Capitulo 9

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De más está decir que el Consejo de Ancianos tenía muchas preguntas que hacerle al Sr. Deauville. Cuando le preguntaron quién le enviaba los libros, el Sr. Deauville respondió que no tenía la más mínima idea. Cuando quisieron saber cuánto tiempo hacía que aparecían los libros, el Sr. Deauville dijo que no recordaba una época en que no aparecieran. Y al preguntarle si alguna vez había cuestionado esta mágica aparición de libros, el Sr. Deauville replicó: «¿Y de qué otra forma pueden aparecer los libros de cuentos?».

Luego los Ancianos observaron otro detalle sobre los libros de cuentos del Sr. Deauville. Todas las aldeas en los cuentos se parecían a Gavaldon. Tenían las mismas casitas junto al lago y aleros coloridos; los mismos tulipanes púrpuras y verdes a lo largo de los estrechos caminos de tierra; los mismos carruajes carmesí, tiendas con frente de madera, una escuela amarilla y una torre del reloj inclinada, solo que estaban dibujadas como una fantasía en tierras muy lejanas. El único propósito de estas aldeas era comenzar y terminar un cuento de hadas. Todo lo que ocurría entre el comienzo y el final de la historia transcurría en el bosque siniestro e infinito que rodeaba al pueblo.

Entonces, fue cuando se dieron cuenta de que Gavaldon también estaba rodeado de un bosque siniestro e infinito.


La escuela del bien y el malWhere stories live. Discover now