16.-🖋️

13.2K 1.7K 374
                                    

¡Dime que me amas!


-¡Minnie! ¿¡Qué diablos te pasa!? -gruñó Yoongi, pero por desgracia Minnie no estaba para dudas y menos para responder preguntas.

Le dolía el alma, el corazón, la vida misma, y lo único que podía apagar aquello o al menos controlarlo un poco era que le doliera. Porque aunque Min Yoongi le dolía, al menos no lo lastimaba.

Se soltó con brusquedad de su brazo, viendo que no iba a mover ni un dedo, pero apenas Yoongi lo vio echar a andar descalzo y furioso lo alcanzó en dos zancadas. Su boca impactó contra la de Minnie en un beso desesperado, necesitado, salvaje.

No tenía idea de qué diablos le pasaba, pero al menos por el momento no tenía que saberlo, solo debía desactivar aquella bomba antes de que estallara. Los labios de Yoongi se movieron contra los de Minnie con urgencia, como si no pudiera controlarse.

Sus manos se cerraron sobre su espalda, atrayéndolo hacia él para que no pudiera escapar. Minnie intentó empujarlo, pero era como intentar empujar una montaña; era imposible. La única opción era rendirse y dejarse llevar por la ola de sensaciones que el mismo le había pedido.

Los dos se movieron instintivamente hacia la misma dirección y Yoongi lo levantó por las caderas para sentarlo sobre la cajuela del Ferrari. Levantó sus piernas, aferrando sus pantorrillas obligándolo a acercarse hasta que sus cuerpos quedaron pegados.

-¿Estás seguro de esto, Minnie? -gruñó sobre su boca, mirándolo a los ojos-. ¡Porque hasta el día de hoy me he pasado de tierno contigo, y te aseguro que no sabes la clase de animal que puedo llegar a ser!

Minnie apretó los labios con impotencia.

-No me importa -siseó y Yoongi atrapó su barbilla con una mano para acercarlo a él.

-Bien. Cuando ya no lo soportes, solo dime "te amo", y yo me detendré. -Lo vio fruncir el ceño y entendió la pregunta que no le estaba haciendo-. Sé que no me lo dirías a menos que no tengas opción -dijo Yoongi-. Así que es tu palabra de seguridad perfecta. ¿Entendiste bien?

Minnie asintió.

-Te pregunté si entendiste. No quiero que asientas, quiero que hables. ¿Cual es tu palabra de seguridad, Minnie?

-Te amo -repitió el y Yoongi apretó los dientes.

De verdad no tenía ni puta idea de lo que estaba pasando pero sabía que medía uno setenta y ocho, pesaba ochenta kilos y podía lastimarlo mucho aun sin quererlo.

-¡Júrame que necesitas esto! -siseó contra su boca.

-¡Por favor! -suplicó el menor mientras las lágrimas empezaban a correrle por las mejillas y Yoongi dejó escapar un gruñido mientras se sacaba la corbata y el saco.

Minnie pasó saliva cuando lo vio arrancarse la camisa y aquellos tatuajes que le cubrían casi toda la mitad derecha del cuerpo salieron a la poca luz de aquel desierto lugar. Su boca lo encontró de nuevo y sus labios se movían con furia, devorando, saboreando, exigiendo una respuesta.

Minnie ni siquiera pensaba luchar contra ello, solo entreabrió los labios y Yoongi gimió de placer al sentir como su lengua se entrelazaba con la de el en un baile sensual.

Agarró sus manos y las ató con fuerza con su corbata y luego le dio la vuelta pasándola por la cabecera de uno de los asientos y sujetando firmemente el extremo, en cuanto tiró de él, Minnie ahogó un grito y su cuerpo quedó pegado al auto.

Apenas podía incorporarse un poco si Yoongi lo soltaba, pero de lo contrario su abdomen, su pecho, todo quedaba apretado contra aquella cajuela mientras su espalda y su trasero quedaban a merced de Yoongi.

• CONTRATO CON EL CEO MIN • | ~Y.M. ~| On viuen les histories. Descobreix ara