Capítulo 20

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—¡Es real!

A gran distancia debajo de ellas había dos castillos muy altos en el medio del bosque. Uno de ellos estaba envuelto en una niebla bañada por el sol, y sus torres de cristal, rosas y azules, se elevaban sobre un lago fulgurante. El otro era negro e irregular, y sus chapiteles puntiagudos atravesaban los nubarrones como si fueran los colmillos de un monstruo.

La Escuela del Bien y del Mal.

El pájaro óseo sobrevoló las Torres del Bien y aflojó las garras que sostenían a Sophie. Agatha sujetó a su amiga, horrorizada, pero vio su cara colmada de felicidad.

—¡Aggie, soy una princesa!

Pero en cambio, el pájaro soltó a Agatha.

Estupefacta, Sophie vio cómo la joven caía sobre la suave niebla rosada.

—¡Espera... no...!

El pájaro giró bruscamente hacia las Torres del Mal, con las fauces abiertas a la espera de una nueva presa.

—¡No! ¡Yo soy buena! ¡No pertenezco aquí! —chilló Sophie. Y sin más demora, el pájaro la arrojó a una infernal oscuridad.

La escuela del bien y el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora