que solía temerle hasta a su propia sombra también había cambiado. Con el recuerdo constante de que ahora tenia una familia que lo amaba, se había vuelto un joven mas abierto y cordial, aunque aun no podía controlar su personalidad insegura cuando se trataba de Xue Yang.

ꜱᴇᴄᴛᴀ ꜰᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀ ᴡᴇɪWhere stories live. Discover now