Capítulo 24

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Una de las muchachas tenía una espantosa sobre mordida, pelo pajoso y un ojo en lugar de dos, justo en medio de la frente. Otro joven parecía una pelota de masa: el vientre pronunciado, la cabeza calva y las extremidades hinchadas.

Una niña alta y sonriente caminaba delante; su piel tenía un color verde enfermizo. El joven que caminaba frente a ella tenía tanto pelo que parecía un simio.

Todos tenían alrededor de la edad de Sophie, pero solo en eso se parecían. Conformaban un grupo de seres de lo más espantosos, con cuerpos deformes, rostros repulsivos y las expresiones más crueles que jamás hubiera visto, como si buscaran algo que odiar. Uno tras otro comenzaron a mirar a Sophie y encontraron lo que buscaban: una princesa inmóvil, con zapatos de cristal y bucles dorados. La rosa roja entre las espinas.

La escuela del bien y el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora