004

2.8K 389 103
                                    

[Nadie le llora a los malvados.]

Jiang Cheng barrio todos los papeles, mapas y pergaminos que habían en su escritorio. Tras el incidente en los túmulos funerarios se investigo mas a fondo, descubriendo así los múltiples actos corruptos de Jin GuangShan, lo que hizo que perdiera su cargo como cultivador jefe(cargo que fue tomado por Nie MingJue después de una votación) y que ahora se encontrara en aislamiento domiciliario, con su esposa e hijo manejando la secta para limpiar su desastre.

Desde el incidente su propia hermana se había mudado con su hijo por un tiempo ya que no soportaba vivir en el mismo lugar que su suegro, Madam Jin y su esposo la entendieron y no la forzaron a quedarse, pero desde que llego su comportamiento hacia Jiang WanYin se había vuelto distante y frio, solo dedicándole algunas palabras por cortesía y nada mas, él aun tenia demasiado trabajo en la secta y ella se pasaba la mayor parte del tiempo con su hijo, ayudando a los discípulos o participando en grupos de búsqueda, así que no había tiempo para que conversaran. Incluso había comenzado a entrenar en privado para fortalecer el núcleo que poseía. Odiaba ser ignorado por su única familiar, pero sabia que era su culpa, pensó que todo se solucionaría si los encontraba, si lo encontraba a él, pero ya era tarde... No hay nada, ni una pista del paradero de su hermano, Lan WangJi ni de los Wen.

Como si simplemente se los hubiera tragado la tierra.

—¡Maldita sea! ¡Wei WuXian, ¿Cómo te atreves a hacerme quedar como el malvado aquí?!

Murmuro, lleno de cólera. ¿Tenia la culpa? Claro que si, pero en su mente era diferente.

Wei WuXian los había abandonado, los había cambiado por esos perros Wen, entonces ¿Por que era él el que estaba recibiendo el trato silencioso de su hermana? Tenia una secta que dirigir y discípulos que cuidar y orientar, entonces ¿Por que debía perder el tiempo buscando a un sirviente que se había fugado?

De tal palo, tal astilla, pensó. Wei WuXian era escoria, y si algo le había enseñado su madre es que la escoria no merecía ni una pizca de su atención.

« • • • »

Jiang YanLi detuvo su entrenamiento por un momento cuando escucho a su hijo comenzar a llorar de hambre, se seco el sudor de la frente y se acerco a la pequeña cuna en el patio para cargar a su pequeño.

—A-Ling, ven aquí— tomo asiento en un pequeño taburete, ya que ambos estaban a solas en ese patio que era personalmente suyo se permitió abrir sus túnicas sin vergüenza y comenzara a amamantarlo.

Miro al cielo, agradecía que el clima estuviera tan fresco en esos últimos días y que tuviera tiempo para llevar a los discípulos mas pequeños a nadar recoger vainas de loto. El recuerdo de dos niños disfrutando sus días libres nadando en los estanques de muelle de loto, uno de ellos siempre siendo cauteloso para no meterse en problemas, mientras que el otro solo estaba allí, sonriendo radiantemente, disfrutando de su juventud, ¿Cuándo fue que lo obligaron a madurar?

—A-Xian...

—¿Por qué dices su nombre con tanto anhelo? ¿Qué tiene de especial?— una voz llama su atención, al mirar hacia la entrada del patio nota la presencia de su hermano en el lugar.

—A-Cheng...— se apresuro en acomodarse la ropa —¿Por que estas aquí?

—quería ver como te estaba yendo— YanLi sintió su pecho cálido ante la preocupación de su hermano, y pensó que quizás estaba siendo un poco dura con él al castigarlo con el tratamiento silencioso —pero parece que te esta yendo de maravilla, si tienes tiempo para pensaren un sirviente idiota deberías aprovechar ese tiempo para entrenara los discípulos.

ꜱᴇᴄᴛᴀ ꜰᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀ ᴡᴇɪWhere stories live. Discover now